Sin que aún existan razones claras, los proyectos derivados del informe de los notables en reforma del Estado y gobernabilidad siguen sin entrar a la corriente legislativa y, por lo tanto, sin iniciar su trámite formal de discusión.
Esto pese a que la presidenta Laura Chinchilla puso un plazo de 4 meses para que los diputados aprobaran los proyectos, del cual ya se ha consumido un 25%. De lo contrario, dijo en febrero, Casa Presidencial los impulsará por la vía del referéndum.
Lo que sí queda claro es que desde el pasado 17 de enero, cuando los seis notables entregaron sus recomendaciones a la Presidenta, hasta hoy, han pasado 9 semanas en las que Zapote ha sacado tres veces los bombos y los platillos para anunciar las reformas y calificarlas de urgentísimas, pero nada se ha concretado aún, por responsabilidad de la misma Casa Presidencial.
La última vez fue el 26 de febrero, cuando Chinchilla presentó a los diputados jefes de fracción y al Directorio Legislativo los proyectos de ley: uno de reformas a la Constitución Política, uno de reformas al Reglamento Legislativo y otro sobre variantes a las leyes de la administración pública.
Agenda pendiente es freno
En la práctica los proyectos de los Notables todavía no forman parte de las prioridades del Poder Ejecutivo durante estas sesiones extraordinarias, a las cuales les restan seis semanas y media para culminar y en las que aún quedan proyectos de ley de gran calado por resolverse. Tal es el caso del Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea (Aacue).
Acaso esa sea la razón que está detrás del congelamiento de los planes de reforma del Estado que, si no figuran entre las prioridades de Casa Presidencial, todo hace prever que tampoco lo estarán entre la lista de proyectos claves de las fracciones, que el 1° de mayo entrante recuperarán el control de la agenda legislativa, la cual armarán según las prioridades de las bancadas.
Sin bien Casa Presidencial deberá esperar hasta el mes de mayo para presentar las reformas constitucionales, pues le queda vedado ponerlas a despacho durante el actual período de sesiones extraordinarias, en los otros dos casos parece ser la conveniencia política la que ha mediado para que los planes no arranquen con su trámite legislativo.
En las manos de Zapote
La bancada del Partido Liberación Nacional (PLN) maneja la tesis de que en caso de ingreso a la agenda, los proyectos de reforma al Estado complicarán tanto la agenda legislativa, que sería inviable poner a avanzar varios de los planes que actualmente caminan en el Parlamento.
Por esto, los oficialistas parecen haber determinado que la temática de reforma estatal se quedará para el último tramo de los 13 meses que le restan a Chinchilla para entregar el poder.
Otro de los puntos que podría mantener frenada la reforma del Estado es la ausencia de espacios de negociación entre Casa Presidencial y los diputados. Al enterarse del plazo perentorio de 4 meses lanzado por Chinchilla, los legisladores de oposición contraatacaron afirmando que le compete solo a Zapote lograr, a través del diálogo, que los planes gocen de un trámite acelerado. Hasta hoy no hay señales de acercamiento entre las partes.