Los cambios en el Juan Santamaría, principal aeropuerto internacional del país, lo transformaron de un desvencijado edificio en una terminal cómoda para los viajeros. Ahora, el aeropuerto pretende ser cómodo también para los visitantes.
Aquellos que fueron exiliados de sus instalaciones, condenados a murmurar adioses apresurados y bienvenidas cansadas por la espera; vuelven a ser bien recibidos.
Los cambios forman parte del remozamiento comercial del aeropuerto, que está cerca de completarse con la licitación de tres nuevos locales.
Una tienda de regalos, tarjetas y flores; una cafetería o heladería; y un puesto de comidas rápidas serán los huéspedes de los 104 metros cuadrados que actualmente se construyen contiguo a la puerta de salidas internacionales.
Además, se instalarán bancas y mesas para quienes esperan la llegada de visitantes o el retorno de viajeros.
Los locales se licitarán en procesos independientes, con fechas de entrega de ofertas distintas comprendidas entre el 12 y el 16 de noviembre.
“Esperamos concluir con la adjudicación a finales de noviembre o la primera quincena de diciembre a más tardar”, comentó María Amalia Revelo, directora comercial de Aeris, empresa encargada de las operaciones del aeropuerto.
Puertas abiertas
La terminal está ahora abierta al público en general para asegurar una mayor cantidad de potenciales clientes a la cafetería italiana Lavazza, que dentro de un mes y medio sustituirá al local de Spoon, ubicado en la terraza entre los counters de las aerolíneas y el chequeo de seguridad.
El ingreso de visitantes está restringido a la puerta “C” y al área del mezanine , con el objetivo de asegurar un flujo ágil en el proceso de chequeo de los pasajeros en sus respectivas aerolíneas.
“El objetivo es asegurarle a los acompañantes o familiares del pasajero un espacio cómodo donde puedan acompañarlo antes de su partida”, explicó Revelo.
Menú renovado
Para los viajeros, Aeris está preparando un menú renovado.
Quiznos Subs se hizo con la concesión para operar la plaza de comidas. Aunque la renovación de ese espacio debe finalizar a principios del 2013, ya la franquicia cuenta con puestos en varias salas de abordaje.
A los emparedados y sopas que ofrece esta franquicia, en el menú del aeropuerto también figurará un bar en la sala 4, que abrirá sus puertas antes que termine el presente año. Estas opciones se unirán a los restaurantes Malinche de la Casa Proveedora Phillips.
“Tenemos varias construcciones simultáneas. Las obras se realizan bajo condiciones muy estrictas de seguridad y especificaciones técnicas, por esta renovación ha tomado su tiempo”, comentó Revelo.
De hecho el aeropuerto tiene varios focos de remodelaciones que se unen a la renovación de las áreas de comida.
Se trabaja en la construcción de pasillos de aislamiento que separarán el flujo de pasajeros salientes y entrantes para acatar las disposiciones de la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI).
Aunque cuando entren en funcionamiento a finales de noviembre evitarán que los pasajeros que ingresan al país ronden las tiendas libres de impuestos cercanos a las salas de abordaje, no significan una barrera definitiva.
En el proceso de remodelación del área de carruseles de equipaje se ampliará a 90 metros cuadrados la tienda en la que hoy el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) vende solo licores.
Además, se instalará un carrusel con dos alimentadores para agilizar la distribución de equipaje de aviones con mayor cantidad de pasajeros como los operados por Iberia y Condor.
Bloque G
En el tintero de la Dirección General de Aviación Civil queda todavía la ampliación del número de puentes de abordaje.
“Se está avanzando en los estudios y diseño para construir en el corto plazo una nueva sala de abordaje al este de la terminal aérea. Tendrá dos puentes de abordaje con capacidad para atender aviones de cuerpo ancho, preliminarmente se estima que la inversión de la obra será alrededor de $11 millones”, especificó Luis Carlos Araya, viceministro de Transporte Aéreo.
Estas obras constituirían el Bloque G de la terminal y permitirían ampliar la capacidad del principal aeropuerto del país.
El Santamaría atiende actualmente cerca de 5.000 y 5.700 usuarios al día.
Más a largo plazo se contempla la ampliación del extremo oeste del aeropuerto, que depende del traslado de los talleres de Coopesa y la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
El 2011 trajo el final del pulso que durante años mantuvo el Gobierno con la cooperativa dedicada al servicio de mantenimiento y reparación de aeronaves. Aunque las condiciones están pactadas, el proceso todavía tiene pendientes.
“Se está trabajando en la versión final del cartel para la licitación pública internacional, la cual se espera que se adjudique a principios del próximo año”, comentó Araya.
Y aunque estas ampliaciones están todavía de camino, el retorno del público sin tiquetes al aeropuerto ya es un hecho.