Agro en lucha contra cambio climático

El reto es desarrollar sistemas productivos eficientes y competitivos

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Después del transporte, el sector agropecuario se ubica a nivel nacional como uno de los mayores emisores de dióxido de carbono (C02), gas que contribuye al calentamiento global.

Varias son los retos aún pendientes, y el sector lo tiene claro.

Entre ellos, y señalado como el más sobresaliente, está el desarrollar sistemas de producción sostenibles, más eficientes y competitivos, todo ello, ante la sombra del cambio climático.

Esfuerzos se vislumbran y se comparten entre las autoridades de Gobierno y los propios productores.

Estos van desde el fortalecimiento de los programas de riego hasta inversiones privadas para la adquisición de tecnología que permita la generación de electricidad con base en fuentes limpias.

Es decir, el agro lucha contra el reloj para ser más “verde” y eficiente. Sin embargo, la pregunta no deja de retumbar en los interesados: ¿es suficiente?

Pendientes

De acuerdo con la investigación “Sector agropecuario y gestión ambiental en Costa Rica”, realizada por Félix Zumbado, investigador de ProDUS-UCR, los datos demuestran que hay varias áreas con trabajo pendiente.

Considerando el más reciente Censo Agropecuario (2014), Zumbado señala que del total de fincas agropecuarias de Costa Rica (93.017) solo un 2,1 % (1.931) tiene paneles solares.

Los cantones de Buenos Aires (222) y Golfito (110) son los que encabezan la lista con la mayor cantidad de fincas que utilizan esta tecnología.

Al mismo tiempo, e hilando más fino, el informe detalla que solo un 9% de las fincas con sala de ordeño tienen biodigestor.

El biodigestor permite la descomposición de la materia orgánica y facilita la extracción del gas resultante para su uso como energía.

“Se revisaron los datos de fincas con sala de ordeño debido a que al tener los animales en un mismo lugar se facilita el juntar las excretas y procesarlas”, explica el investigador.

Por su parte, la utilización del recurso hídrico también fue objeto de análisis.

Como indicador de gestión del recurso hídrico en la actividad pecuaria la investigación hizo una revisión de las fuentes de agua principales de las fincas que tienen salas de ordeño.

De 4.089 fincas con sala de ordeño, un 34% reporta una naciente o manantial como su principal fuente de agua, solo por debajo de las que utilizan un acueducto (36%) para tener acceso al bien.

“No se tiene cuantificada la cantidad de agua que se gasta en cada parte del proceso de producción –en una lechería–. Este factor ha sido señalado como uno de los impedimentos que han dificultado la adopción de nuevas tecnologías amigables con el ambiente”, sostiene el documento.

Por los cuernos

En el Ministerio de Agricultura (MAG) aseguran que la tarea se está haciendo.

A modo de columna vertebral, la presente administración toma como referencia lo contemplando en el documento “Políticas para el sector agropecuario y el desarrollo de los territorios rurales 2015-2018”.

Allí, un capítulo para la adaptación y mitigación de la agricultura al cambio climático establece el fortalecimiento de programas de riego y drenajes y el fortalecimiento del programa de pago de beneficios ambientales, como uno de los pilares de la política pública.

“Hay mucho trabajo avanzado por medio de iniciativas público-privadas en las cuales las organizaciones de productores juegan un rol importante”, sostuvo Roberto Azofeifa, coordinador del departamento de producción sostenible del Ministerio de Agricultura.

Además, en conjunto con el sector privado, la academia y organizaciones no gubernamentales, se trabaja en dos proyectos piloto en café y ganado, para lograr una mayor productividad con menos emisiones.

Se trata de los subsectores que presentan mayores emisiones de dióxido de carbono y que tienen el mayor potencial de mitigación.

En café, por ejemplo, se procura que al 2019, 25.000 hectáreas del grano se manejen en condiciones amigables con ambiente.

Y desde el sector privado algunos esfuerzos pintan un panorama alentador.

En 2015, la finca ganadera Santa Fe, ubicada en el distrito de Pavones de Turrialba, implementó las normas correspondientes para la obtención de la carbononeutralidad por parte de la Universidad Earth.

Como parte del proceso, la finca implementó una serie de acciones que, invitan, a ser replicadas por el sector.

Entre ellas: el uso de cercas vivas, la rotación de potreros, la disminución del uso de combustibles, un aumento de materia orgánica en suelos y composteo.

La finca cuenta con un área de 22 hectáreas.

“El esfuerzo y dedicación de la finca demuestra que el sector ganadero puede también alcanzar objetivos de sostenibilidad”, dijo en su momento Edmundo Castro, coordinador de la Unidad de Carbono Neutro de la Universidad.

El galardón de Bandera Azul Ecológica (BAE) también ha llegado a reconocer a más de 90 empresas y productores agropecuarios por sus buenas prácticas en uso del agua, manejo y conservación de suelos, disposición final de residuos sólidos y líquidos, y gestión ambiental.