América Latina se reduce a inmigración en discusiones de aspirantes a la Casa Blanca

¿Cuál es la visión de los precandidatos a las elecciones de Estados Unidos sobre Latinoamérica? Si no se trata de migrantes, esa discusión está prácticamente ausente de debates republicanos y demócratas

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Más allá de los ostentosos discursos del candidato republicano Donald J. Trump sobre el muro que levantará entre México y Estados Unidos y sobre sus políticas antiinmigratorias, las menciones sobre América Latina en los debates republicanos y demócratas son pocas y se reducen al campo de la inmigración.

Los tratos comerciales con sus vecinos del sur y, en general, los acuerdos de libre comercio también se asoman con cierta hostilidad desde todas las partes, pero sin dejar muy en claro su posición.

Lo cierto es debates han dejado en claro que América Latina es un tema secundario para Estados Unidos. Un comportamiento propio de esta nación en los últimos años, sin importar quién esté en el poder. "Es improbable que la elección presidencial del 2016 cambie esa realidad", escribió el director del Instituto Cato en el periódico El Comercio de Perú.

Inmigración en el ojo

Sin embargo, inmigración es un tema que no es para nada despreciable para Centroamérica, con prácticamente el 7% de su población residiendo en tierras estadounidenses (más de 3 millones de personas).

El poder arrasador de Donald Trump en las urnas y las encuestas traería consecuencias desastrosas para los migrantes latinoamericanos si llegara a concretarse, pues promete sacar a la fuerza a los 11 millones de personas indocumentadas, tanto a quienes llegaron siendo niños como a sus padres. Y su discurso no se queda allí, sino que ha ido echando tentáculos entre el resto de candidatos.

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"Gradualmente ha ido arrastrando a su posición extrema y demagógica a los demás candidatos republicanos", comentó Kevin Casas, exobservador del departamento electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Ted Cruz, de hecho, ya fue más allá, sino que aseguró que ninguno de esos migrantes sin documentos tendrían la posibilidad de regresar legalmente.

Marco Rubio, quien se perfila como el preferido de los republicanos para combatir la fuerte candidatura de Trump, retiró su apoyo al proyecto de migración integral para legalizar a las personas indocumentadas y se fue adhiriendo al discurso del magnate.

"Yo vivo con todos los aspectos positivos y los negativos de la migración: mi familia es inmigrante", dijo en un debate organizado por CNN, pero su contexto no suaviza sus intenciones.

En su sitio web promueve el aumento en la seguridad de las fronteras, el rastreo de las visas de trabajo tanto en la entrada como en la salida y en volver las leyes mucho más estrictas para los patronos que contratan trabajadores inmigrantes.

El camino que prefieren tomar los demócratas Hillary Clinton y Bernie Sanders es más bien consensuado.

"Sacar a los indocumentados de las sombras volverá más difícil para los empleadores el recorte de los derechos de los trabajadores", dijo el candidato públicamente.

¿Y el comercio?

En cuanto a los acuerdos comerciales hay posiciones extremas y hostiles como la de Bernie Sanders desde el ala progresista y la de Donald Trump...desde su propia ala.

Sanders criticó el Tratado de Libre Comercio entre EE. UU. y Centroamérica. "Cree que la mayoría de acuerdos van en contra de la clase trabajadora y van, en su mayoría, en la línea del interés de las élites", se lee en su sitio web.

Trump cree que se deben renegociar los tratados de libre comercio, pues cree que Estados Unidos "sale perdiendo".

Entre el resto de los candidatos se nota una resistencia: Cruz y Rubio evitan el tema y Clinton ya no lo defiende como antes. "El futuro de los acuerdos comerciales de EEUU en el Pacífico y Europa luce problemático, para no hablar de cualquier acuerdo futuro que EE. UU pudiera negociar con América Latina", sentenció Casas.