La canciller alemana, Angela Merkel, entró de lleno este sábado en la campaña para las elecciones que elegirán a quien presida la Comisión Europea (CE), arropando al luxemburgués Jean-Claude Juncker como candidato común.
Ante el congreso de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside, Merkel desplegó los puntos esenciales de su línea de gobierno --la defensa de la estabilidad y de no desviarse de las reformas-- y respaldó a Juncker como candidato del Partido Popular Europeo (PPE) a presidir la Comisión Europea.
El ex primer ministro luxemburgués se convirtió en candidato del PPE con el apoyo de Merkel, a pesar de que en su etapa como jefe del Eurogrupo no siempre sintonizó con Berlín, especialmente ante el rechazo cerrado del gobierno alemán a los eurobonos.
Con la unión bancaria ya en marcha y disipadas las grandes tensiones sobre la zona euro, Juncker y Merkel buscaron una línea común armoniosa en el congreso de la CDU considerado el pistoletazo de salida de la campaña electora de la primera economía de la UE.
La alemana recordó que el 25 de mayo se define “el futuro de Europa” y consideró que en la situación actual nadie puede pensar que no importa quién dirija la política europea.
“No puede ser que la mitad de los jóvenes de España o Grecia no tengan un empleo”, dijo. Sin embargo, opina que el desempleo no se combate con un programa estatal tras otro, sino atajando los problemas de raíz. Por eso, pide el voto para los conservadores europeos y alemanes.
Por su parte, Juncker dijo que los eurobonos no son posibles en los próximos cinco años.
“No puede haberlos mientras no se hayan armonizado las políticas económicas y financieras de los países de la zona euro”, afirmó, bajo la mirada atenta del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble.
Además, dijo que la CE precisa de “políticos de pura sangre” y no de funcionarios.