Atracción de inversiones chinas elude a Costa Rica

La firma del Memorando de Entendimiento sobre Cooperación entre los países podría darle nuevo impulso a las relaciones empresariales

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Hace once años, Costa Rica realizó un viraje en su política internacional al establecer relaciones diplomáticas con la República Popular de China. Un movimiento que después imitaron Panamá y más recientemente El Salvador.

Para consolidar la relación, Costa Rica suscribió en setiembre el Memorando de Entendimiento sobre Cooperación entre Costa Rica y China con el que podrá accesar al Cinturón Económico de la Ruta de la Seda y la Iniciativa de la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI.

Mediante esta iniciativa se fortalecerían algunos ámbitos de la relación entre las naciones de los que no se ha sacado provecho como: el desarrollo de proyectos de infraestructura, el acercamiento de persona a persona y la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED).

Primeros resultados

Tras el acercamiento diplomático en el 2007 Costa Rica y China no perdieron tiempo.

Un año más tarde comenzaron las negociaciones para concretar un tratado de libre comercio, que finalmente tuvo su banderazo de salida en el 2011.

De primera entrada Costa Rica ganó exposición en una de las vitrinas más grandes del mundo y después de siete años es posible afirmar que los resultados han tenido puntos altos y bajos.

En el 2012 las exportaciones experimentaron un incremento del 49%, según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer). Sin embargo, el dinamismo fue tímido en años posteriores.

No obstante, el dinamismo se volvió asomar en el 2017 cuando las exportaciones crecieron en 141%, impulsadas principalmente por las exportaciones de azúcar.

Ver más

Ahora las transacciones parecen estabilizarse, al primer semestre del año se contabilizaba un monto exportado de $119 millones. Esta cifra representó un dinamismo del 94% con respecto al mismo periodo del año anterior.

Por su parte, las importaciones han tenido un comportamiento más estable y China se consolida como el segundo país del que más se compran productos, detrás de Estados Unidos.

En el 2017 el país invirtió $2.086 millones para comprar productos chinos, mientras que el monto total exportado hacia esa nación fue de $111 millones.

Tareas pendientes

Con el inicio de la segunda década de relaciones, la IED china es un punto que debe fortalecerse. En los últimos cinco años el impacto que generan las empresas ni siquiera alcanzan el 1% del Producto Interno Bruto (PIB).

En el 2017 las cuatro compañías chinas establecidas en el país dejaron solo $1,8 millones, según el Banco Central de Costa Rica (BCCR). Una cifra muy baja para tratarse de la segunda economía más poderosa del mundo.

Si se compara la inversión con Estados Unidos (potencia con la que se firmó el Cafta, que rige desde el 2009), la diferencia es abismal. En el 2017 las 257 compañías estadounidenses establecidas en el país aportaron $1.593 millones, lo que equivale al 2,76% del PIB.

China20132014201520162017*2018
Inversión Extranjera Directa7,4 12,72,10,81,82,4
Cantidad de empresas344444
Inversión directa / PIB0,01%0,03%0,0%0,0%0,0%0,0%

Fuente: BCCR. Datos en millones de dólares. *Al cierre del primer semestre.

Hasta el momento el gigante asiático ha mostrado interés en invertir en economías más grandes. En el 2017 el 73% de la IED china se ubicó en Argentina y Brasil, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Los resultados muestran que el país debería tener una estrategia más agresiva para obtener mayor provecho de la potencia, a criterio de Rafael Arias, investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional (UNA).

Sin embargo, este bache podría llenarse con el Memorando de Entendimiento sobre Cooperación entre Costa Rica y China que se firmó en setiembre.

Mediante este acuerdo Costa Rica ingresará al Cinturón Económico de la Ruta de la Seda y la Iniciativa de la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI.

Actualmente 103 países y organizaciones internacionales acordaron el ingreso a esta iniciativa. La inversión acumulada de China en estas naciones sobrepasó los $70.000 millones, con un crecimiento anual promedio del 7,2%, de acuerdo al Ministerio de Relaciones Exteriores.

Este acuerdo dejó el establecimiento de 82 zonas de cooperación económica y comercial, lo que representa una inversión de $28.000 millones y la creación aproximada de 244.000 empleos.

Las expectativas de Costa Rica son altas, y espera que empresas asiáticas construyan parques industriales y zonas de cooperación económica y comercial.

Además del desarrollo de una red de ciudades hermanas para lograr acuerdos de cooperación en educación, cultura, salud, turismo, deportes y bienestar público.

La iniciativa de la República Popular de China cuenta con un fondo de 100.000 millones de yuanes para financiar proyectos y los países que se adhieren obtendrían préstamos blandos con condiciones muy competitivas.

Para definir cuáles proyectos podrían ser sujetos de esos créditos, Costa Rica espera el Plan Nacional de Desarrollo e Inversión Pública (que se publicaría en noviembre) para construir obra pública con ayuda de la potencia asiática.

El acuerdo estaría vigente por tres años y se prorrogaría posteriormente.

A la conquista de la región

La influencia china recorre América Latina y en el último año el gigante asiático estrechó relaciones con países de la región.

En el 2017 fue el turno de Panamá que rompió sus históricas relaciones con Taiwán argumentando razones estratégicas y económicas, para comenzar una ambiciosa relación comercial con China.

El país suramericano inauguró la embajada china e invitó a las empresas asiáticas a invertir en grande.

En junio, durante la conmemoración del primer aniversario, ambas naciones iniciaron negociaciones para firmar un tratado de libre comercio en Beijing.

La potencia es el tercer destino en importancia para las exportaciones panameñas y en el 2017 se contabilizaron más de $42 millones, de acuerdo al Ministerio de Comercio e Industrias de Panamá.

El mercado chino recibe café, pieles de bovino y harina de pescado. Mientras que los panameños importan productos de alta tecnología.

El Salvador también sucumbió al encanto de la potencia y en agosto, Salvador Sánchez Cerén, presidente de la República, hizo el mismo anuncio, dejó de lado a Taiwán para acercarse a la segunda economía del mundo.

“Previo a este anuncio hemos hecho una cuidadosa revisión de nuestra situación interna y externa, con miras a lograr los objetivos nacionales realizamos consultas con diversos sectores del país además, de tener en cuenta los desafíos de nuestra realidad histórica y la visión del presente y futuro de las nuevas generaciones”, afirmó el Presidente salvadoreño en cadena de televisión.

Durante el anuncio afirmó que la relación dará grandes beneficios y oportunidades.

Ahora ambos países anunciarían un diálogo para definir acciones en materia de comercio, inversión, desarrollo de infraestructura, cooperación científica y tecnológica, educación, turismo, así como de apoyo a la micro y mediana empresa.

Mientras el gigante asiático coquetea con la región, su economía se consolida. A octubre del 2018 el Producto Interno Bruto (PIB) creció a un ritmo del 6,5%.

Las tensiones comerciales que se desarrollan con Estados Unidos ni siquiera parecen afectarle. En setiembre China registró un superávit comercial de $34.130 millones.

En medio de este panorama, Epsy Campbell, vicepresidenta y canciller de la República, alista maletas para viajar en noviembre a China a fin de relanzar las relaciones bilaterales entre el gigante asiático y esta pequeña nación centroamericana.