CCSS sigue en espera de cirugía vital

A un año de la crisis, solución no estuvo en la agenda política; autoridades aplicaron paliativos que pararon hemorragia financiera

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La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) hace fila, en silla de ruedas, a la espera de someterse a cirugía mayor tras la crisis que sufrió hace 15 meses, causada por malos manejos administrativos y financieros.

Estuvo en cuidados intensivos, al borde del infarto, cuando la presidenta Laura Chinchilla prometió darle el tratamiento para curarla en junio del 2011.

Desde entonces, se contuvo la hemorragia financiera que amenazaba con desangrarla, pero no hay visos de la cirugía que se requería para eliminar los males que la aquejan en forma crónica desde hace casi medio siglo.

Desde su nacimiento en los años 40, la institución ha presentado crisis financieras al menos una vez cada 10 años. La deuda del Estado con la institución siempre cercana a los ¢365.000 millones, el aumento de la planilla sin planificación y de los sobresueldos, más la falta de orden administrativo, son los síntomas recurrentes.

Ahora, a más de un año después de su última crisis y el respectivo diagnóstico, las autoridades han avanzado poco en los problemas de siempre: la disminución de listas de espera, la implementación del expediente electrónico, la optimización de las compras de medicamentos y en una gestión sostenible de cobro al Estado y a los patronos privados.

Tratamiento delicado

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La Caja de nuevo está a flote, su déficit se disolvió, se redujo la hemorragia de su crecimiento en planillas y vuelve a respirar, todavía apretadísima pero dispuesta a seguir esperando la cirugía que la clase política debe realizar para procurar su sanación.

En materia de reformas legales, uno de los campos críticos, no hay avances. Los proyectos que impulsa la CCSS para mejorar sus potestades cobratorias aún están en trámite. Otros cambios, como la urgente revisión de los incentivos salariales para el personal, no están ni cerca de convertirse en proyectos de ley.

Lo peor es que los médicos de Zapote toman distancia. El ministro de la Presidencia, Carlos Ricardo Benavides, prefirió el silencio antes que enumerar acciones ejecutadas durante el pasado año para rescatar a la CCSS y refirió las consultas de EF a la presidencia ejecutiva, Ileana Balmaceda.

Allí, en el noveno piso de la Caja, la jerarca rechazó las críticas e hizo lista de logros, pero dejó claro que hay acciones que la CCSS no puede recetar.

Balmaceda enumeró un ahorro de $4 millones gracias a la optimización en la compra de medicamentos, un congelamiento en ¢7.000 millones en la partida de alquileres, una disminución de la morosidad patronal, y un ahorro del 40% en el pago de horas extras al personal médico.

No hubo respuestas de parte del Ministerio de Salud Pública.

Esperando la sanación

La solución definitiva a los problemas de salud de la Caja, entonces, yace aún en lista de espera en la agenda del Gobierno.

Tal panorama nubla el optimismo del sector sindical, dudoso de que se haya hecho lo necesario para levantar al paciente.

Luis Chavarría, de la Unión Nacional de Empleados de la Caja (Undeca), y Marvin Atencio, del Sindicato de Profesionales en Ciencias Médicas (Siprocimeca), le reclaman a la Junta Directiva de la Caja haber ejecutado groseros recortes en atención del asegurado y en detrimento del personal, que en poco contribuyeron a superar el estado crítico.

Desde el Congreso, el diputado Walter Céspedes, de la Unidad Social Cristiana (PUSC), señala la falta de visión y oportunidad política de la Presidenta y su equipo para abordar el problema.

¿Qué se dice sobre acciones futuras para rescatar a la CCSS? Es poco. Todavía se desconocen los planes que Chinchilla Miranda impulsaría en la recta final de su mandato para dejar a la entidad en sala de recuperación, como lo prometió en su discurso del 15 de setiembre.

La Caja está a flote, sus estados financieros lucen en números negros otra vez y se está cumpliendo en el 2012.

Empero, su gran cirugía sigue sin tener fecha de cita.

Cobro con recaídas

Mejoró gestión de cobro a empresas; Estado sigue en rojo

La CCSS tiene números positivos al menos con los patronos morosos. Ileana Balmaceda calificó como agresiva la actitud que asumió la entidad desde la crisis.

La morisidad pasó de 0,78% de lo facturado en el 2010 a 0,55% en el 2011, para presentar un 0,36% en el 2012. Se trabaja en un plan para mejorar el cobro por validación de derechos de los asegurados, con el fin de frenar el gasto en servicios que no cancelan.

Pese a esas acciones el gran deudor de la Caja, el Estado, se mantiene en rojo. Desde 1990 debe ¢200.000 millones del traslado de competencias del Ministerio de Salud a la Caja. La entidad ha impulsado negociaciones sin éxito con Hacienda, lo cual desata la ira sindical. En tanto, el INS no es buen cliente, lo que obliga a mejorar los cobros por atención de accidentados.

Reforma legal convulsiona

Grandes planes se mantienen paralizados o en negociación

Pese a la maraña legal, Ileana Balmaceda afirma que la institución se ha logrado mover durante el último año. Sin embargo, lamentó que proyectos para mejorar la gestión cobratoria no hayan avanzado rápido en la Asamblea Legislativa.

En materia de pluses salariales, la Junta Directiva apenas inició un análisis de un estudio realizado para determinar la conveniencia de esa erogación.

Empero, las acciones están lejos de concretarse en reformas legales que impliquen un ahorro y todo depende de que la institución logre un acuerdo con los sectores sindicales, que defienden sus derechos adquiridos.Balmaceda añadió que se han abierto foros de diálogo con la Sala IV para disminuir el número de casos de condenatoria a la Caja, sin embargo, no habló sobre posibles reformas a la ley.

Infraestructura lesionada

Hay ahorros, pero poca claridad sobre nuevas construcciones

Si bien la partida para alquileres no creció en el 2012, la CCSS no especifica cómo logrará financiar la construcción o adquisición de nuevos edificios para las unidades de salud, lo cual sugiere un estancamiento, coinciden en el sector médico y el sindical.

Para el 2013, crecerá el presupuesto de mantenimiento de la infraestructura, pero a un ritmo menor. La Unión Médica Nacional aún tiene dudas sobre la racionalización del gasto de las diferentes gerencias y del nivel central, lo cual impide –afirman– determinar si la CCSS sigue los lineamientos de austeridad que sí vigilan los centros médicos.

En equipamiento la Caja también aplicó su política de racionalización del gasto. La Presidenta Ejecutiva dice que esos recortes no han perjudicado los servicios al asegurado.

Notables amputados

Poca implementación de sugerencias causa desazón

Los notables recomendaron 91 acciones urgentes que quedan en el misterio, y los notables se quejaron por la escasa y tardía ejecusión de sus propuestas.

Según la Presidencia Ejecutiva, los ciudadanos plantearon qué hacer, pero no cómo. Competencias ajenas a la Caja, como las de cambiar la integración de la Junta Directiva y pasar de la figura de un presidente ejecutivo a la de un gerente general, ponen en entredicho la conveniencia práctica del informe de setiembre del 2011, que pretendía trazar una ruta para sacar a la institución del mal momento.

Otras acciones en ejecución, como cambiar gerencias y una política de uso racional de recursos, son previas al informe de notables, argumentó Balmaceda, restándole impacto a las medidas sugeridas por los notables.

Rectoría en coma

Polémica en medio de estallido de crisis aún nubla panorama

La idea de la exministra de Salud María Luisa Ávila de intervenir la CCSS terminó por forzar su salida del Gabinete de Laura Chinchilla. El marco legal que cobija a la Caja deja clara su autonomía.

Sin embargo, la renuncia de Ávila abrió el debate sobre las verdaderas potestades de control que tiene el Gobierno Central sobre la institución y sus decisiones, y si esta es tan poderosa como para esquivar la intervención política del Gobierno en momentos de crisis. Walter Céspedes, presidente de la comisión que investiga a la CCSS, cree que si bien hacen falta reformas legales, el ministerio podría asumir un rol más activo en la crisis, lo cual cree necesario para redefinir el modelo de atención de la salud pública.

Empero, Salud Pública continúa en una posición distante de la Caja, lo cual alimenta la incoherencia entre las leyes que rigen al sector.

Corrupción dañó sistema

Estigma que no se supera

Malos manejos financieros del pasado y casos de corrupción ligados a créditos internacionales para compra de equipos todavía impactan a la CCSS en el ámbito político.

Los escándalos por el caso del préstamo español y los compras del equipo finlandés incluso llevaron a procesos sonados, en uno de los cuales se condenó al expresidente de la República Rafael Ángel Calderón Fournier.

Esto minó la confianza en el manejo y vigilancia de fondos en la entidad, y alimentan las críticas de representantes de trabajadores sobre el poco interés en controlar los recursos de la CCSS e incluso el deseo de algunos sectores de debilitarla, para pasar de esquemas de salud pública a privados.

Aunque no se han vuelto a presentar escándalos de corrupción, el fantasma de estos escándalos afectó la credibilidad del sector político y aún recorre los pasillos de la Caja.

Curando el Déficit

Caja opera sin faltantes desde el 2011

A a mediados del 2011 se preveía un faltante de ¢94.000 millones para ese año, sin embargo no hubo faltante y la institución cerró con un superávit de unos ¢4.000 millones.

El monto no es suficiente, pues la Caja debe cerrar cada año con una reserva de más de ¢40.000 millones, pero se reconoce que la institución logró sanear sus cuentas. La Contraloría no duda de la salud de las cifras, y asegura que los datos financieros se han cotejado con la situación contable y ofrecen credibilidad a los datos.

Para este 2012, el gerente financiero de la institución, Gustavo Picado, anuncia que la Caja cerrará sin déficit, situación que se repetirá en el 2013 e, incluso, prevé un superávit al 2014. La institución cumplirá en diciembre del 2012 dos años consecutivos de cerrar sin déficit.

Tumor salarial sin medicina

Una institución que crece sin medida

Desde 1943 y hasta el 2011 las juntas directivas, de diversas épocas, concedieron pluses salariales para todos los trabajadores, lo que hace que se dupliquen sus salarios a partir de la base. Hoy el presupuesto para remuneraciones consume el 32% del total y el 41% de ese egreso corresponde solo al gasto por sobresueldos. La Contraloría prepara un nuevo informe sobre este tema y adelanta que sí es posible regular en mejor medida y sin necesidad de nueva legislación el otorgamiento de estos incentivos. Además, al menos en dos ocasiones (en los 80 y el 2009), la CCSS se utilizó como vía para contener el desempleo en momentos de crisis económica, lo que ha hecho crecer su planilla sin planificación. Hoy el crecimiento se congeló con la excepción de las plazas de especialistas que sumaron 394 en el 2012.

Dosis de préstamo alivia

Caja ocupó crédito por primera vez en su historia

En el 2012, por primera vez en la historia de la institución, la CCSS acudió a una línea de crédito bancario otorgada por el Banco Nacional con la cual la institución solventó las necesidades de liquidez que tuvo a finales del 2011 y inicios del 2012.

Ese crédito por unos ¢30.000 millones, fue cancelado entre febrero y marzo anterior, según las autoridades de la CCSS, pero la situación pone de manifiesto el problema de iliquidez que mantiene la institución.

El préstamo funcionó como un puente mientras se vendían los bonos con los que el Estado pagó parte de su deuda en el 2011. La línea de crédito permitió poner al día a la CCSS con los proveedores a los cuales se les dejó de cancelar hasta por cuatro meses. El crédito se consideró un indicador de que las finanzas de la CCSS mejoraban.

Tecnología enferma

Dificulta la transparencia, el orden y la toma de decisiones

Desde el 2006, informes de la Contraloría señalan un inadecuado ambiente de operación de los sistemas de información financiera de la Caja, advirtiendo incompatibilidades entre unos sistemas y otros.

Ese año un proyecto de migración de sistemas (IBM 390) ya sumaba seis años de desarrollo sin llegar a puerto. El agotamiento funcional de las plataformas dificulta el cumplimiento de requerimientos de información de los usuarios internos y externos, las labores de control y gestión que han puesto en riesgo el contar con información certera de la gestión institucional.

De lo anterior se deriva la ausencia del Expediente Único de Salud, las listas de espera que pueden ser de años, y la falta de control en las compras de materiales y suministros que han provocado corrupción.

Liquidez crónica

A inicios de cada año, a la Caja le falta dinero

El pago de aguinaldos más la cancelación del salario escolar a los casi 50.000 empleados de la CCSS, suponen un desembolso de efectivo que a la Caja le cuesta asumir desde el 2009 a la fecha.

Puntualmente la institución ocupa cerrar cada año con un superávit de ¢40.000 millones para no tener problemas de liquidez a inicios del siguiente. En años anteriores al 2009, datos de la Contraloría recuerdan que la institución cerraba con superávit cercanos a los ¢100.000 millones, lo que les permitía enfrentar estas obligaciones de pagos con holgura.

El problema ha sido citado en los informes de la Comisión de Notables como la Defensoría de los Habitantes, en los que se señala que la situación de iliquidez resulta ser el problema más crítico y urgente a resolver por la institución.

Compras dejan ronchas

Desorden en las compras abren puerta a corrupción

Por los medicamentos han salido a relucir en el 2012 las principales señales de deterioro en el servicio a pacientes de la CCSS.

Medicamentos vencidos, carencia de ellos hasta por un año y corrupción en los procesos de compra, han obligado a la institución a desarrollar una reingeniería de todo el proceso de compras en el 2012, que son un 9% del presupuesto (¢210 millones).

Según las autoridades,se ha incurcionado en compras digitales a través de la plataforma Mer-link del gobierno digital, sin embargo la comisión del 1% del total de compras resultó ser muy onerosa para la institución, por lo que la Junta Directiva aún analiza la digitalización del proceso de compras.

De momento, una mejora administrativa ha permitido ahorrar $4 millones, respecto a las compras del 2011.