El presidente de China, Xi Jinping, mostró interés en crear una zona económica especial en Costa Rica para que vengan a invertir empresas de su país con condiciones especiales y sirva de plataforma para comercializar con el resto de América Latina, Estados Unidos, Canadá e incluso Europa.
Así lo confirmó el alcalde de San José, Johnny Araya, quien dijo que fue uno de los temas que trató rapidamente con el mandatario asiático poco antes de entregarle las llaves de la ciudad de San José en agradecimiento por la colaboración con la capital costarricense.
"El Presidente fue muy claro y lo ve como una alta posibilidad. No entramos en detalles", aseguró Araya.
El alcalde explicó que una zona económica especial le generaría al país empleos, encadenamientos, valor agregado, alto nivel educativo e inversión y aunque aceptó que el tema aún está verde es de gran importancia para desarrollarlo a partir de ahora.
El Alcalde reconoció que este proyecto podría anclarse en una zona de bajo desarrollo para que el impacto socioeconómico sea mayor. Araya dejó abierta la posibilidad de que sea Limón.
"Queremos que venga industria de alta tecnología y manufactura, se generen mayores universidades y se desarrollen proyectos turísitcos", dijo Araya en el salón Cedros II del hotel Real Intercontinental, donde se produjo la rápida cita con Xi.
Araya explicó que este proyecto servirá a Costa Rica para ser un polo de desarrollo a nivel nacional, centroamericano y en el Caribe.
Desde la reanudación de las relaciones con China en el 2007 ese país ha mostrado interés en la ubicación geográfica de Costa Rica.
El alcalde josefino ve "con mucha esperanza" el desarrollo de esta zona económica y dejó claro que para implementar una zona con estas características el país requerirá de una legislación especial.
"En un ganar-ganar", dijo Araya.
En la actualidad, Costa Rica importa más de China que lo que se exporta a ese país. Según cifras de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), para el 2012, el país exportó $331,3 millones y se importaron $1.439,6 millones, lo cual representó un saldo comercial negativo de más de $1.108 millones.