CNP cobra vida para articular agro

Gestión de mercados y valor agregado, entre las nuevas funciones que Gobierno encomendó a entidad

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En vez de escribir un epitafio en la tumba que ya estaba cavada, el Gobierno pretende reanimar al Consejo Nacional de Producción (CNP) y darle una nueva historia.

La entidad cobró nueva vida con el inicio de la administración de Luis Guillermo Solís, que apuesta por convertirla en la piedra angular del plan para reactivar la producción agrícola y, así, a las pequeñas empresas rurales.

Tal objetivo es complejo, reconocen las autoridades que se enfocan en poner a caminar un plan para que el CNP se estrene como gestor de mercados, promotor de valor agregado agropecuario, articulador de encadenamientos agroindustriales rurales y como centro de información y comunicación agroempresarial.

Esas son las grandes líneas de acción del plan para impulsar el cultivo de granos básicos, que se mantiene a la baja desde principios de la década de 1990.

Un plan que fue recibido con recelo por los representantes empresariales del sector.

Mal antecedente

Ese año también marcó el declive del CNP, que nació en 1948 para salvaguardar el aprovisionamiento interno de alimentos.

La pendiente se tornó más empinada para el instituto autónomo después de 1998, cuando su ley constitutiva sufrió modificaciones por la creación del Programa de reconversión productiva del sector agropecuario.

En el 2012 la Contraloría General de la República (CGR) llamó la atención sobre la descapitalización del CNP; hoy el déficit de la institución asciende a ¢9.568 millones, monto que se saldaría con un presupuesto extraordinario.

“Con ese presupuesto habremos recuperado a las pequeñas y medianas agroempresas y, entonces, seguiremos adelante reforzando los servicios institucionales”, adelantó Carlos Enrique Monge, presidente ejecutivo del CNP.

La apuesta del Gobierno es rescatar al instituto mediante un proyecto de ley que garantizaría su sostenibilidad a largo plazo, y un presupuesto para el 2015 que crece en un 8% con respecto al del 2014.

Recursos de Fanal son vitales

El otro piñón financiero del nuevo CNP sería la reactivación de la Fábrica Nacional de Licores (Fanal), entidad que tiene su propia historia de déficit y pasivos densos como plomo.

Los planes del MAG son implementar una estrategia publicitaria y comercial que lleve a mayores ventas nacionales y en el exterior del aguardiente de marca Cacique, para trasladar el mayor porcentaje de esas utilidades al CNP, con el objetivo de financiar los gastos operativos que se incrementarían con su reactivación.

Tiempo de renovación

Si bien el panorama financiero es más despejado que en años anteriores, mejorar la eficacia y la distribución del personal del CNP se vislumbra complicado.

En el 2012 la CGR concluyó que la gestión operativa del CNP alcanzó una efectividad del 68,6%.

La calificación es deficiente, según lo determinó la auditoría. Pese a la mala calificación otorgada por la CGR la reactivación del ente no implica aumentar o renovar su planilla, sino, más bien, potenciar el recurso humano ya existente.

A los empleados actuales, entonces, les corresponderá darle vuelta a la página del cierre del CNP y apuntar su dedo sobre el renglón de la transformación de lo que queda del instituto en una agencia de promoción de la producción interna, según la definición del viceministro de Agricultura y Ganadería (MAG) José Joaquín Salazar, sobre los planes del Gobierno.

El corazón del proyecto está en el Programa de Abastecimiento Institucional (PAI).

La idea del Poder Ejecutivo es que los productores se valgan de los nuevos servicios que ofrecerá el CNP para producir más y de forma más eficiente con el objetivo de cubrir la demanda de alimentos de todas las entidades públicas. Este es un mercado “cautivo” de ¢100.000 millones al año que hoy se abastece en un 17%.

El viceministro Salazar aseguró que uno de los primeros pasos que dio este gobierno para fortalecer el PAI fue trasladar los recursos del programa a un fideicomiso bancario, lo cual impedirá que los recursos que genere se utilicen para cubrir gasto operativo del CNP y no para cancelarles a los proveedores de alimentos, situación que se dio en el pasado y contribuyó a inflar las deudas de la institución.

También para mejorar la gestión, las autoridades firmaron la un programa de cooperación técnica con la Compañía Nacional de Abastecimiento de Brasil, que, de acuerdo con el viceministro, podría servir de modelo para la reestructuración del Consejo Nacional de Producción.

Políticas integrales, otra clave

Según la presidencia ejecutiva del CNP, la integralidad de esos y de los restantes ejes del plan de reactivación es la clave para encender los motores de nuevo y dejar atrás la desarticulación que, según Carlos Enrique Monge, se encontró el Gobierno al analizar el estado de la institucionalidad del sector agropecuario.

Monge y Salazar se quejaron de que encontraron un conjunto de políticas públicas focalizadas en la agroexportación y dominadas por el corto plazo.

En el 2013 las ventas al exterior de productos agrícolas crecieron hasta los ¢4.381 millones.

Ambos jerarcas no cuestionaron los logros en materia de exportaciones del sector, empero, señalaron que la falta de cohesión de las políticas agrícolas contribuyeron a debilitar al CNP, por su vocación hacia la agricultura de consumo interno.

El MAG espera que la nueva visión dé como fruto un CNP con una institucionalidad “encarnada” en las regiones rurales.

Asimismo, que esa fortaleza institucional contribuya a establecer relaciones fluidas con las otras entidades del sector, con la academia y con los gremios de productores.

Para entrar con éxito en la nueva dinámica productiva, el Consejo también considera necesario echar a andar programaciones regionales de siembras, intervenciones con enfoque territorial que se desarrollarían a través de direcciones regionales más fortalecidas que en la actualidad.

2015 será de consolidaciones

Entre los planes a corto plazo que el Gobierno pretende ejecutar para reactivar la siembra de granos básicos, la presidencia ejecutiva del CNP citó como prioritario intervenir la actividad frijolera en la zona norte.

Ahí echarán a andar un plan que permita organizar a los agricultores y los ensayos para transferirles nuevas tecnologías, entre otras acciones que se repetirán durante el 2015.

Con ese camino recorrido, el Gobierno iniciaría con el fortalecimiento de los programas de asistencia técnica para los productores de granos básicos.

Se trata de volver a darles a los productores las condiciones para ser eficientes tanto en el mercado interno como en el externo, explicó el ministro de la Presidencia, Melvin Jiménez.

El viceminitro Salazar agregó que el CNP debe funcionar como una agencia que potencie a los agricultores para que no solo se mentalicen en abastecer el mercado interno, sino, también, a Centroamérica, mercado natural para la producción de granos básicos costarricenses.

Cautela

Sin embargo, los voceros de los empresarios del sector agrícola piden mesura al Poder Ejecutivo antes de inyectarle más millones al Consejo.

Juan Rafael Lizano, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA) y ministro de Agricultura en la administración de Rafael Ángel Calderón (1990-1994), pidió ver los estudios en los que el Gobierno basa el plan de reactivación del CNP antes de respaldar esa idea.

La preocupación radica en que, según el empresario, el sector que representa no desea que los impuestos que pagan los productores se destinen a engordar la institucionalidad del ramo.

Por su parte, Édgar Herrera, director ejecutivo de la Liga Industrial de la Caña (Laica), solicitó a las autoridades determinar técnicamente en cuáles cultivos de granos básicos el país podría ser competitivo antes de embarcarse en la aventura de reactivar el agro local.

Los empresarios apuntaron que desconocen por completo los pormenores del plan para renovar al CNP.

De encargado del abasto a ente deficitario

Idea de guerra: En 1943, a raíz de los efectos de la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno creó la Junta Nacional de Abasto para asegurar la dotación de granos básicos y papas, cultivos disminuidos por el conflicto bélico.

Ligamen con planes sociales: Un año después el Gobierno creó la comisión denominada Consejo Nacional de Producción, encargada de definir directrices de la Sección de Fomento, con base en los planes sociales establecidos.

Llega la autonomía: En 1956 el Consejo Nacional de Producción se crea por ley como un instituto autónomo.

Papel durante crisis: Durante la primera mitad de la década de 1980 el CNP jugó un rol importante en el abasto de granos básicos, labor que cumplió a través de los estancos, pequeños supermercados de pueblo que cobraron importancia durante la crisis económica que afectó al país en esa época.

Década del declive: A partir de 1990 el CNP empezó a ser desmantelado por el Ejecutivo, convencido de que la entidad ya había perdido su razón de ser.

Nuevo aire: En 1998 el Congreso aprobó la creación del Programa de Reconversión Productiva, que modificó la ley del CNP y le dio un respiro a la entidad.

Malos resultados: Sin embargo, los malos resultados en la gestión de la institución se repitieron durante la primera década del siglo XXI, al punto de causar la acumulación de pasivos por casi ¢10.000 millones.

Una nueva oportunidad: Hoy el Gobierno basa su plan de rescate del CNP en un presupuesto extraordinario que serviría para dejar su balance financiero en negro de nuevo. Después de esa acción empezaría la renovación del Consejo como agencia promotora de la producción interna de granos básicos, plan que arrancaría en el 2015.

Fuente Entrevistas y CNP.