El Gobierno ha dado reiteradas explicaciones sobre el viaje de la señora Presidenta a Perú. Las más detalladas fueron brindadas por el exministro de Comunicación. Desde el inicio, se aceptó que los mecanismos para evitar que la Presidenta y sus ministros se expusieran a estas situaciones no se activaron como correspondía. Así se manifestó ante la opinión pública, con total transparencia.
Debe destacarse que el Gobierno, al descubrir los hechos, interpuso la denuncia ante la Fiscalía y fue el primero en comunicarlo a los medios ese mismo día. En esa conferencia se brindaron los detalles sobre el contacto con quienes facilitaron el avión y que uno de ellos utilizó un nombre falso. De haberse conocido las circunstancias que rodeaban a la aeronave, no se habría utilizado para realizar viaje alguno. Esta Administración ha sido particularmente escrupulosa en mantenerse lejos de sectores cuestionados. Contra el narcotráfico, hemos dado una lucha frontal, con resultados tangibles y reconocidos.
Coincidimos en la conveniencia de eliminar donaciones de este tipo al Estado. Para ello deben cambiar la costumbre y las reglas que han imperado en esta materia por varias décadas (aceptadas incluso bajo normativa más novedosa, vigente desde hace 10 años). Sin ese cambio, es inaceptable que a esta Administración se le mida con una vara distinta a la utilizada en el pasado para situaciones análogas.
Cabe recordar que doña Laura ya ordenó que sus salidas del país y la de todos los funcionarios se realicen en vuelos comerciales. Igualmente, se dispuso fortalecer los protocolos de seguridad concernientes a la Presidencia. Nuestro objetivo, claro está, es que situaciones como esta no se repitan jamás.