Costa Rica debe consolidar una inversión extranjera basada en el conocimiento

País debe seguir apostando por una inversión sofisticada para competir en el nivel mundial

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En la carrera por la atracción de inversión extranjera, Costa Rica abrió sus puertas, de par en par, a todas las empresas que quisieran instalarse.

En las últimas dos décadas han ingresado firmas que requerían alto nivel educativo y sofisticación como Baxter, Sykes, IBM, Hospira, Trimpot, Bridgestone, HP, Abbott e Intel y, también otras sin mucho valor agregado, como los centros de llamadas conocidos como “call centers”.

Empero, es una fuente que no para de crecer. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la inversión extranjera directa (IED) del Costa Rica pasó de $733 millones en el 2004 a $2.098 millones en el 2012. Un aumento de casi 200%.

El reto, no obstante, es consolidar ese camino y apostar por una IED de alto nivel.

Así lo determinó un estudio de la Universidad de Duke, Estados Unidos, sobre Costa Rica y las cadenas globales de valor, que señaló que el país enfrenta el reto de su propio éxito y es seguir atrayendo a las multinacionales como hasta ahora, pero siendo más selectivo.

“Hay que crear los mecanismos para escoger inversionistas de mayor valor. Identificar destrezas que se requieran a corto y mediano plazo para atraer sectores de alto conocimiento y capacitar la fuerza laboral ”, dijo el profesor Gary Gereffi, encargado del estudio contratado por el Ministerio de Comercio Exterior (Comex).

Según el informe, la llegada de alta tecnología al país ha logrado una importante participación en las cadenas globales de valor, especialmente en los sectores de ciencias de la vida y servicios.

Costa Rica ha pasado, por ejemplo, de hacer ensambles menores de dispositivos médicos, a contar con empresas que manufacturan espirales de titanio para tratar aneurismas cerebrales.

Hay compañías que cuentan con centros de investigación y desarrollo, como Hewlett-Packard o Intel, con su centro de prototipos. Para Gereffi, esa debe seguir siendo la tendencia.

No es el único. El Foro Económico Mundial cataloga a Costa Rica como una economía en transición, que pasa de producción basada en la eficiencia, hacia una del conocimiento, lo que supondría mayores niveles de desarrollo para el país.

Por buen camino

Costa Rica cuenta con un conglomerado de más de 250 empresas de manufactura avanzada, manufactura médica y servicios de renombre mundial.

En el sector de manufactura tecnológica se producen desde tarjetas electrónicas, microprocesadores y piezas para aeronáutica, hasta válvulas cardíacas de tejido bovino, espirales de platino para tratamiento de aneurismas y dispositivos médicos para la salud de la mujer.

En el sector servicios se desarrollan procesos de diseño e ingeniería, animación digital, manejo de procesos contables y financieros, programación y soporte técnico en tecnologías de la información en varios idiomas.

Edna Camacho, presidenta de la Academia de Centroamérica, cree que el país debe mantener el mismo camino.

“Hay que seguir especializándose en una cadena de diferentes procesos. Costa Rica debe identificar en cuál proceso es más competitivo”, apuntó.

La ministra de Comex, Anabel González, atribuyó el auge en alta tecnología al capital humano del país, que ha permitido que las empresas valoren que acá pueden manufacturar productos de mayor complejidad y calidad que en otras latitudes.

“El país ha logrado que la IED que se ha venido estableciendo, venga con procesos de manufactura y a prestar servicios de cada vez mayor valor agregado”, dijo.

Retos

Aunque el país se ha enfocado en la investigación y el desarrollo, debe continuar consolidando ese camino, porque se enfrenta a la competencia internacional para atraer ese tipo de inversión.

Pero cuanto más valor agregado se tenga, las exigencias en otras áreas serán mayores.

Se requerirá cada vez de mano de obra más calificada, por lo tanto, el reto es seguir invirtiendo en la preparación del capital humano y propiciar un clima de inversión adecuado para fomentar la llegada de empresas.

En cuanto a la mano de obra, es crucial refuerzar la educación en todos los niveles: secundaria, universitaria, técnicos, posgrados, maestrías y doctorados.

Para la directora de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), Gabriela Llobet, el país debe generar nuevos programas de técnico medios en secundaria y en el INA, así como mejorar los programas existentes y aumentar graduados.

Una propuesta presentada por los sectores empresariales es la creación de un nivel técnico superior. Es un campo donde hay pendientes nota aparte: “INA graduó menos técnicos especializados”, pág 46.

La idea es crear carreras de tres años en procesos de manufactura, calidad en la industria médica, diseño de productos, microbiología, metrología y áreas especializadas en tecnologías de la información, así como seguridad cibernética, computación en la nube, virtualización, sistemas empotrados, bases de datos y sistemas de conjuntos de datos (big data), entre otros.

A nivel universitario, la propuesta es mejorar los programas existentes y fomentar más tecnologías de información, ciencias, matemáticas e ingenierías.

En cuanto a la mejora del clima de inversión, González consideró necesario revisar los costos competitivos de la energía, un reclamo constante de los empresarios, así como generar mayores incentivos atractivos y contar con mejor infraestructura.

Costa Rica está en la ruta de la alta tecnología y el desarrollo del conocimiento, dependerá de cuán selectivo sea el país para consolidar ese camino.