Del 2004 al 2013, el costo real de cada caso terminado por el Poder Judicial creció ¢172.000. Eso representa un incremento de 84% en diez años.
Como contraste, en el mismo plazo, la productividad de los jueces de primera y única instancia se encogió. La cifra de casos terminados netos por juez bajó de 747 a 386. La baja equivale a una caída de 34%.
Todo esto según datos recopilados por Estado de la Justicia, publicado el mes pasado por el Programa Estado de la Nación (PEN).
El nuevo informe da seguimiento al Poder Judicial con mayor profundidad que lo ha venido haciendo el Informe Estado de la Nación. Su financiamiento proviene de recursos del Poder Judicial y del PEN, y contempla el análisis de indicadores de entre 1900 y 2013.
Tal informe concluyó, como tendencia general, que el Poder Judicial gasta más, produce menos y genera desconfianza.
Eso se refleja en precisamente en el aumento del costo de cada caso. Según los datos disponibles, si se compara el punto más bajo de lo que gastó el Poder Judicial con el del 2013, el incremento del costo es de 137% a partir de 1997, cuando tal costo fue de ¢158.000.
Por el lado de la productividad de los jueces, el pico se registró en el 2000, con 841. Desde esa cumbre hasta el 2013 la caída en la cifra de casos terminados netos por juez es de 42%.
Entre tres olas de reforma permanente en la últimas dos décadas, el presupuesto del Poder Judicial, en términos reales, ha crecido un 436%. El presupuesto real per cápita aumentó, en el mismo plazo, un 244%. Sin embargo, junto al ritmo de aumento de ese presupuesto no ha venido aparejada una mayor eficiencia.