La aviación —y el turismo en general— es uno de los principales dinamizadores de la economía nacional. Poco a poco la actividad regresa a la normalidad con números alentadores después de la pandemia, pero el país aún tiene retos importantes en este sector.
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Este martes, en el marco del evento Día de la Aviación, organizado por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), el ministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador; el jerarca de Turismo, William Rodríguez; y representantes de las aerolíneas Avianca y Volaris enumeraron algunos de los desafíos.
El primer punto que tocaron es sobre infraestructura. No solamente en aeropuertos sino también de vías de acceso cercanas. Una propuesta gubernamental pasa por reformar la ley de concesiones para que la mayoría de obras de ampliación sean desarrolladas por entes privados debido a la falta de presupuesto para proyectos.
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Mejorar las entradas y salidas de los aeropuertos internacionales es una preocupación continua del Ejecutivo, según manifestaron sus representantes, y se hace más urgente a medida que se incrementa el flujo de pasajeros.
Según Amador, otra posibilidad es realizar los ajustes legales necesarios para permitir que las tarifas de peajes de rutas nacionales se puedan utilizar para mejorar las carreteras cercanas a aeropuertos.
Otra de las ideas es reducir los impuestos que pagan los tiquetes aéreos para aumentar la demanda de pasajeros. Actualmente, alrededor del 60% del valor del pasaje se destina a gravámenes y tarifas aeroportuarias, y las aerolíneas son conscientes de que esto debe cambiar.
“Si queremos más gente volando, necesitamos tiquetes más competitivos”, dijo Federico Pedreira, director general adjunto de Avianca.
Al reducir los impuestos y ofrecer boletos a bajo costo, se impulsa el apetito por viajar. No obstante, se está buscando un equilibrio donde la recaudación fiscal del país no se vea afectada y donde más bien se aproveche el encadenamiento que conlleva que más personas viajen.
Volaris, por ejemplo, estaría en la capacidad de ofrecer boletos a $50 en vuelos entre países centroamericanos si las autoridades rebajan las tasas aeroportuarias a menos de ese monto. Así lo indicó Dionisio Pérez, vicepresidente de Desarrollo Corporativo de la empresa.
A pesar de este llamado del sector para abaratar los pasajes aéreos, hace algunos meses el gobierno planteó la posibilidad de aumentar la carga del Impuesto al Valor Agregado que hoy se paga sobre los mismos. Se habló de la posibilidad de aumentar de un 4% sobre el 10% del precio total a un 13% sobre esa misma base, pero la propuesta fue vista de la mala manera por el sector.
La industria resalta el impacto que puede tener el modelo de vuelos de bajo costo para dinamizar la demanda y cómo el negocio ha tenido que transformarse después de la pandemia para brindar un servicio cada vez más personalizado.
Reclutar o formar personal calificado para las operaciones de las aerolíneas es un desafío importante para la industria aérea en Costa Rica y en el resto de la región, ya que hay una fuga de talento humano hacia mercados más grandes como Europa y Asia.
El último punto sobre el que se discutió fue la aplicación de un marco regulatorio en materia de transporte aéreo que incluya estándares de calidad, seguridad, supervisión, y diálogo entre aerolíneas y gobiernos.
Finalmente, los expositores resaltaron la recuperación del empleo y otras actividades ligadas al turismo luego de la crisis sanitaria de la covid-19.