Doing Business insiste en trabas en infraestructura y protección al inversionista en Costa Rica

Informe revela recuperación de competitividad, pero también preocupantes estancamientos

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Las condiciones para realizar negocios en Costa Rica mejoraron en los últimos años. Y, sin embargo, se deterioraron a niveles alarmantes.

Esta visión contradictoria resulta de revisar las tendencias del informe Doing Business , que realiza el Banco Mundial todos los años, para medir el clima de negocios en 189 países.

La lectura tiene varias dimensiones. Por ejemplo, al comparar el último año con el actual, Costa Rica mejoró en el ranking general, facilidad para hacer negocios, al subir del puesto 110 al 102.

A la vez, se mejoró la posición en mediciones como requisitos para iniciar un negocio, manejo de permisos de construcción, comercio con el exterior y resolución de insolvencias, cuatro de diez. En otras cinco categorías hubo un desempeño similar (igual posición o caídas que no superaron tres puestos) y solo hubo una baja notable en una, facilidades para pago de impuestos.

Sin embargo, el balance positivo puede ir años atrás, ya que la mejora se percibe desde el 2011, cuando el país alcanzó su peor calificación general, el puesto 125. Desde esa fecha, se generó una recuperación que, sin embargo, no alcanza todavía los niveles del 2006.

Así que una lectura inicial sugiere una visión casi de ensueño: un país mejorando sus condiciones para realizar negocios, con pocos lunares. Palmadas en la espalda para todos.

El lado oscuro del informe

Sin embargo, una mirada con un poco de memoria puede variar bastante el panorama.

Al revisar las diez categorías vigentes desde el 2008 o desde que se inició la recopilación de datos, seis presentan un deterioro notable.

Llama la atención la posición de mediciones como protección al inversionista (se bajó de 158 a 170) y cumplimiento de contratos (estancados en el puesto 130). No es precisamente una carta de recomendación para salir a buscar inversiones en el exterior, o para tocar la puerta de la OCDE.

Las condiciones para obtener crédito bajaron del escaño internacional 48 al 86, mientras la resolución de insolvencias pasó del lugar 104 al 124.

Igualmente bajó en la clasificación el registro de la propiedad (41 a 46) y la obtención de electricidad (43 a 47).

Lo más preocupante en estos indicadores, sin embargo, son las señales de estancamiento: los días para registrar propiedades pasaron de 19 a 21 en la década, los procedimientos para iniciar un negocio de 11 a 9, los días para exportar de 8 a 13, y para lograr el cumplimiento de un contrato pasaron de 877 a “solo” 852.

Ante este panorama, parecieran casi placebos haber reducido los días para iniciar un negocio de 77 a 24, los plazos para permisos de construcción de 191 días a 23, y el pago de impuestos, de un promedio de 402 horas por año, a 226. Aplausos tibios, concentrados en esfuerzos de digitalización, y ceños fruncidos para la mayoría.

Dimensionando el informe

¿Quiere esto decir que otros países están logrando mejores resultados en materia de competitividad y condiciones para negocios?

Otto Stecher, director de Consultoría en Deloitte, advierte que eso es algo relativo. “Algo interesante de Costa Rica es que como país, no somos los mejores en las categorías. Generalmente estamos en un promedio. Pero al compararlo con respecto a la región, nuestra calificación global es muy buena”.

En el sector productivo, el balance también es mesurado. Jaime Molina, presidente de la Unión de Cámaras (Ucaepp) destacó que se están recuperando posiciones. “Mejora la posición en sectores con tendencia a la innovación, se han hecho esfuerzos para reducir trámites, pero seguimos mal en infraestructura, que nos resta competitividad”.

Molina destacó que aunque la actual administración permitió recuperar posiciones en materia de competitividad, en años anteriores se perdió mucho terreno, por lo que queda mucho por avanzar. Citó inquietudes en materia de electricidad y seguridad jurídica, para sumarse al talón de Aquiles de la infraestructura.

La advertencia de mantener el paso también la realiza Luisa Díaz, asesora de competitividad de la Cámara de Industrias. “Costa Rica ha mejorado su posición en el indicador completo con pasos lentos, pero todavía hay acciones que se deben reforzar”.

Díaz resaltó que se debe poner atención a áreas como acceso al financiamiento, infraestructura, pago de impuestos y el tema de protección a las inversiones.

Sin embargo, también debe dimensionarse las posibilidades de mejorar los indicadores. “Siempre hay áreas en las que es más fácil mejorar, pero hay otras, como en el tema de la tramitología ambiental, donde no es tan simple”, advirtió Stecher.

Díaz lo recalca también. “En algunos casos puede que sea difícil avanzar, tal vez estamos cerca de las mejores prácticas... lo importante es ver lo cerca o lejos que estamos de esas mejores prácticas internacionales”.

Y está el aspecto de la continuidad. Con elecciones a la vista, la prioridad que se dará a la competitividad y al clima de negocios serán vitales para mantener la visión rosa de mejoría sostenida, o reavivir la mirada sombría del estancamiento. El Doing Business seguirá siendo señal de alerta.