Edad y género: las barreras al trabajo

EF realizó un análisis de la población fuera de la fuerza laboral con datos de la Encuesta Continua de Empleo (ECE)

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Costa Rica registra cada vez más personas fuera de su fuerza de trabajo.

Para el tercer trimestre del 2016, 1.601.792 costarricenses engrosaban ese indicador. La cifra registró un aumento de un 10% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según datos de la Encuesta Continua de Empleo (ECE), del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

En términos generales, hablamos de una población concentrada en los polos de la pirámide poblacional (de 15 a 24 años y de 60 años o más), con un nivel educativo que no supera la secundaria y donde la participación de la mujer se acentúa.

Las causas que explican esa autoexclusión del mercado laboral son varias, y varían por edad y por género, principalmente. Sin embargo, se podrían citar razones que van desde el estudio, hasta las obligaciones familiares o personales.

¿Por qué la importancia de entender a este población?

En el fondo y según cita el mismo informe del Estado de la Nación, se podría estar ante un capital humano subutilizado, al tiempo, que los niveles de participación laboral y el propio desempleo oscilan entre el 9% y el 10%.

De acuerdo con el INEC, la población fuera de la fuerza laboral engloba a aquellas personas que no estaban ocupadas al momento de hacer la encuesta, o que están disponibles para trabajar pero que no realizaron ninguna gestión previa para conseguir un puesto en las cuatro semanas anteriores a cuando la entidad aplicó la encuesta.

Primero la edad

El grupo de inactivos se alimeta principalmente por dos grupos de edad.

Para el tercer trimestre del 2016, fueron las personas mayores a 60 años las que encabezaban la lista de personas fuera de la fuerza de trabajo. Un 33% del total de costarricenses inactivos se ubicaban en ese grupo.

Se trata al mismo tiempo de una población que crece en número. Por ejemplo, mientras de julio a setiembre se contabilizaban 526.445 adultos en esa condición, para el mismo periodo del 2010 ese número alcanzaba las 371.335 personas.

Una esperanza de vida mayor y un envejecimiento de la población, salen al paso de las razones.

“En los últimos años ha crecido el número de personas de 65 años y más que están fuera de la fuerza de trabajo, como consecuencia del cambio demográfico”, sostiene el Estado de la Nación en su último informe.

Cabe destacar que solo un 22% de esta población mayor a los 60 años trabajaba o buscaba empleo activamente.

En el otro extremo, la población entre 15 y 24 años de edad se ubica como el segundo grupo más amplio. Un 31% (500.698) de los costarricenses inactivos que se encontraban fuera del mercado pertenecían a ese rango de edades.

Si bien es un número que ha venido en aumento, en este caso, las razones dadas por el mismo INEC tienen un tinte positivo.

Es decir, una mayor asistencia a la educación se ubica como la principal razón que aleja a este grupo de personas del trabajo.

“El perfil socioeducativo de esta población permite suponer que una eventual incorporación al mercado tendría impactos positivos sobre la pobreza y la desigualdad”, añade el estudio.

Es más, los más recientes datos dados a conocer por el Ministerio de Educación (MEP) sobre exclusión estudiantil refuerzan, en parte, la tesis.

El porcentaje de estudiantes en secundaria que abandonaron sus estudios se redujo de 4,4% en el 2015 a 4,2% este año.

Porque son mujeres

A nivel de género, son las mujeres las que alimentan las cifras.

Del total de personas inactivas para el tercer trimestre del año, un 66% eran mujeres, la mayoría en edades altamente productivas (entre los 25 y 60 años).

Son las obligaciones consideradas familiares la causa número uno para alejar al sexo femenino de la producción nacional.

Es más, unas 174.500 mujeres estarían disponibles a incorporarse a la fuerza de trabajo si alguna de sus circunstancias, incluido el cuido, cambiaran.

Y es que esta última causa acompaña a la población femenina desde los 25 años hasta su vejez. En el sexo opuesto, los estudios y el no deseo de trabajar se alternan entre los motivos que separan a los hombres del trabajo.

La ausencia de mecanismos consolidados en la sociedad que sustituyan las labores tradicionalmente asignadas a la mujer (cuido de niños y adultos mayores) y un mercado que no termina de generar condiciones atractivas para que las mujeres se reincorporen al mercado, explican en un primer término esa fuga de talento femenino.

“Uno si nota cierta tendencia en que las empresas están fomentando la construcción de áreas de cuido o acondicionando espacios para la lactancia. Se trata de una motivación para el personal contratado y por contratar”, señaló Ana Gabriela Chaverri, gerente Manpower Costa Rica.

Por su parte, una legislación laboral deficiente en pro de la mujer termina de complicar el panorama.