El discurso de este 2 de mayo escrito por las cifras

Análisis de EF sobre los datos económicos de los primeros dos años de este gobierno

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Estimados costarricenses: este año, las cifras económicas hemos decidido escribir nuestro propio informe de labores para el segundo año del gobierno de Luis Guillermo Solís Rivera.

Nos comparamos con nuestros pares en los primeros dos años de la administración Chinchilla Miranda y Arias Sánchez en ocho diferentes rubros económicos. Además, comparamos nuestro estado actual con las metas numéricas que se planteó este gobierno.

Entre los rubros analizados, el mejor desempeño está en el turismo (como los anteriores) y las exportaciones de servicios (que también se mantienen).

En carreteras, inversión extranjera directa y crecimiento económico encontramos algunos de los problemas que más se han agudizado en este mandato.

También se han arrastrado y agravado el desempleo, la pobreza extrema y el déficit fiscal, a pesar de las buenas intenciones del gabinete actual.

Echamos mano a reportes oficiales y a planes de desarrollo de los tres mandatarios para demostrar nuestro rendimiento.

En los próximos minutos, leerán ustedes los principales resultados de nuestro análisis.

Sin solución

“Se reducirá la desigualdad y se eliminará la pobreza extrema”. Así de contundente fue el actual presidente durante su campaña electoral.

Desde ese momento, la afirmación pintaba difícil de cumplir.

De 1990 a la fecha no se ha observado una eliminación de la pobreza extrema. Según datos del XIX Estado de la Nación entre 1990 y 2012, la mayor disminución de la pobreza extrema fue del 35,28% (entre 2006 y 2007).

La promesa hizo eco como objetivo en el plan nacional de desarrollo “Alberto Cañas Escalante” pero con números más conservadores.

El Ejecutivo se planteó la meta de atender 42.600 familias en condición de pobreza. Lo lograron, y 48.610 familias dieron el salto. Sin embargo, la pobreza extrema continúo su ritmo ascendente.

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) revelan que la cantidad de hogares en esa condición creció en 0,5 puntos porcentuales (29.261 hogares más) durante el 2015, en comparación con un año atrás.

Las pasadas dos administraciones tampoco lograron darle un giro positivo al tema.

Tanto Arias como Chinchilla culminaron sus mandatos con cifras de pobreza extrema por encima de las metas establecidas en sus gobiernos.

Misma suerte sufrieron las cifras ligadas a la reducción de la tasa de desempleo. Pese a ser una promesa que abarca capítulos enteros en los planes de los últimos tres mandatos, las cifras mantienen una tendencia negativa.

La tasa de desempleo abierto para Costa Rica pasó de 6% en el 2006 a 9,6% en el 2015.

Es decir, Luis Guillermo Solís arrastra para su segundo año de administración un problema que ya estaba en el tintero desde por lo menos una década atrás.

“Aún el país está lejos de la meta nacional propuesta para el 2018, la cual es de 7%”, admite el propio informe anual de cumplimento de metas para el 2015 del Ministerio de Planificación (Mideplan).

Tampoco hay mejoras en las cifras sobre las finanzas del Gobierno Central.

Ninguna de las tres administraciones bajo análisis han logrado que el país gaste menos de lo que realmente tiene en sus arcas.

En 2015 el déficit fiscal llegó a 5,9% del Producto Interno Bruto (PIB), un aumento ligero con respecto al año anterior.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sido enfático en que, de seguir en esa línea de ascenso, el déficit del Gobierno sobrepasaría el 9% del PIB y el volumen de la deuda aumentaría casi a un 70% de la producción para el 2021.

La esperanza para revertir los números está puesta en el Congreso, donde la aprobación de proyectos de ley con cambios sustanciales en la contención del gasto y la creación de nuevos tributos buscan el consenso sin que se no vislumbre un camino claro.

Para el 2016, se espera un faltante de entre 5,9% y 6,2% del PIB.

Fallos se acrecientan

Lejos de los problemas heredados, existe el panorama de aquellos fallos que han estado latentes en años pasados pero que durante la presente administración se le sumaron nuevas dosis de problemas de gestión y hasta de entornos internacionales complicados .

El resultado: desaceleración, metas no cumplidas e intensificación de situaciones.

Los datos en Inversión Extranjera Directa (IED) son un ejemplo. Según informó el Banco Central de Costa Rica (BCCR), el flujo de IED alcanzó en 2015 los $2.849 millones, cifra superior en un 4% a la de un año antes, cuando Costa Rica sobresalió como el único país de Centroamérica que registró una caída en atracción de inversión.

“Estamos ante una agresiva competencia mundial por atraer inversión, los números no son conservadores”, subrayó Jorge Sequeira, director general de Cinde.

Los avances en infraestructura vial alimentan el listado de fallos que se han acrecentado durante el segundo año de gestión de Solís.

Para el 2015, las instituciones relacionadas con el sector transporte e infraestructura solo lograron cumplir con un 42% de las metas contenidas en el Plan Nacional de Desarrollo 2015-2018.

Un proyecto como la construcción de la radial Abundancia-Ciudad Quesada tenía la meta de cerrar el 2015 con un 60% de avance. Solo alcanzaron el 7% de la meta.

De acuerdo con Mideplan el peso relativo de la inversión según modo de transporte evidencia que son las carreteras las que siguen teniendo el mayor peso. También es el rubro que más descendió en el 2015.

“Recursos hay, tenemos unos $3.000 millones ociosos esperando su ejecución, estamos ante otro problema, que es el de la ejecución, el de la toma de decisiones”, comentó el legislador Juan Luis Jiménez Succar, de Liberación Nacional (PLN).

El crecimiento económico del país es otro de los rubros que alimentan este apartado.

Durante el 2015, el crecimiento del PIB real para Costa Rica se desaceleró, hasta alcanzar la cifra del 2,8%.

Así, la meta anual de crecimiento del PIB para ese año (4%) fue nula y compromete las metas de los años venideros (hasta 6% durante el 2018).

Ni los bajos precios internacionales del petróleo, que produjeron una inflación de cero, ni las tasas de interés bajas en colones y en dólares, o el tipo de cambio estable, lograron acelerar el crecimiento de la economía local.

A buen ritmo

Así como detectamos malos desempeños, también encontramos puntos altos en varios rubros económicos.

En exportaciones de servicios, y turismo, Costa Rica no pierde el buen ritmo.

La cantidad de llegadas internacionales por todos los puertos y la cantidad de divisas generados por ese sector continúan su senda de crecimiento.

Para el 2015, el país registró más de 2.660.000 llegadas; un 5,28% más que un año antes.

La construcción de un centro nacional de congresos y convenciones sería en este apartado una de las tareas pendientes.

Como parte de las buenas noticias, las exportaciones totales de servicios acumuladas al cuarto trimestre del 2015 registraron la suma de $7.591 millones, según datos del BCCR. Monto catalogado como récord por las autoridades de Comercio Exterior.

Esta cifra superó en 6,61% las exportaciones acumuladas en 2014 y fue casi un 15% más que el promedio de los últimos tres años.

Con esta nota positiva, cerramos nuestro informe de labores para el segundo año de mandato del presidente Luis Guillermo Solís Rivera.