El fuego cruzado que resquebrajó irremediablemente a Restauración Nacional en apenas cinco meses

Carlos Avendaño con un estilo de liderazgo fuerte despertó el malestar de siete legisladores afines a Fabricio Alvarado, quienes regresaron a la senda que los llevó a ocupar una curul en el Congreso

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En tan solo cinco meses el Partido Restauración Nacional (PRN) pasó de ser la segunda fuerza política más numerosa de la Asamblea Legislativa a resquebrajarse a la sombra de un intenso fuego cruzado entre Carlos Avendaño y Fabricio Alvarado quienes se dispararon dardos tras el fracaso electoral de la segunda ronda.

De los 14 diputados que llegaron al Congreso bajo la bandera del sol, ahora solo quedan siete legisladores en las tiendas restauracionistas, quienes aceptan el liderazgo de Carlos Avendaño.

La otra “fracción” de siete diputados formalmente independientes, responderá al mando de Fabricio Alvarado y le acompañará en la creación de un proyecto político llamado Partido Nueva República, del cual todavía no hay detalles más allá del formulario que circuló el propio excandidato presidencial en su página de Facebook.

Tras la derrota que sufrió el PRN en la segunda ronda electoral de abril, con Alvarado como candidato presidencial, el partido, acostumbrado desde su creación a tener apenas un diputado en el plenario, se sumió una crisis de acusaciones, denuncias y contradenuncias.

El único punto en el que, de entrada, parecen coincidir los 14 pentecostalistas de Cuesta de Moras, es en su oposición a la reforma fiscal que impulsa el Gobierno con el apoyo de las bancadas del Partido Acción Ciudadana (PAC), Partido Liberación Nacional (PLN) y Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).

La noticia de la fragmentación del PRN abrió una oportunidad para que el bloque pro reforma fiscal encuentre los tres votos que exige la matemática legislativa de cara a la votación del proyecto en segundo debate. Esta fisura reavivó el ajedrez de la negociación política que pretende inclinar la balanza en favor del urgente proyecto de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.

Bandos pentecostalistas

La división del PRN creó dos bloques pentecostalistas en el Congreso.

El primer bando es la fracción de siete legisladores que se mantienen en las filas de Restauración Nacional conformado por Carlos Avendaño, Eduardo Cruickshank, Mileyde Alvarado, Melvin Ángel Núñez, Xiomara Rodríguez, Giovanni Gómez y Nidia Céspedes, quien, según los corrillos legislativos, también podría separarse de la bancada en los próximos días.

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El otro grupo es una “fracción” no oficial que responderá a la línea de Fabricio Alvarado y de su incipiente partido político Nueva República. Esta bancada de independientes la conforman, de momento, Jonathan Prendas, Ivonne Acuña, Marulin Azofeifa, Ignacio Alpízar, Harllan Hoepelman , Carmen Chan y Floria Segreda.

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El propio Alvarado explicó que el nuevo grupo de legisladores independientes nacidos de su riñón político, se reunirán con él la próxima semana para definir posiciones sobre algunos temas, incluida la reforma fiscal, aunque anticipó que mantendrá su oposición al controvertido proyecto.

En el bando de Avendaño quedaron cuatro pastores evangélicos y un grupo de diputados con menor nivel de escolaridad y con mayor representación de provincias como Limón, Puntarenas y Guanacaste.

Mientras que con Alvarado se quedaron mayoritariamente los congresistas que representan a las provincias de la Gran Área Metropolitana (GAM), con mayor formación universitaria o profesional y solamente uno es pastor evangélico.

Dentro de la antigua fracción del PRN se dieron tensiones políticas que ocuparon titulares en los medios de comunicación.

En julio, el diputado y pastor Melvin Núñez Piña protagonizó tensiones y discusiones con su excompañera de fracción Floria Segreda, quien finalmente presentó una denuncia penal contra el legislador puntarenense por presuntas amenazas.

El encontronazo entre ambos congresistas se dio por la integración de una comisión legislativa en la que Núñez quería participar.

El pastor se quedó en la bancada de Restauración Nacional y Segreda se independizó.

En unos audios enviados por WhatsApp, Núñez calificó a Jonathan Prendas e Ivone Acuña -también desertores del PRN- como “monstruos” políticos dentro de la Asamblea Legislativa.

El calvario tras la derrota

Los últimos cinco meses del PRN fueron un calvario. Antes de la segunda ronda electoral, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) le recordó a Restauración Nacional que no podía invocar motivos religiosos y que debía evitar estructuras paralelas como parte de su campaña.

Antes del 1.° de abril, Fabricio Alvarado había pedido a pastores de iglesias evangélicas que le ayudaran en su proyecto político para ganar las elecciones y convertirse en Presidente de la República.

Luego de la derrota que llevó a Carlos Alvarado a Casa Presidencial, el PRN inició un empinado camino de dudas y cuestionamientos sobre contrataciones y financiamiento durante la campaña electoral.

Carlos Avendaño, presidente del partido, se negó a aprobar el dinero para pagar las encuestas de la firma Opol consultores, también rechazó girar los recursos para saldar las deudas con Juan Carlos Campos, exjefe de campaña y con Luis Alonso Naranjo, cantante y primo de Alvarado quien les vendió servicios de comunicación y producción.

Avendaño aseguró que el comando de campaña de Alvarado aprobó contratos y gastos durante la campaña que nunca fueron revisados ni avalados por el Comité Ejecutivo del PRN.

El intercambio de cuestionamientos entre Alvarado y Avendaño generó intenciones de crear una comisión especial en la Asamblea Legislativa para investigar los reclamos de varias empresas a las que presuntamente Restauración Nacional no les pagó los servicios contratados durante la campaña de la segunda ronda.

Finalmente, José María Villalta, diputado del Frente Amplio, presentó una moción para que la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público investigara la polémica en Restauración Nacional. Sin embargo, ese foro legislativo presidido por el entonces legislador restauracionista Jonathan Prendas, rechazó la iniciativa.

El 28 de mayo, Avendaño presentó una denuncia formal ante el TSE por la existencia de una presunta estructura paralela de financiamiento dentro de Restauración Nacional durante la segunda ronda.

Al proceso en el TSE se sumó una investigación por supuestas donaciones irregulares e ilegales de viajes aéreos que habría hecho Fabricio Alvarado cuando era candidato presidencial.

El exdiputado rechazó estas acusaciones y señaló que tiene todas las pruebas para responder cuando sea el momento.

Los documentos sobre el financiamiento electoral presentados por Restauración Nacional ante el TSE evidenciaron que Carlos Avendaño y un círculo de 12 familiares suyos recibió cerca de ¢85 millones por prestación de diferentes servicios y alquiler de vehículos.

Desde su fundación en 2005, Restauración Nacional solo había cosechado una curul por San José en el Congreso que ha sido ocupada por Carlos Avendaño, Guyón Massey y Fabricio Alvarado. El pináculo político de esta agrupación se dio en las elecciones pasadas con la consecución de 14 diputados y la lucha directa por la presidencia de la República en segunda ronda.

Fabricio Alvarado quien recorrió las iglesias evangélicas del país como salmista durante su periodo legislativo (2014-2018), desarrolló una amplia base de trabajo que terminó por concretarse en apoyo político para el PRN, a lo que se sumaron otros factores como la estructura del partido y las condiciones de la campaña.

Finalmente, los noveles diputados de Restauración Nacional no pudieron mantener el bloque de 14 que los colocaba como la segunda mayoría del plenario y les daba un amplio capital político para negociar. El partido del sol se resquebrajó irremediablemente y, ahora, el tiempo revelará el movimiento de las fuerzas políticas en Cuesta de Moras.