Empleo agrícola se mantiene cada vez menos en zona rural

Trabajadores agrícolas cada vez más son asalariados en vez de desempeñarse por cuenta propia

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Durante la última década, la población económicamente activa de zona rural que trabaja en la agricultura se redujo en varios sectores de América Latina. Costa Rica se ubica entre los países con el menor porcentaje de empleo agrícola rural al representar solo un 25,7% de todos los trabajadores rurales; diez años atrás este porcentaje era de 38,4%.

Las entidades FAO, Cepal e IICA presentaron este martes 6 la publicación "Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas", que hace una radiografía del contexto macroeconómico de la región, el estado de su agricultura, ganadería, bosques, pesca y desarrollo rural.

Entre los ocupados en la agricultura, un cambio que se observa con mayor frecuencia es el incremento en la proporción de empleo asalariado y la reducción en la proporción del empleo por cuenta propia y de familiares no remunerados. El empleo asalariado domina únicamente en Chile (67%), Costa Rica (65%), El Salvador (40%), México (45%) y Uruguay (47%).

En la mayoría de los países, más de la mitad de las mujeres rurales ocupadas lo están en sectores no agrícolas, y en algunos casos esa cifra supera el 70% (Costa Rica, El Salvador, República Dominicana, Guatemala, Honduras, México y Panamá).

Disminución de sector rural

Otra transformación estructural en proceso en varios países es el incremento de la residencia urbana entre los ocupados agrícolas. Esa proporción se ha incrementado en 10 de los 12 países, incluido Costa Rica. El incremento de la residencia urbana entre los empleados agrícolas es favorecido por la mayor integración urbano rural que facilita una buena infraestructura de comunicaciones.

Además, la incidencia de la pobreza es mayor en los hogares que dependen enteramente de ingresos laborales agrícolas. Por el contrario, en los países con menor incidencia de pobreza rural, esta tiende a ser mayor entre los hogares que dependen enteramente de ingresos de transferencias.

En los países con baja incidencia de pobreza entre el total de los hogares rurales (Uruguay, Chile y Costa Rica), se identifican algunas diferencias importantes. Mientras que en Uruguay la pobreza no difiere significativamente entre grupos de hogares, en Costa Rica y Chile las tasas más altas corresponden a los hogares dependientes de transferencias (37% y 18%, respectivamente). Sin embargo, en los tres países, la menor incidencia de pobreza se encuentra entre los hogares que combinan fuentes de ingresos agrícolas y no agrícolas.

El informe señala que la tendencia al incremento del empleo rural no agrícola continuará debido a los procesos de diversificación al interior del sector agrícola y la diversificación productiva en las economías rurales.

En el caso de Costa Rica, una actividad que se ha incentivado en zona rural es el turismo, desplazando a la agricultura. Los encadenamientos que genera esta actividad en el país permite emplear a unas 1.500 personas al año, de los cuales 862 son locales y el resto fuera de las comunidades.