Empresarios de Nicaragua afirman que no pueden 'ir a un diálogo' si no cesa la represión del Gobierno

Durante las manifestaciones contra la reforma al seguro social se han dado al menos 10 muertes, más de 80 personas heridas, daños a la propiedad pública, privada y el cierre de un medio televisivo

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Managua.- El gremio empresarial de Nicaragua advirtió, este sábado 21 de abril, que "no puede haber un diálogo" con el Gobierno si no cesa de inmediato la represión policial contra los manifestantes que protestan desde hace cuatro días contra una cuestionada reforma al seguro social.

"Demandamos urgente al gobierno cesar de inmediato la represión policial y de las fuerzas de choque afines al gobierno y garantizar el derecho a la libre movilización pacífica", manifestó la patronal, en un comunicado.

Los empresarios piden asimismo liberar de forma inmediata a los ciudadanos detenidos por ejercer su derecho a expresarse libre y pacíficamente y garantizar la irrestricta libertad de prensa y expresión.

El comunicado, firmado por las cámaras que integran el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), reconoce que las protestas van más allá del descontento de las reformas del sistema de pensiones.

El presidente Daniel Ortega manifestó, la tarde del sábado 21 de abril, la voluntad de iniciar un diálogo para reformar un decreto publicado el miércoles anterior, que sube la cuota patronal y laboral al sistema de seguridad social.

El anuncio del mandatario no ha detenido las protestas, y manifestantes se enfrentaron de nuevo con antimotines que les lanzaron gases lacrimógenos al este de la capital.

Al menos 10 muertos, más de 80 heridos y daños a la propiedad pública, privada y el cierre de un medio televisivo dejaban hasta este sábado las manifestaciones.

Piden "agenda amplia"

"No podemos ir a un diálogo si no se cumplen estas condiciones para establecerlo", dijo el Cosep, que propone abrir una agenda amplia en la que se incluyan los temas de interés nacional.

El Cosep sugirió integrar al diálogo a representantes de jóvenes, sectores académicos y la conferencia Episcopal.

Por su parte, el ejército, que fue desplegado la noche del viernes a custodiar instituciones en Managua, respaldó la apertura de un diálogo para solucionar el tema que originó las protestas.

Aclaró que su presencia fuera de los cuarteles es para brindar protección a entidades y objetivos estratégicos para el funcionamiento del país.

El presidente Ortega afirmó, el 21 de abril, en cadena de televisión nacional, que el Gobierno: "está totalmente de acuerdo con retomar el diálogo para la paz, para la estabilidad para el trabajo, para que nuestros país no esté en medio del terror que se está viviendo en estos momentos”.

El mandatario no dio fecha para el inicio del diálogo, propuesto el viernes 19 por el gremio empresarial, pero dijo que sus representantes están listos para "discutir ese decreto" que entró en vigor el miércoles.

Sin embargo, también afirmó, sin precisar nombres, que las protestas son alentadas por grupos políticos críticos de su gobierno y que reciben financiamiento de sectores extremistas de Estados Unidos.

Tras el discurso del mandatario, el primero desde que el miércoles iniciaron las manifestaciones, cientos de jóvenes nuevamente chocaron con policías antimotines en la capital.

Con los rostros cubiertos con camisetas, los jóvenes levantaron barricadas sobre las calles y lanzaron piedras a los policías que utilizaban gases lacrimógenos contra ellos.

También habían focos de tensión en la Universidad Politécnica, uno de los bastiones de los manifestantes, mientras cientos de ciudadanos se concentraron el sur de la capital para protestar.

Las protestas, unas de las más violentas en los 11 años de gobierno de Ortega, estallaron debido al aumento de las cuotas patronales y laborales que buscan saldar un millonario déficit del seguro social, lo que se sumó a un descontento generalizado por la situación económica en el país, según analistas.

Soldados armados con fusiles salieron la noche del viernes a custodiar instituciones en Managua, así como en la norteña ciudad de Estelí, debido a fuertes disturbios, informó el Gobierno en su sitio web.

En Managua fueron dañados el Ministerio de Juventud, el edificio del Seguro Social, la Universidad de Ingeniería y la oficialista Radio Ya.

En las ciudades de León y Masaya hubo quema de vehículos particulares, saqueo y destrucción de edificios públicos y robos en centros comerciales, denunció el Gobierno.

Mientras, la oposición informó de la quema parcial, en la noche del viernes, de Radio Darío en la ciudad de León.

"No se había visto esto desde hace años en Nicaragua", comentó el analista y exembajador de Nicaragua ante la OEA y Estados Unidos, Carlos Tünnermann a la AFP.

A juicio de Tünnermann, que las protestas se hayan dado en casi todas las ciudades del país, en todas las universidades y que hayan sido reprimidas con violencia por el gobierno, significa que hay un malestar de la población no solo por las reformas, sino por la forma en como se ha conducido el país.

Las reformas buscan saldar un déficit de más de $76 millones que enfrenta el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) por recomendación del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ortega, quien gobernó por primera vez durante la revolución del Frente Sandinista (FSLN, de izquierda), en la década de los 80, retornó al poder en el 2007 y fue reelecto en el 2011 y el 2016, en medio de denuncias de procesos electorales amañados, según la oposición.