Expresidente de Guatemala Vinicio Cerezo propone integración en Centroamérica para solicitar megapréstamo

Expresidente de Guatemala reconoce que tras la firma de la paz el istmo no ha podido cerrar la brecha de la desigualdad social

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Su firma quedó estampada junto a las de otros cuatro mandatarios, en el acuerdo de paz de Centroamérica, el 7 de agosto de 1987.

A partir de ahí, el istmo sepultó los conflictos bélicos, pero no ha logrado enterrar la pobreza ni la brecha social.

Veintiséis años después, el expresidente de Guatemala, Vinicio Cerezo Arévalo reconoce este panorama y aboga por un nuevo modelo de desarrollo económico en la región que combata la desigualdad social y económica, genere inversión y trabajo.

¿Cuál ese modelo de desarrollo que propone?

Junto al paradigma de la exportación y al ingreso de los capitales extranjeros, hay que desarrollar proyectos con la comunidad. Aunque el modelo que tenemos produjo efectos positivos como la estabilidad macroeconómica, no generó productos dirigidos a que la riqueza fuera compartida por los sectores medios y populares.

“Proponemos cambiar la orientación de las inversiones. En la Fundación Esquipulas (creada por él) planteamos la posibilidad de conseguir capitales que inviertan en infraestructura, desde carreteras, trenes rápidos para bajar costos en movimiento de mercaderías, hasta pequeños y grandes aeropuertos nuevos, así como puertos de alto calado.

“Hablo de una inversión de 50.000 millones de euros (unos $70.000 millones) para convertir a América Central en el puente entre Europa y América del Norte y entre las Américas”.

¿Quiénes tienen que participar en ese modelo?

Hay que poner en marcha todo el sistema institucional de la integración, homologar las leyes, cambiar la concepción de la integración. No es hacer un solo país a Centroamérica. El ejemplo de integración es que estados con diferentes culturas, comportamientos y leyes internas se pueden unificar con el propósito del desarrollo y el bienestar.

“La infraestructura es crucial porque genera mucho trabajo, promueve el surgimiento de pequeñas y medianas empresas alrededor de los proyectos y mejora la calidad técnica en la mano de obra y mejores salarios”.

¿De dónde se saca ese dinero?

De las empresas europeas. Europa está viviendo una crisis y las empresas no tienen el deseo de invertir internamente.

“En el marco del Acuerdo de Asociación, debemos pedir un préstamo a 20 años plazo para proyectos de infraestructura de mediano y gran tamaño y que pongan a trabajar sus empresas.

“Las condiciones son la homologación de leyes y regulaciones en América Central, un acuerdo público-privado para que sean deudas privadas y ser concesionarios con empresas en condiciones adecuadas”.

¿Es una integración económica y no política?

Tienen que ser las dos cosas. La económica a secas fue intentada con el Mercado Común Centroamericano, pero si no hay entidades por encima que establezcan normas vamos a fracasar igual. Tiene que haber un derecho local y un derecho de la región.

Costa Rica es el principal obstáculo para la integración. ¿Visualiza una integración sin Costa Rica?

Costa Rica y Guatemala son los más beneficiados del mercado centroamericano. No podemos hacer una integración regional sin Costa Rica, pero no creo que sea el principal obstáculo. Cuando vengo, hay interés por la integración. Las empresas están interesadas en un mercado regional de 60 millones de personas.

“No podemos seguir enredados en los viejos paradigmas de cuál es la Capitanía. Debemos dejar afuera eso y tomar decisiones para hacer del istmo la región más estratégica del mundo”.

¿Cómo se puede lograr con fisuras como la de Costa Rica y Nicaragua o Guatemala y Belice?

Hay que poner en evidencia que esos problemas no tienen sentido, que son ridículos y que lo único que hacen es fomentar el nacionalismo tradicional.

“Planteamos cambiar la visión del desarrollo, evolucionar de un modelo que fomentaba pequeños desarrollos que no resuelven la problemática económica y pasar a uno que sí lo logre”.

¿Qué ventajas y desventajas ha tenido el modelo actual?

Las ventajas son la estabilidad macroeconómica, el intercambio comercial de la región pasó de $500 millones a más de $6.000 millones, pero ese crecimiento no tuvo los mecanismos para beneficiar a la clase media y baja. En la región hay una deuda social que lo que está creando son las condiciones para que las patologías del mundo moderno arruinen nuestras sociedades.

¿Los expresidentes que firmaron la paz no plantearon un modelo a favor de la igualdad?

Al plantear una paz firme y duradera se planteó la lucha contra la marginación económica y social, pero es un tema pendiente.

“La crisis es muy grande, porque se estableció el sistema neoliberal de desarrollo, que condujo a la lógica de un sistema capitalista sin cohesión social. Hubo debilitamiento del Estado y no pudo cumplir con sus deberes. Se dijo que el mercado todo lo resolvía.

“La realidad es que la pobreza, pérdida de capacidad de compra de la clase media y el debilitamiento del Estado son evidentes. La salida es una inversión en infraestructura, pero con desarrollo verde e inclusión”.

¿A qué deben comprometerse los países del Istmo?

A tener una visión participativa del desarrollo, un proyecto regional. Ningún país puede pedir 50.000 millones de euros, pero regionalmente sí. Establecer leyes que garanticen que esas cantidades son retornables a las compañías y a los bancos.

¿Cómo se puede lograr lo que usted propone?

Pronto hay cambios de gobierno en algunos de los países de la región y eso ayuda. Se necesita un poco de tiempo para tomar las decisiones, plantear el proyecto del préstamo y aprobar los planes de inversión en cada país.