Iglesia reactivó su cercanía con la política tras una larga ausencia

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Después de muchas décadas sin “iluminar” la política costarricense, la Iglesia Católica decidió hacer a un lado su ausencia y empezó a generar material para acercarse a los electores y “ayudarlos” a tomar decisiones electorales.

Así lo hizo la Iglesia durante el proceso previo al referéndum en el que se aprobó el Tratado de Libre de Comercio con los Estados Unidos, en el 2007, y así lo hace ahora, rumbo a las elecciones presidenciales del 2 de febrero del 2014, con su documento Rehabilitar la política, presentado la semana pasada.

En medio ocurrieron el llamado del Obispo de Cartago, José Francisco Ulloa, a no votar en el 2010 por aquellos candidatos que no compartieran los valores de la fe católica, y la consagración de los tres poderes de la República, en el marco de las celebraciones de la aparición de la Virgen de los Ángeles, el 2 de agosto pasado.

Insumo para debate

Pese a las reacciones encontradas que generó el resurgir del interés de la Iglesia por los procesos electorales, los analistas políticos consideran esa posición como normal y hasta deseable.

Así opina el politólogo Constantino Urcuyo, quien es del criterio que los obispos, como cualquier otro ciudadano, tienen derecho a expresar su ideología política.

Lo malo, según el analista, sería que la Conferencia Episcopal se vinculara a la política partidista.

“El documento publicado la semana pasada es inocuo; no implica una intromisión en política departe de la Iglesia, pues no le están pidiendo a nadie que vote por una u otra tesis, sino que expresa la visión de los obispos sobre la política”, afirmó.

Apoyado en las últimas encuestas de opinión, Urcuyo, afirmó que la mayoría del país no recibiría bien que las autoridades eclesiásticas indiquen por cuál candidato votar.

Lo contario, afirmó, ocurre con documentos como el emitido rumbo a las elecciones del 2 de febrero.

“Es un insumo más para el debate político durante la campaña, creo que le sube el tono al debate y es bien visto que la Iglesia genere públicamente su opinión”, apuntó el académico Urcuyo.

Llamado desde Roma

Francisco Barahona, profesor universitario, politólogo y sociólogo, consideró que el reavivamiento del interés clerical por la política tiene su origen en el fracaso de las acciones gubernamentales para atacar a la pobreza, así como en la crisis económica.

“No son malas las consecuencias de que la Iglesia emita su criterio y procure ubicar a los electores. Recordemos que los curas tuvieron activa participación en la década de 1940 en nuestro país”, agregó el analista.

Barahona coincidió en que el renovado interés de la Iglesia en los procesos electorales también tiene que ver con recuperar parte de la feligresía que la fe romana ha perdido en los últimos tiempos.

“Tampoco es casual esa renovación de intereses. El nuevo Papa ha llamado a la Iglesia para que se embarre de la problemática que se vive en cada sociedad donde opera”, concluyó el politólogo.

Tanto Francisco Barahona como Constantino Urcuyo coincidieron en que la mayor vinculación de la Iglesia con la sociedad costarricense podría darle un nuevo impulso a aquellos sectores que bregan por la aprobación de una reforma a la Constitución Política para que el Estado costarricense adopte la laicidad.