Inversión Extranjera Directa no llega a zonas rezagadas y se concentra en GAM

Programa "Estado de la Nación" reporta que beneficios de la inversión foránea para las zonas más pobres requieren de capacidades locales que deben ser construidas. Diferencia salarial entre empleados de zonas francas y resto del país es del 38%.

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Elementos como la facilidad para encontrar recurso humano calificado, la calidad del suministro eléctrico, la seguridad, infraestructura, telecomunicaciones y disponibilidad de colegios para los hijos de los ejecutivos de empresas, alejan la Inversión Extranjera Directa (IED) de las zonas más rezagadas del país económica y socialmente.

Así lo concluye el estudio "La inversión extranjera directa en Costa Rica: Factores determinantes y efectos en el desarollo nacional y regional", que presentó el programa "Estado de la Nación". La investigación fue realizada por René Hernández y Jorge Mario Martínez, funcionarios de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

Los elementos que pesan para la IED

El estudio detalla que los factores por los que las empresas extranjeras buscan a Costa Rica para instalarse son los mismos que influyen directamente en que las firmas prefieran el Gran Área Metropolitana (GAM) para ubicarse, especialmente, en las zonas francas de Heredia y San José, con un flujo del 37.1% y del 31.7% para el año 2010.

De acuerdo con el Índice de Desarrollo Social (IDS), elaborado por el Ministerio de Planificación, las regiones más rezagadas del país son la Huetar Atlántica y la Brunca, característica que también concuerda con el escaso arribo de IED a esas partes del país.

Provincias como Limón y Puntarenas, según los investigadores, no tienen indicadores atractivos para las empresas transnacionales, lo cual las condena a figurar con apenas un 0,4% y un 10% del flujo de IED para el año 2010.

Otros elementos que impiden una mayor IED en zonas rezagadas son la ausencia de desarrollos inmobiliarios para residencias de ejecutivos, ausencia de zonas francas, programas de educación técnica y de incentivos fiscales.

Y para que las empresas se fijen en esas zonas rezagadas del país, los expertos consideran que se debe dar un proceso de inversión pública, para constituirlas el polos de desarrollo, capacidades locales que aún deben ser construidas, concluye el estudio.

Lo que han hecho otros

"Algunos países han buscado 'detonantes' que atraigan la inversión, como aeropuertos, puertos e infraestructura de mayor calidad, e incluso se han creado autoridades públicas para el desarrollo de polos económicos", detalla el informe entre los ejemplos de acciones que han tomado algunos países para atraer inversión extranjera a zonas alejadas de las áreas más desarrolladas.

Jorge Mario Martínez afirmó que personalmente se opone al modelo de Charter Cities o Regiones Especiales de Desarrollo (RED) que se desarolló en Honduras con el mismo propósito. El experto afirmó que tal modelo equivale a crear pequeños Estados dentro del Estado, con un sistema propio de reglas. Empero, reconoció que a países como Hong Kong les ha resultado como atracción para la IED a territorios poco habitados y lejanos.

"Si bien la estrategia que predomina en la IED que llega a Costa Rica es la búsqueda de eficiencia a través de la reducción de costos y, en principio los incentivos fiscales ayudarían a lograr ese objetivo, las empresas también toman en cuenta otros factores que van más allá de los costos. Entre estos destacan la proximidad de los recursos y servicios que necesitan", detalló Martínez.

El empleo

Según el informe, la IED en zonas francas causó un crecimiento continuo del empleo en los últimos años, con una tasa promedio del 7% entre el 2004 y el 2008, con una única caída en el 2006.

Ese crecimiento tiene relación, según Cepal, con la estrategia empresarial adoptada por las compañías extranjeras que vienen a Centroamérica, y que se fundamenta en la búsqueda de la eficiencia, reducción de costos, lo cual les permite externalizar sus procesos productivos y desarrollar plataformas de exportación para servir a terceros mercados.

En el caso costarricense, destaca el estudio, los salarios que ofrecen las empresas de zonas francas son hasta un 38% superiores a los del resto del país, lo cual se explica en el cambio del perfil de los empleados contratados, más calificados.

Con base en datos del año 2008, el estudio indica que los salarios promedios en zonas francas fueron de $842,5, en dólares corrientes, mientas que el salario profesional promedio en el resto del país fue de $611, en tanto que el salario mínimo promedio solo alcanzó los $336.

En el 2008, afirma la investigación, el 41% de los empleos en zonas francas se concentró en el sector servicios, con un sueldo promedio de $1.125 mensuales, cifra que contrastó con los $753 mensuales para el resto de profesionales del país.

"Si no se compensan estos efectos en el mercado laboral, se profundizarán las brechas entre las áreas vinculadas con el sector externo y las dedicadas al mercado interno",

La paradoja fiscal

Los investigadores también plantean que, en su afán por atraer más IED, Costa Rica ha creado exenciones fiscales que, paradójicamente, han impedido que el Estado grave a los sectores más dinámicos de la economía, lo cual constituye a las exenciones fiscales en un elevado costo de oportunidad para el país.

"Resulta complejo determinar si los beneficios fiscales superan el costo estimado por la OMC (1% del PIB en 2005)", plantea el estudio.

En el caso centroamericano, los expertos citan que los beneficios fiscales otorgados bajo el regimen de zonas francas, han redundado en débiles encadenamientos fiscales con las economías nacionales, situación que se profundiza ante las últimas reformas a los sistemas de zonas francas que se inclinan por mantener ese tipo de incentivos para las empresas extranjeras.

Entre otras conclusiones, el estudio determina que la IED se sigue concentrando en la industria manufacturera, con una participación del 57,5% en el 2010. En ese mismo período la inversión foránea en el sector de servicios representó un 19,4%, mientras que la IED en actividad inmoviliaria tuvo un peso del 10,4%.

Los sectores donde menos IED se registró en el 2010 fueron la agroindustria, el comercio y la agricultura, con participaciones del 1,1%, 0,3% y -0,6%, respectivamente.

La mayoría de la IED ($772 millones al 2010) proviene de los Estados Unidos, con una participación del 54.7%. La proveniencia variada de la IED representa un 26,4% del total, con $373 millones.