Johnny Araya inscribió este jueves su precandidatura presidencial en el Balcón Verde, la sede del Partido Liberación Nacional (PLN).
Esta es la segunda incursión de Araya por la candidatura presidencial verdiblanca.
La primera vez fue hace 4 años, cuando perdió la convención con la actual presidenta de la República, Laura Chinchilla.
Hoy la historia es muy distinta en el plano de la competencia política, pues el alcalde llega ahora como el ungido del PLN, al ser el único precandidato en inscribirse para luchar por la presidencia en febrero del 2014.
En el camino, aplastadas por las encuestas, quedaron las precandidaturas del exministro de Seguridad, Fernando Berrocal, el exministro de la Presidencia, Rodrigo Arias e incluso el expresidente José María Figueres, quien incluso ni siquiera lanzó su nombre.
Empero, la tarea siguiente no luce tan fácil para el alcalde. Sobre sus hombros pesa la obligación de unificar al PLN bajo su liderazgo, reto ineludible si desea contar con todo el poderío de la maquinaria electoral verdiblanca, una divisa dominada por la tendencia de Rodrigo y Óscar Arias durante los últimos 27 años.
Araya ya hace intentos de dar pasos en esa dirección. El miércoles pasado se reunió con los 24 diputados del PLN, en su mayoría (17), aristas confesos, quienes también formaron parte del tumulto que presenció en el Balcón Verde la inscripción del jefe del ayuntamiento capitalino.
Esos respaldos y los de los actuales alcaldes liberacionistas resultan vitales para que Araya logre dominar el terreno electoral en los 81 cantones del país, pensando en los comicios del 2 de febrero del 2014.
"Desde hace varios meses tomé una decisión que hoy he venido a formalizar. Luchar por ser el candidato presidencial del Partido Liberación Nacional y trabajar para ganarme el apoyo y la confianza de los costarricenses en las próximas elecciones", sostuvo Johnny Araya al dirigir su discurso a los liberacionistas que lo acompañaron.
A partir de ahora, el candidato se convertirá en el pararrayos del PLN. Entre sus labores deberá hacerle frente a las descargas que produce la gestión del actual Gobierno, calificado mayoritariamente por la ciudadanía como malo.
Tendrá que hacerle frente, además, a una oposición revuelta, pero que aún no se ordena en torno a la idea de fundar una coalición de partidos capaz de bajar de la silla presidencial al liberacionismo, y a un electorado apático, que no se cansa de darle malas calificaciones a la presidenta Laura Chinchilla, lo cual perjudica sus aspiraciones por compartir casa política con la actual gobernante.
Por delante también tiene el reto de conducir, por primera vez en su historia, al PLN hacia un tercer gobierno consecutivo.
Será la nueva Asamblea Nacional verdiblanca la que se encargará de ratificar a Johnny Araya como el candidato presidencial socialdemócrata. Ese órgano máximo, según Araya, estaría integrado por miembros de todas las tendencias que componen al PLN, lo cual podría vaticinar la integración de la futura fracción legislativa del PLN.
El precandidato dijo que no es de su interés dominar la conformación de la estructura formal de la divisa.