La espera de años en ampliación de ruta a Cartago pone a prueba paciencia de la provincia

Más de 60.000 choferes transitan diariamente por esa vía.

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El calvario continuará para los más de 60.000 conductores que transitan cada día desde Cartago a San José y viceversa. Una cadena de fiascos provoca que las mejoras en la ruta 2 no tomen velocidad y ahora se vea cada vez más lejana su conclusión.

La ampliación de la vía hasta Zapote, mejoras en el cruce de La Galera y en el intercambio de Taras – La Lima, pretenden disminuir el tiempo de viaje por la Florencio del Castillo, aunque aún están lejos de ser una realidad.

El episodio más reciente se dio este mes, cuando las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) frenaron la propuesta de Meco, encargada de la ampliación de la carretera, al considerarla muy costosa y argumentar incumplimientos en estudios financieros, legales, técnicos, sociales y a nivel ambiental.

De acuerdo con las autoridades, el plan es que se vuelva a licitar la obra y que el cartel esté listo en el primer semestre de 2024. El nuevo proyecto tendría un costo de hasta $220 millones.

Es decir, la ampliación de la principal vía de entrada y salida a la Vieja Metrópoli arrancaría desde cero.

La obra comprende un tramo de 20 kilómetros entre ambas provincias y, cuando esté finalizada, oxigenará zonas de alta afluencia vehicular, desde la rotonda de las Garantías Sociales hasta La Lima, en Cartago.

El MOPT consideró que la propuesta presentada por Meco hace cuatro años no era viable, pues la empresa constructora no habría demostrado la factibilidad de proyecto, ni cumplió las condiciones establecidas por la Administración.

Originalmente, esa ampliación tendría un costo de $416 millones. Otro punto destacado era que el peaje de la ruta 2 pasaría a costar más de ¢1.000.

Aunado a los trabajos de cruce Taras – La Lima, la propuesta planteaba un carril más por sentido y un viaducto para conectar la autopista desde Hacienda Vieja, con la rotonda en Zapote.

Este posible viaducto, similar al de Circunvalación Norte, fue uno de los puntos por los que, según el MOPT, el proyecto se encarecía.

Con el nuevo plan, el Gobierno en principio se encargaría de los estudios y diseños para el nuevo proyecto y una vez que esta etapa esté superada, se haría la licitación. Dicho proceso tomaría todo el próximo año.

Por su parte, Meco reaccionó ante el Consejo Nacional de Concesiones (CNC) con un recurso de revocatoria para que se analice y ajuste la factibilidad del proyecto.

“No se trata de un proyecto antojadizo de Meco, sino de una solución donde el Gobierno puede decidir el alcance del proyecto, cómo se reparte la carga entre el aporte del Estado y de los ciudadanos”, dijo José Alfredo Sánchez, presidente de la constructora.

De momento, no se vislumbra una ruta clara y en el futuro inmediato no habría avances en ese sentido hasta, por lo menos, el año entrante.

La punta del Iceberg

En diciembre de 2019, bajo la administración Alvarado Quesada, arrancó la construcción de una de las prioridades de esta ruta: el cruce entre Taras y La Lima, un punto sumamente congestionado.

Se trata de una intervención integral en los 2,8 km de carretera que separan ambos sitios.

Este proyecto, a cargo del consorcio H. Solís-Estrella, originalmente tenía un plazo de 28 meses para su conclusión. Por lo tanto, debía estar listo para el primer semestre de este año.

Con una inversión de casi $58 millones, provenientes del crédito con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el proyecto contempla la construcción de dos pasos elevados, con seis carriles de circulación en el caso de Taras y con cuatro en el de La Lima que, adicionalmente, tendrá dos más para el tránsito hacia y desde El Guarco.

Hoy, las obras tienen menos de un 30% de avance debido a múltiples atrasos. En el escenario más optimista, el gobierno espera que se concluyan hasta mediados el próximo año.

En 2021 por ejemplo, la recolocación de postes de tendido eléctrico fue una de las principales causas de retraso del proyecto.

“Los cartagineses tenemos décadas esperando una buena carretera que nos comunique con la capital. La espera ha sido larga y no se observan respuestas claras. Por esta ruta transitan más de 65.000 vehículos diariamente y una gran parte de la producción hortícola nacional, lo que afecta la economía nacional y la calidad de vida de la gente. Nosotros vamos a seguir insistiendo y esperamos soluciones”, resaltó Mario Redondo, alcalde de Cartago.

A manera de presión, el MOPT está multando con unos $10.000 al día a la empresa por la demora presentada.

Secuelas del caso Cochinilla

La lentitud en el avance de las obras coincidió también con el llamado caso Cochinilla, en el cual se vieron involucrados Meco y H Solís, precisamente encargadas de las principales obras de mejora en la ruta 2.

En aquel momento se investigó a varias empresas, incluidas las mencionadas, por posibles favores para acceder a concesiones, rehabilitación y mantenimiento de la red vial costarricense.

E incluso los presidentes de ambas compañías estuvieron en prisión.

De momento, las obras van a brincos y saltos, lejos de concluir y afectando a quienes se trasladan desde y hacia Cartago.

“La Cámara ve con preocupación el actuar del gobierno en cuanto a detener proyectos sin tener un plan de acción definido o una propuesta alternativa que brinde solución al problema de rezago que se tiene en materia de infraestructura vial. Detener los proyectos afecta la competitividad y la calidad de vida de los habitantes de Costa Rica”, aportó Carlos Trejos presidente de la Cámara Costarricense de la Construcción.

La tercera parte

Para 2020 estaba presupuestado que arrancaran las obras del paso a desnivel en La Galera, al cargo del consorcio Typsa-Conansa-PuentePrefa y que tendrá un costo de poco más de ¢2.000 millones.

Los trabajos incluyen la construcción de un túnel de 60 metros en el cruce cercano al servicentro La Galera, el cual permitirá extender el carril exclusivo de autobuses que actualmente va de la fuente de la Hispanidad hasta las cercanías de Muñoz y Nanne, en San Pedro, hasta Tres Ríos de La Unión.

Este proyecto forma parte de una serie de intervenciones complementarias que buscan una solución integral a la viabilidad de la zona, eliminando entrecruzamientos de vehículos en ese lugar.

Actualmente, por esa intersección transitan a diario unos 44.000 vehículos, tanto con rumbo hacia Cartago y la capital como hacia y desde Tres Ríos.

No obstante, las obras recién arrancaron a finales de enero pasado debido a retrasos por suspensiones de contratos viales.

Si todo sale acorde a lo previsto, este tramo estaría listo en 18 meses.

Por ahora, ninguna de las obras anunciadas ha cumplido con los plazos de entrega.