La victoria de Syriza da alas a los movimientos antiausteridad en Europa

Las medidas de austeridad se debatirán en los numerosos escrutinios previstos este año como la presidencial italiana o las legislativas en Finlandia, Reino Unido, Dinamarca, Portugal y España

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La victoria de Syriza en Grecia da alas a los movimientos contrarios a las políticas de austeridad europeas, empezando por el joven partido Podemos, favorito en los sondeos en España que se enfrenta a un agitado año electoral.

"Es un día muy especial para Podemos", dijo este lunes Pablo Iglesias, su secretario general. "A partir de ahora, nace la esperanza desde la responsabilidad y la seriedad y sin euforia", se felicitó el domingo tras la victoria de su aliado Alexis Tsipras en Grecia.

Profesor universitario de ciencias políticas, Iglesias, con 36 años, quiere emular a su compañero griego y llevarse las legislativas previstas en noviembre, rompiendo la alternancia entre conservadores (ahora en el poder) y socialistas de los últimos 35 años en el país.

"Avanzamos hacia un escenario en el que la se va a quedar aislada es [la canciller alemana Angela] Merkel", la primera en defender las políticas de austeridad según Podemos, insistió este lunes Iglesias.

En el resto de Europa, numerosos políticos coinciden con Iglesias en que la victoria de Syriza pone en entredicho la austeridad imperante en el continente, aunque los defensores de renegociar la deuda o salir del euro todavía son minoritarios.

El debate surgirá con más o menos fuerza en los numerosos escrutinios previstos este año en la Unión Europea como la presidencial italiana el 29 de enero o las legislativas en Finlandia (abril), Reino Unido (mayo), Dinamarca (septiembre), Portugal (septiembre u octubre) y España.

Pero no en todas partes el discurso antiausteridad lo asumen solo nuevos partidos como Syriza o Podemos. En el sur, los partidos tradicionales de izquierda se aproximan a los postulados de Tsipras, como el Partido Demócrata italiano del primer ministro Matteo Renzi.

De hecho, su secretario de Estado de Asuntos Europeos, Sandro Gozi, no dudo en enviar el domingo un tuit señalando que "en Italia Tsipras se llama Renzi". En este país, un tercio del electorado se decanta por los euroescépticos de izquierdas del Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo o la Liga Norte (derecha).

También en Portugal -donde el partido más afín a Syriza, el Bloque de Izquierdas, solo obtiene un 3,5% de la intención de voto en los sondeos- el partido socialista en la oposición parece destinado a heredar el éxito de Tsipras.

"Es la señal del cambio en Europa", dijo el domingo su líder, Antonio Costa, con un 37,9% de la intención de voto.

La situación es similar en Francia. Aunque el líder del Frente de Izquierdas, Jean Luc Mélenchon, con un 6,6% de los votos en las últimas europeas, deseó "un efecto dominó" para reorganizar Europa de un modo completamente distinto, los socialistas no le dejaran ser el único en sacar provecho del discurso antiausteridad.

Bruno Le Roux, portavoz del partido en la Asamblea nacional, señaló que este resultado supone para el presidente François Hollande "un punto de apoyo suplementario para discutir con Europa", que presiona para un mayor ajuste presupuestario en ese país.

Pero el éxito de Syriza, muy a su pesar, también está siendo utilizado por los partidos eurófobos de extrema derecha.

Esta victoria es "una llamada desesperada a la ayuda del pueblo griego", señaló Nigel Farage, líder del UKIP británico, eurófobo y antiinmigración.

En Francia, la presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen, se alegró de la "bofetada democrática monstruosa que el pueblo griego acaba de dar a la Unión Europea".

En España, las elecciones municipales y regionales, principalmente en mayo, permitirán visualizar si la victoria de Syriza puede desacomplejar al electorado y beneficiar a Podemos. "El miedo se va", advirtió el domingo su líder.

Creado hace solo un año, Podemos encauzó el enfado demostrado en mayo de 2011 por el movimiento de los "indignados", que ocupó durante semanas centenares de plazas por toda España en plena crisis económica.

Este movimiento muy hostil al sector bancario, la austeridad impuesta por Bruselas y las élites políticas, consideradas corruptas, encontró en 2014 un representante político con Podemos, que sorprendió con cinco diputados en las elecciones europeas de mayo.

Desde entonces, su auge fue espectacular y en los sondeos ya aparece codo con codo con el partido conservador del jefe de gobierno Mariano Rajoy. Aunque no se conforman con eso.

Iglesias, como Tsipras, es muy claro en un punto: quiere la mayoría absoluta. "Estamos aquí para ganar, estamos aquí para gobernar", señala regularmente.