Laura Chinchilla cumplió 31% de sus promesas de campaña

La presidenta superó el 21% que alcanzó Abel Pacheco y el 22% que registró Óscar Arias

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La presidenta Laura Chinchilla cumplió aproximadamente un tercio de las promesas que hizo a los costarricenses en campaña.

La presidenta se ubica como la gobernante que más concretó los ofrecimientos que presentó en su programa de gobierno, desde que EF realiza la revisión de estas promesas.

El 31% de ejecución de “Adelante”, programa de Chinchilla, supera el 21% de cumplimiento que alcanzó el presidente Abel Pacheco (2002-2006) con su “Todo por Costa Rica” y el 22% que presentó el presidente Óscar Arias (2006-2010), con “¡Sí! Hacia la Costa Rica desarrollada del bicentenario”.

EF realizó por tercera ocasión este ejercicio, el cual consistió en verificar si las ofertas de los programas de gobierno presentados a los ciudadanos antes de la elección se concretaron.

Luego del recuento, la mandataria tiene una calificación en la que predomina el rojo: las promesas que no pudo alcanzar representaron un 35,5%, casi cinco puntos porcentuales por encima del cumplimiento.

A su vez, las áreas en las que se presentaron avances o esfuerzos, pero que no se reflejaron en la oferta que se realizó en campaña alcanzaron un dato intermedio, un 33,5%.

En estos campos, Chinchilla también mejoró el desempeño de sus antecesores.

Pacheco no pudo mantener el 59% de sus propuestas, mientras Arias quedó sin honrar un 46% de sus ofrecimientos.

Promesas sobre la mesa

En este ejercicio debe quedar claro que no se trata de valoraciones sobre lo realizado en los diferentes campos, sino una revisión de lo que se presentó al electorado durante la campaña.

Se podría alegar que la diferencia en la cantidad de promesas puede facilitar o complicar el ejercicio de honrar lo prometido en campaña.

Sin embargo, los tres mandatarios compartieron una cantidad de ofrecimientos similares. Pacheco realizó 203, Arias 130 y Chinchilla 196.

En el caso de Chinchilla, se logró verificar o se tuvo elementos para calificar el cumplimiento de 186 de las 196 promesas realizadas; es decir, el 95%.

Quedaron fuera de esta revisión 3 ofrecimientos en materia de seguridad, 4 en el campo de bienestar social y 3 en ambiente.

En ellos, los entes encargados no remitieron información sobre las consultas realizadas antes del cierre, y no se encontraron elementos en otros indicadores para poder valorarlos.

Justamente, la falta de información transparente y de fácil acceso se muestra como un tema pendiente en la mayoría de la administración pública, que dificulta una verdadera rendición de cuentas.

Seguridad, un bastión

Fiel a lo que fue una de sus cartas fuertes en la campaña, la administración Chinchilla se mostró firme en materia de seguridad.

De las seis áreas en las que agrupó sus ideas, esta fue una de las que le permitió atrincherarse y obtener buenos rendimientos.

También fue una en las que presentó mayor cantidad de promesas, con 39.

De esta batería, cumplió un 33,3%, una de las cantidades más altas. Entre los elementos más significativos estuvo la reducción de la tasa de homicidios de 11 por 100.000 habitantes a 8 por 100.000 durante todo el periodo.

A esto se une un aumento en el número de policías, hasta lograr un cuerpo de 14.500 vigilantes en las calles.

También se fortaleció el Programa de Protección de Víctimas y Testigos. Actualmente cuenta con un presupuesto 57% mayor al que tenía en el 2010, según cifras del Ministerio Público.

Fueron pocas cosas las que no cumplió. En este apartado, apenas registró un 25%, y fue el área en la que menos aspectos se le quedaron en el tintero.

Entre las promesas que no se cumplieron estuvo la imposibilidad de elevar al 50% el financiamiento para la seguridad ciudadana.

El presupuesto creció en estos 4 años en 43,8% en términos reales. Otro de los objetivos que no logró concretar fue la construcción de una sede permanente para la Escuela Nacional de Policía y no pudo impulsar una reforma para sancionar drásticamente los delitos contravencionales.

El restante 41,6% correspondió a los temas en los que se identificó algún nivel de avance, pero sin llegar a la meta añorada.

Campo social, minado

En el campo social, la gobernante realizó 44 promesas. De ellas, se revisaron 40. Fue una de las dos áreas en las que la actual administración tuvo menos objetivos alcanzados, apenas un 20%.

En este campo, uno de los pocos logros de la administración es el chineo que recibió una de las propuestas estrella de Chinchilla, la Red de Cuido, que debía pasar a una cobertura mínima de 25.000 niños.

También se entregaron 10.400 nuevas pensiones no contributivas, lo que superó la meta de 10.000 que se había fijado.

No obstante, en esta área, las propuestas que no se logró culminar mostraron uno de los peores desempeños, con un 42,5%.

Descolló el tratamiento de los desechos sólidos, el debilitamiento de EBAIS reportado por la Contraloría, y no se logró incrementar graduación de profesionales en ingeniería y matemática.

Un 37,5% de las propuestas se quedó en avances.

Producción nivelada

La tercera categoría del programa de gobierno fue la que presentó mayor cantidad de ofrecimientos, un total de 66.

En este variado capítulo, que incluyó desde la hélice que representó el comercio exterior, hasta el ancla que simbolizó el peso de la infraestructura, la mandataria logró registrar un 34,8% de promesas cumplidas.

Entre ellas, se logró mover al país en 20 puestos en la medición del Doing Bussines, que analiza la serie de trámites que tiene el país para la creación de un negocio.

La Inversión Extranjera Directa (IED) alcanzó los casi $9.000 millones que se había propuesto el gobierno para los cuatro años.

Sin embargo, fue un desempeño en el que hubo un empate: también se quedaron un 34,8% de propuestas sin cumplir.

Con nota roja se quedaron las promesas que planteó en carreteras para favorecer a los productores, el apoyo en crédito para las pequeñas y medianas empresas y el fiasco con la ampliación de la refinería con apoyo chino.

En medio de estos rendimientos, se pudo detectar un 30,3% de ofertas que quedaron a medio camino como las reformas al proyecto de Banca de Desarrollo para agilizar el proyecto, pero que todavía esperan en la Asamblea Legislativa para ser votadas.

En productividad hubo temas que se desarrollaron, pero que aún falta continuarlos para consolidarlos, como fomentar decididamente la investigación tecnológica y el mejoramiento genético vegetal y animal y revisar los procesos de registro de agroquímicos, en apoyo a productores pero asegurando inocuidad.

El poder de la ciencia

El cuarto eslabón en la cadena del programa de Chinchilla fue uno de los que resultó más sólidos: la ciencia y la tecnología.

Paradójicamente, fue uno de los de menor tamaño: apenas se presentaron una docena de objetivos por desarrollar.

En el ámbito de los laboratorios, la presidenta pudo cosechar el mejor rédito para sus ideas. Casi seis de cada diez promesas se concretaron.

Zapote logró impulsar el proyecto de Gobierno Digital, con el que se unificó el sistemas de compras públicas, y el préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) puso en marcha proyectos del sector que requerían apoyo financiero.

Pero no todo fueron celebraciones. Un 42% de sus ideas terminaron por quedarse en el pizarrón, sin ejecutarse.

En este campo, resulta casi un sueño lejano la inversión de un 1% del Producto Interno Bruto (PIB) en ciencia y tecnología, que llega apenas a un 0,57%, mientras que no se concretan aspiraciones como la Agencia de la Sociedad del Conocimiento, ni hay evidencia de que se avance en la mutación del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, hacia un Sistema Nacional de Innovación Productiva y Emprendimiento para la Competitividad

Fue el único de los capítulos en los que el desempeño no admitió medias tintas: ninguna de las propuestas quedó a medias.

Ambiente marchito

En el terreno ambiental, se reportó otros de los desempeños más críticos de Chinchilla.

De las 23 promesas, se pudo tener una reacción en 20 de ellas.

De este sector, solo se alcanzó un cumplimiento de un 20% en las promesas formuladas.

Hubo un aumento del área marina bajo protección, que alcanzó los 9.640 kilómetros cuadrados, tras crear en la cordillera submarina del Coco el Área Marina de Manejo Montes Submarinos.

También se concretó la Comisión Nacional del Mar, con la coordinación de distintos ministerios con la intención de vigilar el aprovechamiento sostenible de la pesca, una mejor regulación en temas de navegación, mejorar la seguridad en el mar y promover actividades turísticas.

Asimismo, se formuló la Política Nacional del Mar, que tendrá un plazo de quince años con revisiones periódicas a mitad de cada periodo de gobierno, para adecuarla según los resultados e impactos alcanzados, los cambios en el contexto y el estado del conocimiento.

Un 30% de las recomendaciones se quedó sin ser implementadas.

Se quedó debiendo en uno de sus grandes ejes de acción para aplicar una rigura normativa sobre la emisión de gases para fuentes móviles y fijas, según el reporte de los proyectos presentados en el Congreso, realizado por el Departamento de Servicios Parlamentarios.

Tampoco se concretaron los ambiciosos proyectos para impulsar los biocombustibles. La Refinería Costarricense de Petróleo (Recope) no está en capacidad de suministrar mezclas de biodiesel a la flota vehicular.

Sin embargo, la mitad de las ofertas externadas en el sector ambiental se quedaron en proceso.

El exterior en rojo

El último de los vagones en el tren del programa de Chinchilla fue el área de las relaciones internacionales.

También fue, al igual que ciencia y tecnología, uno de los capítulos menos extensos. Incluyó una docena de objetivos para el Gobierno.

De esta oferta, se consolidó el 33,3% de las promesas, lo que convirtió al campo internacional en otro de los puntos fuertes de la mandataria.

Ofertas como la candidatura de Costa Rica ante la comisión de Derechos Humanos y los esfuerzos para promover la participación en la APEC fueron puntos altos.

Sin embargo, también fue el sector con mayor nivel de ofertas que no se cumplieron, cifra que alcanzó la mitad de lo presentado en el programa.

Aquí falló la apertura de una embajada en Egipto, promover una comisión de gobernabilidad en el SICA y una alianza energética en América de las que no hubo registro.

* Colaboraron con esta información las periodistas Evelyn Fernández Mora y Gilda González Sandoval

Metodología

Muestra: Se contabilizaron las promesas que se incluyeron en los respectivos programas de gobierno.

Medición: Se utilizaron tres categorías: cumplió lo que ofreció, hubo avances pero no alcanzó la oferta y no se cumplió la promesa.

Fuentes: Se solicitó información a ministerios, expertos y cámaras, y se revisó prensa y datos estadísticos.