Leyes de Costa Rica reducen posibilidades de cooperación extranjera en energías limpias

Tope de Ley N°7200 y moratoria petrolera espantan inversión en energía hidroeléctrica y en búsqueda de gas natural.

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El marco normativo de Costa Rica es traba para que el país capte mayor cooperación internacional e Inversión Extranjera Directa (IED) en materia de energías renovables.

Aún con ese obstáculo, apenas la semana pasada el gobierno de Laura Chinchilla le solicitó más cooperación al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el desarrollo de fuentes limpias para la producción de energía.

En contra de las intenciones de Chinchilla, juegan los topes a la cogeneración hidroeléctrica privada, el mal ambiente político que enfrenta el plan de “Ley de contigencia eléctrica”, la moratoria petrolera que decretó su gobierno, y hasta el Cafta, donde se dejó por fuera la apertura del mercado local de hidrocarburos, lo cual afecta la importación de gas natural.

Ese panorama negativo llevó al Gobierno a gestionar cooperación estadounidense en campos energéticos vírgenes para el país.

Tal es el caso del consumo de gas natural y de hidrógeno como combustibles, lo cual en la práctica se vislumbra poco viable en el contexto actual, donde se requieren acciones más rápidas y concretas dado el incremento constante en las tarifas de electricidad.

Por ahora el proyecto más maduro de cooperación energética entre Costa Rica y Estados Unidos es el del hidrógeno, en el cual el Gobierno ha invertido $1,5 millones y cuenta con el apoyo de las empresas Ad Astra Rocket y Cummins Engine.

Este hecho prueba que la cooperación técnica estadounidense es la que ha imperado hasta ahora en el campo energético.

No obstante, Costa Rica desaprovecha el potencial de otras fuentes donde la IED podría ser una alternativa a la cooperación, cada vez más difícil de conseguir.

Ataduras legales

Uno de estos campos es el hídrico. Catherine Reuben, directora ejecutiva de la Cámara de Comercio Costarricense Norteamericana (Amcham), cree que si el país tomara la decisión de eliminar el tope a la venta de electricidad producida por cogeneradores, impuesto en la Ley N°7200, se abrirían más ventanas de oportunidad para que aumente la IED estadounidense en este campo.

“Hay que abrir el espacio para que el sector privado pueda participar. Hay limitaciones para hacer inversiones a gran escala”, afirmó la vocera empresarial.

Amcham no conoce de inversión norteamericana actual en el campo de energías limpias. Sin embargo, insiste en que es conocido el interés de empresarios de ese país por instalarse aquí.

Mario Alvarado, director ejecutivo de la Asociación Costarricense de Productores de Energía (Acope), recordó que al país ya fluyó una vez importante inversión norteamericana en el campo energético que terminó yéndose por falta de oportunidades.

Entre los consorcios que trajeron ese capital estuvieron Plantas Eólicas S.A. (PESA), Don Pedro-Volcán (Enel Green Power) y Oxbow Power Corporation.

De esos tres inversionistas, Alvarado aseguró que solo el último mantiene activos en el país. El resto vendió sus operaciones a empresas ticas y europeas.

“El campo que queda para el desarrollo de energía con fuentes renovables es muy pequeño, de alrededor de 70 megavatios. Así que me gustaría conocer qué espacio le ofreció el Gobierno al presidente Obama, porque no queda margen para un join venture ”, sostuvo.

Cafta limita alternativa del LNG

Tras la reunión bilateral entre Obama y Laura Chinchilla quedó claro que el país está urgido de empezar a explotar el gas natural (LNG).

No obstante, aquí las intenciones se enmarañan en la legalidad otra vez pues, en el Cafta, a diferencia de las otras naciones firmantes, el país decidió sacar del acuerdo su mercado de hidrocarburos, cuyo monopolio ostenta la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope). Y justamente hay un debate sobre si ese monopolio debe incluir el LNG, que no es derivado del petróleo.

René Castro, ministro de Ambiente y Energía (Minae), afirmó que la apuesta del país es convencer a Estados Unidos de que coopere en la construcción de un gasoducto que atraviese Centroamérica para transportar el LNG.

En el campo energético, las empresas norteamericanas más interesadas en invertir en Costa Rica han sido las petroleras.

Empero, la presidenta Laura Chinchilla firmó en el 2011 un decreto de mora petrolera hasta el 2014, por lo que la apertura a esa alternativa será una decisión en manos de su sucesor.

Apuesta lejana

Hidrógeno: Es el proyecto tico-estadounidense más maduro a la fecha, goza del apoyo de las empresas Ad Astra y Cummins y del respaldo de varias universidades de los Estados Unidos.

Gas natural: Su uso en el país depende de hacer atractivo el mercado, por ahora reducido. Costa Rica espera que Estados Unidos le de un trato privilegiado a la hora de importar el gas.

Eólica: Costa Rica ya ha sido destino de inversión norteamericana en este campo. Las empresas abandonaron el país por falta de ventanas de oportunidad para vender más electricidad al operador estatal, tal como lo impone la Ley N° 7200, por lo que se prevé difícil como alternativa de cooperación.

Fuente Entrevistas.