Ante la ola de despidos que reventó en plena transición de gobierno, el presidente electo, Luis Guillermo Solís, afina su estrategia para hacerle frente al desempleo.
En el último mes se presentaron 3.260 despidos tomando en cuenta el cierre de operaciones de Intel, de Bank of America, de una unidad de negocios del Banco Cathay y despidos en Grupo Monge y Pipasa.
Estos despidos significan que la cantidad de desempleados actuales del país se incrementó en un 2% aproximadamente.
Solís desglosó su plan inicial para hacerle frente no solo a esta situación, sino al desempleo que ya existía en el país (8,3%).
Lo primero que hará es buscar consolidar las inversiones que ya están instaladas en el país y las que están llegando.
Propondrá a la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (Uccaep) y a la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) que integren una comisión, junto con el Ministerio de Comercio Exterior (Comex) –que estará a cargo de Alexander Mora– con un plan de ruta para ir a visitar a potenciales inversionistas y a inversionistas actuales.
Su plan es ir a decirles que en Costa Rica todo está normal, que el Gobierno quiere atraer inversión y garantizarles que las condiciones se mantienen adecuadas para su inversión en zonas francas y en otros lugares.
“Hay que ir a buscar a las empresas, ir a hablarles y convencerles de que no hay tal cosa, de que estamos comprometidos con una economía vibrante en donde se respetan los compromisos jurídicos del Estado y donde queremos un empleo de buena calidad”, comentó Solís.
Afirmó que trabajará de la mano con el sector turístico, y que insistirá mucho en esta área porque “es dólar que se multiplica mucho” y que tiene la capacidad de generar empleo sostenible.
Por eso, una de las tareas asignadas a quien será el nuevo ministro del ramo, Wilhelm Von Breymann, es que acelere el proceso de discusión sobre formas para aumentar el flujo de turistas al país.
De la mano con la educación
El punto de partida de la estrategia que trabajará el ministro de trabajo designado, Víctor Morales, será demostrar que Costa Rica es un país atractivo porque cumple con los estándares laborales, las condiciones democráticas, sociales y educativas con una mano de obra altamente calificada y de calidad.
Pero además de trabajar en atracción de Inversión Extranjera Directa (IED), Morales enfatizó que una de sus grandes prioridades será la generación de empresas nacionales de la mano con el sector de la economía social, formulando programas especiales de articulación entre instituciones y sectores involucrados.
“Trabajaremos en políticas de empleo que deben ser concertadas con el sector privado, sindicatos, asociaciones solidaristas, cooperativas y organizaciones de la economía social”, externó.
Para lograrlo, el ministro aseguró que llegará a revisar el Consejo Superior del Trabajo, para reactivarlo y asegurar que funcionará como una instancia de diálogo socio-laboral.
También revisará los puntos positivos que ha tenido la Ley de protección al trabajador que se aprobó cuando fue ministro (1998-2002) y buscar que se cumplan aspectos esenciales, como los salarios mínimos.
Empero, ¿cómo hará para que el nivel educativo vaya de la mano con el modelo de desarrollo laboral del país?
“Costa Rica debe meterle la mano dura al Ministerio de Educación y estoy seguro de que es el encargo que tiene doña Sonia Marta Mora (ministra de Educación designada)”, comentó.
Aseguró que tiene planeado sentarse con Mora y con la junta directiva del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) para ajustar su enfoque, para que se sintonice en esa dirección de generar más opciones de mano de obra que supla las necesidades y exigencias del mercado.
Amarrando esas variables, el nuevo gobierno pretende ayudar a los desempleados, a quienes tienen empleo ineficiente o insuficiente y también a que quienes lo tienen para que lo mantengan con el cumplimiento de la ley.