Luis Guillermo Solís prometió un gran cambio, y los cambios se deben ver y sentir. Por eso no extraña que apenas al recibir la banda presidencial, sus primeros actos fueron un inento de dejar un sello personal del cambio en dos áreas que golpearon a su antecesora Laura Chinchilla: el deterioro de la infraestructura y la confianza ante los electores.
Así, el júbilo por su vllegada a la Presidencia dio paso a un esfuerzo por mostrar un cambio en la situación vial, con dos firmas que pretenden marcar un derrotero: un decreto para atender de emergencia la red vial, y un compromiso ético de sus ministros, con lo cual también apunta a uno de los estandartes del PAC, la inquietud por rescatar la ética.
En el primer Consejo de Gobierno que realizó, una vez terminado en acto de Traspaso de Poderes, Solís firmó un decreto relacionado con la intervención vial, anunció a su amigo íntimo, Mariano Figueres, como el nuevo director de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS) e hizo firmar a los jerarcas de su gabinete un compromiso ético para rendir cuentas y ser austeros en sus gastos.
Con el decreto decidió intervenir 21 obras abandonadas que forman parte de las rutas nacionales, lo que significa arreglar 9 alcantarillas y 12 puentes.
Aunque la orden es arrancar de inmediato, aún no se especifica con cuál dinero se atenderá ese proyecto.
Los puentes a atender son cuatro ubicados en la ruta 1: sobre el río Seco, Colorado, Guacimal y Barranca. Sobre la ruta 2 están los puentes sobre la quebrada El Fierro y las alcantarillas de los ríos Chagüite y Zopilote.
La prioridad en la ruta 4 es el puente sobre el río Arenal; mientras que en la ruta 23 son los puentes sobre los ríos Barranca y el Estero. El decreto también incluye arreglos sobre la ruta 32 hacia Limón en relación con los puentes sobre los ríos Reventazón y Chirripó y de dos alcantarillas.
En la ruta 39 los arreglos se harían en las alcantarillas de la quebrada Los negritos y alcantarillas Torres-Guadalupe, Torres-Pavas y Ocloro. A esto se une la rehabilitación de los puentes de los ríos Grande y Palomo, en las rutas 707 y 224.
El compromiso de transparencia
El tema de la transparencia, lo ha tomado Solís en todas sus propuestas y el 8 de mayo juró hacer un gobierno transparente, sometido al escrutinio de todos los pobladores.
El primer paso que dio en este sentido de hacer firmar al Ejecutivo un compromiso ético da señales al país de que no solo es un término que decora sus discursos, sino que está pasando del dicho al hecho, al menos se puede decir hasta ahora que del dicho al compromiso formal.
Habría que ver cuál será el mecanismo que utilizarán los jerarcas para que esto sea una realidad, sobre todo ante la obligación que tienen, por disposición del mismo Solís, de brindar un informe de labores cada año.
El compromiso obliga a sus firmantes a no realizar ninguna actividad profesional privada que les impida el cumplimiento efectivo de sus responsabilidades, a viajar menos, no usar vehículos con placa discrecional para gestiones personales, no recibir regalos y excederse en gastos en publicidad.
Solís en su primer discurso como presidente número 47 pidió al pueblo que lo corrija si se equivoca, que le reclame si no lo escucha y que si usurpa la confianza brindada que lo repudie.
Aunado a ese tema de transparencia, otro primer paso de Solís fue la escogencia de Mariano Figueres, hijo del tres veces presidente de Costa Rica, José Figueres Ferrer, como el director de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS). Sin embargo, esta designación también fue una de sus primeras contradicciones, ya que anteriormente había declarado que no iba a darle un cargo a su amigo en su administración.