Entre el 2010 y el 2016 el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) registró el nacimiento promedio por año de 616 niños de madres menores de edad que no reportaron contar con un padre registral para sus hijos e hijas.
A junio del 2017, la cifra se acercaba al promedio anual, con 605 casos de madres menores de 18 años que no reportaron el apoyo registral de un padre. Los hijos de esas madres jóvenes representaron un 27% del total de inscripciones de hijos de menores de edad, según el Registro Civil.
Aunque no todos estos casos representan la carencia de un apoyo económico del progenitor, la cifra permite dimensionar las dificultades que enfrentan las madres adolescentes en Costa Rica, debido a la ausencia de una pareja que brinde soporte para la crianza de los niños.
A julio del 2017, el costo de la canasta básica per cápita mensual para una persona en la zona urbana era de ¢50.125, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Censos). Cifra mínima que había que agregar a los gastos de los hogares por cada nacimiento.
Por cada padre menor de edad que reporta el Registro Civil por año, se reportan diez casos de madres menores de edad, lo que podría denotar una tendencia de discriminación social por género en la atención de los nacimientos de menores de edad.
Embarazo cae, no lo suficiente
Mientras tanto, el embarazo entre niñas y adolescentes evidencia una caída en los últimos años, aunque no lo suficientemente amplia.
En el caso de las menores de 15 años, el INEC estima que en el 2016 hubo 349 niñas embarazadas, contrario a las 522 que se estimaban en el 2012, año desde el que se observa una clara tendencia a la caída. Eso ha significado un positivo descenso de un tercio en la cantidad de embarazos de niñas.
En las jóvenes con edades mayores (entre 15 y 19 años), la caída resulta más prolongada a lo largo del tiempo, pues puede verse una tendencia al descenso desde el 2009. En el 2012, tres años después, el Ministerio de Educación aprobó los programas de sexualidad y afectividad, que la jerarca de educación, Sonia Marta Mora, valora como determinantes en el fenómeno.
“Habría que hacer una investigación, pero asocio la experiencia educativa con un cambio en la toma de decisión y el empoderamiento de las chicas y los chicos. Muchos suelen decir ‘yo pensaba que...’, ‘antes pensaba que...’, y eso implica un enorme cambio”.
Otro fenómeno relevante es la caída en la proporción de jóvenes y niñas que contrajeron matrimonio a corta edad, estando embarazadas. El matrimonio en jóvenes embarazadas entre los 15 y 19 años se redujo en un 71% desde el 2002 hasta el 2016. En ese lapso, la cantidad de niñas menores de 15 que se casaron cayó con fuerza de 18 casos a 2 casos.
Paternidad responsable
El año pasado se reportó el nacimiento de 9.371 niños hijos de madres de cualquier edad, que no contaron con un padre registral.
Ese mismo año, 5.005 mujeres solicitaron acogerse a la Ley de Paternidad Responsable, que permite hacer un examen a los posibles padres que niegan la paternidad y agiliza los trámites para obtener una pensión.
Pese a ello, el TSE aún no tiene datos de cuántos casos de madres menores de edad se acogen a la Ley de Paternidad.