Megabancos transformaron el rostro del mercado financiero

Venta de BAC Credomatic marcó nueva era financiera

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La venta de BAC Credomatic a GE Consumer Finance, brazo financiero del gigante General Electric, empezó a desgranar la mazorca de bancos en poder de socios locales o regionales.

Con una transacción de $500 millones, GE adquirió el 49% de las acciones del grupo BAC el 11 de mayo del 2005.

En cuestión de un año, le sucedieron la venta de Interfín a Scotiabank por $293,5 millones, de Banistmo a HSBC en $1.770 millones, y de Cuscatlán y Banco Uno a Citigroup.

El arribo de estos gigantes a tierras centroamericanas le cambió el rostro al sistema bancario local y regional.

“Entre más grandes y relevantes sean los bancos, más importante es el cumplimiento de las normas internacionales en toda su extensión. Los megabancos ayudaron en esos procesos de saneamiento de los sistemas financieros centroamericanos”, estimó Ernesto Castegnaro, presidente de la junta directiva de BAC Credomatic.

También se transformó la atención al cliente como parte de la aplicación de esos estándares internacionales.

Estas prácticas permearon además a los demás bancos privados.

“La llegada de la megabanca fue positivamente disruptiva para beneficio de los consumidores”, comentó Jean-Luc Rich, gerente general de Scotiabank.

Oleadas

Empero, con la crisis económica mundial, algunos de estos megabancos emprendieron la retirada. GE vendió su participación en BAC al colombiano Grupo Aval y HSBC hizo lo propio, al vender sus operaciones locales a Davivienda.

“Los tres mayores bancos de Colombia estaban en un proceso de expansión fuera de su país y Centroamérica era una opción interesante para ese proceso de expansión”, narró Castegnaro.

Si bien su permanencia fue corta, las huellas de los megabancos son profundas.