Municipalidades enfrentan alta morosidad de sus contribuyentes

Al 2014 los ayuntamientos tenían cuentas por cobrar acumuladas por ¢124.382 millones

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En el 2014 las municipalidades sacaron al cobro impuestos por un total de ¢366.763 millones, de los cuales no pudieron llevar a sus arcas ¢124.382 millones, según datos de la Contraloría General de la República (CGR).

Es decir, por cada ¢100 que las municipalidades pretendían cobrar, sus contribuyentes no les pagaron ¢33.

Los ¢124.382 millones sin cobrar corresponden al total de la morosidad acumulada de periodos anteriores y a la morosidad interanual 2013-2014.

Entre un año y otro el monto creció a un ritmo de ¢5.952 millones, en dos puntos porcentuales.

Son más las municipalidades que están por encima del promedio de morosidad que las que están por debajo de ese punto.

Mientras los ayuntamientos que están por encima del 33% de morosidad tenían al 2014 una cartera por cobrar de ¢84.000 millones, las que estaban por debajo de ese porcentaje acumulaban ¢40.000 millones.

Entre las diez municipalidades que peor recaudan, el índice de morosidad se mueve entre 49,4% de Osa y el 82,7% de Hojancha.

Pobres con peor recaudación

Un ejercicio hecho por EF evidenció que aunque la correlación entre mayor morosidad y menor desarrollo relativo es baja, seis de las diez municipalidades del escalafón de mayor morosidad están entre los cantones con menor Índice de Desarrollo Social preparado por el Ministerio de Planificación (Mideplan). Estas son Guatuso, Parrita, Osa, Guácimo, Nicoya y Puntarenas, que ocupan los puestos 75, 70, 69, 63, 56 y 55, respectivamente, entre los 81 cantones.

Cuatro de esos ayuntamientos (Hojancha, Guatuso, Alajuelita y Guácimo) también aparecieron entre los peores calificados en el último Índice de Gestión Municipal que publicó la CGR.

Así, la morosidad campea y pone en apuros a los municipios, especialmente en aquellos que necesitan de más recursos.

La Contraloría llamó la atención sobre la necesidad de que los municipios mejoren sus plataformas de cobro y depuren sus bases de datos de contribuyentes para mejorar los indicadores.

Sin embargo, los objetivos que señala el ente contralor están lejos de ser realistas ante el poco apoyo económico y técnico que tienen las municipalidades, especialmente las más pobres, para desarrollar plataformas que les permitan recaudar mejor.

“Es claro que en los cantones con mayor pobreza hay menos recaudación. En Desamparados, por ejemplo, hay muchos precarios donde la gente no tiene título de propiedad y, por lo tanto, no pueden pagar impuestos aunque quisieran. Ese tipo de condiciones afectan la recaudación”, sostuvo German Mora, gerente de Desarrollo Local de la CGR.

Mala ejecución ahoga recursos

Esa problemática se suma a la baja ejecución que tienen los ayuntamientos, especialmente los más pequeños y pobres.

Al 31 de diciembre del 2014 el 2,1% de los recursos que estaban sin ejecutarse en la Caja Única del Estado pertenecían a transferencias del Gobierno Central a las municipalidades.

De los recursos que se giraron a las municipalidades en el 2013, producto de la Ley N.° 8114, para reparar la red vial cantonal, el 25,6% no se ejecutó.

Para Roberto Thompson, alcalde del cantón Central de Alajuela y miembro de la junta directiva de la Unión Nacional de Gobiernos Locales (UNGL), la única manera de que los contribuyentes se acerquen a tributar a sus respectivas municipalidades es que estas demuestren que los recursos que recaudan se van a reinvertir en obras de utilidad para la misma población.

Más recursos, ¿para qué?

En ese contexto de mala recaudación y de ejecución diezmada de transferencias, los ayuntamientos exigen que se cumpla con el mandato constitucional de trasladarles el 10% del presupuesto del Gobierno Central para hacerle frente a sus competencias.

Luis Antonio Barrantes, alcalde de Valverde Vega y directivo de la Asociación Nacional de Alcaldías e Intendencias (ANAI), defiende esa posición con el argumento de que los gobiernos locales no pueden echar mano de los recursos que recaudan para hacer obras públicas, como pavimentar los caminos de lastre.

De las transferencias, dijo Barrantes, tampoco se puede esperar un gran cambio pues los ayuntamientos deben girar un porcentaje al Registro Público, a Hacienda y a otras entidades, lo cual reduce el disponible para mejoras de importancia.

Por esto, el alcalde consideró urgente que se cumpla con lo que ordena la Constitución y se traslade a los ayuntamientos al menos el 1,5% del presupuesto del Gobierno Central (unos ¢62.000 millones) para reparar caminos cantonales.

“Ese dinero se nos giraría a lo largo de tres años, por lo que el impacto fiscal sería muy reducido. (...) Si Costa Rica no quiere que las municipalidades reciban esa plata, entonces que sea el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) el que se haga cargo de las rutas cantonales”, sostuvo.

Los planetas parecen alineados por primera vez en el universo político para que los municipios reciban más recursos del maltrecho presupuesto nacional, dineros que irían a dar a manos que, hasta ahora, no han demostrado una administración eficiente.

Realidades distintas

Municipios que mejor cobran

1

Flores: Al 2014 el ayuntamiento tenía una tasa de morosidad de apenas un 7,98%. Solo dejó de recaudar ¢114 millones.

2

San Carlos: No tiene un desarrollo relativo alto, pero manejó una morosidad de 11,3%; baja según el estándar.

3

Belén: Al año pasado logró recaudar ¢5.869 millones de los ¢6.632 que puso al cobro en impuestos municipales.

4

Zarcero: El pequeño cantón alajuelense productor de lácteos logró cerrar el 2014 con una tasa de morosidad del 12%.

5

Escazú: A la cabeza en el Índice de Desarrollo social, Escazú mantenía a diciembre una morosidad del 13,2%.

Los más deficientes en cobro

1

Hojancha: Su ayuntamiento apenas fue capaz de recaudar ¢43 millones de los ¢248 millones que sacó al cobro en 2014.

2

Parrita: En el puesto 70 del más reciente Índice de Desarrollo Social, este municipio tuvo en 2014 una morosidad del 66,5%.

3

Guatuso: A la cabeza de los cantones peor calificados en el Índice de Gestión Municipal, su morosidad fue del 65,3% en 2014.

4

Alajuelita: Su morosidad cerró en 60,3% en el 2014. Figura en el último grupo de municipios del Índice de Gestión.

5

Liberia: Pese a tener un alto desarrollo en los últimos años, el ayuntamiento mantiene niveles de morosidad del 58,3%.

Fuente CGR.