Nadie quiere asumir la responsabilidad por el estancamiento en las negociaciones entre Reino Unido y la Unión Europea

Proceso fue interrumpido por la crisis global del coronavirus y fue reiniciado esta semana

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La Unión Europea (UE) y el Reino Unido cruzaron acusaciones este viernes 24 de abril sobre la falta de progresos en la negociación sobre su futura relación comercial, interrumpida por la crisis del coronavirus.

"El Reino Unido no quiso comprometerse seriamente en un cierto número de cuestiones fundamentales", lamentó en rueda de prensa el negociador europeo, Michel Barnier, para quien sólo se realizaron progresos "tangibles (...) parcialmente".

Tras esas declaraciones, el Reino Unido insistió en que buscará un acuerdo de comercio posBrexit con la Unión Europea.

"El Reino Unido sigue comprometido con un acuerdo que contenga como base un Tratado de Libre Comercio", precisó el gobierno británico, que sin embargo reconoció que persisten "importantes diferencias de principio en otras áreas".

Barnier y su par británico, David Frost, reanudaron el lunes 20 la negociación comercial entre ambos con una segunda ronda por viodeoconferencia, prevista inicialmente en marzo pero que se postergó por la irrupción del coronavirus en Europa.

Pero el tiempo apremia. Tras el divorcio consumado en enero, Londres y Bruselas se dieron 11 meses para destejer décadas de estrechos vínculos económicos, con un momento clave en junio, cuando ambos deben decidir si prorrogan la negociación.

En la práctica, el Reino Unido no forma parte del bloque, pero sigue cumpliendo sus normas y dentro del mercado único, así como de la unión aduanera, durante un período de transición hasta el 31 de diciembre mientras busca un acuerdo con la UE.

Pese al llamado reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI) a prorrogar la transición para no sumar “incertidumbre” a una coyuntura económica marcada por una profunda recesión en 2020 por la COVID-19, el gobierno británico rechaza este escenario.

"El Reino Unido no puede negarse a ampliar la transición y, al mismo tiempo, ralentizar las discusiones sobre áreas importantes", criticó el negociador europeo, urgiendo a conseguir "progresos reales" para junio a fin de lograr un acuerdo para fines de diciembre.

“El último mono”

La segunda ronda de negociaciones celebrada esta semana sirvió para confirmar los escollos en la negociación detectados en la primera, iniciada el 2 de marzo: la pesca, la competencia desleal, la gobernanza del acuerdo y la futura cooperación judicial.

“Básicamente, no ha avanzado ni un ápice”, resumió una fuente europea, para quien el problema es que el Brexit se ha convertido en el “último mono”, debido a la pandemia. “Hay una falta de atención política (...) y un cansancio”, agregó a la AFP.

Sobre la sensible cuestión del acceso de buques europeos a aguas británicas, Barnier confirmó que el Reino Unido no presentó aún una propuesta de texto legal, pese a que ambas partes se comprometieron a llegar a un acuerdo sobre el tema para julio.

Y "si no hay acuerdo sobre pesca, no habrá acuerdo comercial. Es tan simple como esto. Yo pienso que el Reino Unido ha recibido el mensaje", apuntó el responsable francés, quien ya negoció el acuerdo de divorcio actualmente en vigor.

En caso de no alcanzar un acuerdo, las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) se aplicarían a la relación comercial entre ambos, lo que se traduce en aranceles más elevados y la reintroducción de barreras aduaneras.

Los europeos querrían que los británicos respeten sus normas en materia laboral, fiscal, medioambiental y de ayudas públicas para evitar un competidor desleal a sus puertas, pero Londres lo rechaza en nombre “del control de sus propias leyes”.

Los desacuerdos llegan también hasta la forma que adoptará el futuro acuerdo que consumará el "Brexit económico" tras el "político", según Barnier. La UE aboga por un acuerdo global, pero el Reino Unido prefiere una serie de diferentes pactos.

Pese a las diferencias, el responsable francés consideró que estas son “aún superables” en las dos rondas de negociación previstas las semanas del 11 de mayo y 1 de junio, antes del plazo clave de junio, pero “con voluntad, realismo y respeto mutuo”.