‘Ninis’ en Costa Rica tienen el peor nivel académico entre países de la OCDE

Tasa de jóvenes que no estudian ni trabajan se agrava para las mujeres conforme avanzan en edad

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Los jóvenes costarricenses que no estudian ni trabajan (“ninis”) tienen los peores niveles educativos entre los países más desarrollados.

Así se desprende de un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, conocida como “club de los países ricos) para 43 naciones alrededor del globo.

Entre ellos, Costa Rica posee la proporción más alta de “ ninis” de baja calificación que no han terminado los estudios de secundaria: de un 68,7%. En la OCDE el promedio es de 36,1%.

La cifra adquiere tonos oscuros si se considera que uno de cada cinco jóvenes costarricenses entre 15 y 29 años podrían catalogarse como “ninis”, es decir, personas que no estudian ni trabajan por estar en condiciones de inactividad económica o por no haber podido encontrar un empleo.

Futuro empeñado

La principal alerta roja para un “nini” con baja formación es que tiene el riesgo de quedarse permanentemente rezagado en el mercado laboral o de tener muchas más dificultades para obtener empleos de calidad y mayor remuneración en el futuro.

Aun peor, si tienen hijos y fracasan cuando buscan un trabajo, también pueden alimentar un ciclo negativo; los jóvenes con padres de baja preparación académica tienen elevados riesgos de convertirse en “ninis”.

La OCDE estima para sus países que uno de cada tres ninis viven en un hogar en el que ninguno de los miembros familiares está empleado. Es una proporción mucho más alta de la que enfrentan los jóvenes en general, donde solo uno de cada diez habita en un hogar sin personas empleadas.

Aunque Costa Rica tiene una tasa de jóvenes que no estudian ni trabajan menor a la de Brasil, Colombia, México, España o Italia, su perfil académico sí es más grave que el de esos países.

Un 68,7% de los “ninis” costarricenses tienen un bajo nivel de preparación académica.

Los resultados regionales son levemente mejores –México (63,2%), Argentina (55,3%) o Chile (33,1%)– pero significativamente altos frente a los de un país como Corea del Sur (6,8%) con los mejores registros del estudio, generado a partir de datos del 2015.

Con rostro femenino

Los 150.000 “ninis” que reporta el informe del Estado de la Región para Costa Rica no tienen horarios, patronos ni maestros pero sí tienen un rostro definido... y un género. Hay una significativa participación de mujeres que no estudian ni buscan trabajo porque son madres de niños pequeños, sin capacidad de encontrar horarios laborales adecuados o servicios de cuido costeables. En el mundo, las tasas de jóvenes “ninis” son mayores para las mujeres que para los hombres.

En Costa Rica, por ejemplo, la diferencia entre hombres y mujeres para las tasas de “ninis” es de 3,9 puntos porcentuales, cuando tienen entre 15 y 19 años.

Sin embargo, esa disparidad se quintuplica conforme las personas avanzan en edad, hasta llegar a una distancia de 20,7 puntos porcentuales de diferencia para quienes alcanzan un rango de entre entre 25 y 29 años.

En otras palabras, aunque Costa Rica ha logrado tener un relativo éxito cerrando las brechas de género en la matrícula colegial y escolar, las diferencias de género en la participación laboral persisten.

Más políticas, menos “ninis”

Después de la crisis de algunos países en Europa, la mayoría de naciones han experimentado aumentos en la proporción de sus “ninis”. El fenómeno también sucedió en América Latina, según alertaba en enero de 2016 el Banco Mundial.

Sin embargo, el panorama del futuro arroja algunas luces. En el 2015 los líderes de los países del G-20 adoptaron políticas ligadas a reducir en un 15% el número de “ninis” de baja preparación académica. La fecha meta de ese propósito se trazó para el 2025. Según la OCDE, es probable que unos 23 países del estudio logren alcanzar ese plan, incluido Costa Rica.

Las previsiones, sin embargo, no se escapan de las adversidades que el país puede enfrentar en los próximos años, y necesitan sellarse con fuertes cambios en políticas públicas de cuido y de atención a la deserción escolar.

Esta última tocó al cierre del año pasado a un 4,2% de los jóvenes de secundaria, es decir, 15.262 jóvenes costarricenses.