Pobreza extrema se duplicaría sin transferencias estatales

Incremento equivaldría a unos 55.000 nuevos hogares sometidos a la pobreza extrema

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Si un día las transferencias sociales que da el Estado costarricense dejaran de llegar a sus beneficiarios, el porcentaje de hogares con pobreza extrema crecería un 93%, por lo que prácticamente se duplicarían.

Eso equivaldría a 55.000 nuevos hogares sometidos a la pobreza extrema.

Si la medida de pobreza extrema se basara en las personas (en vez de los hogares) su crecimiento sería de 78%.

Tales dineros que ofrece el Estado también logran hacer levemente más pequeño el coeficiente de Gini. Lo que implica que dichas transferencias contribuyen a distribuir más los ingresos entre la población costarricense. Una reciente investigación cuestiona si en la última década la desigualdad en los ingresos creció en el país.

Eso sí, las transferencias sociales no parecen tener un efecto relevante entre los pobres no extremos. Estos porcentajes no se mueven mucho antes y después de las transferencias.

Estas son algunas de las conclusiones que pueden extraerse de la investigación de Annia Cháves Gómez y Mariela Madrigal Meneses, presentada en el simposio de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del 2013, organizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Inec).

El estudio tiene entre sus objetivos calcular el porcentaje de personas y hogares en pobreza antes y después de las transferencias sociales. Considera las transferencias monetarias (becas de Avancemos, Fonabe, municipalidades, IMAS, pensiones y aguinaldos) y no monetarias (en especie, como comidas de los Cen-Cinai, leche en polvo, víveres, comidas servidas en los centros diurnos, implementos escolares del IMAS, desayunos y meriendas escolares y colegiales, almuerzos, transporte estudiantil y otros).

No se valoró en el trabajo la atención en centros de cuido ni guarderías ni centros diurnos.

Los resultados son que, sin las transferencias, los hogares en pobreza extrema crecerían de 4,2% a 8,1%. Es decir, eliminar todas las transferencias implicaría un aumento de 93%.

En el caso de la pobreza no extrema, prácticamente no se registra ningún cambio: cae de 20,2% a 20,1% al eliminar todas las transferencias.

En cuanto a la pobreza extrema medida por persona, el porcentaje de individuos en pobreza extrema aumentaría de 5,4% a 9,6%. Un incremento porcentual de 78%.

Y, de nuevo, la pobreza no extrema prácticamente se mantiene constante. Sin las transferencias se mueve de 23,9% a 23,4%

La línea de pobreza en este estudio es de ¢101.204 en la zona urbana y de ¢77.658 en la rural.

¿Y la desigualdad en el ingreso?

La investigación también demuestra que las transferencias sociales estatales distribuyen mejor la riqueza. Por ejemplo, sin transferencias sociales el coeficiente de Gini es de 0,524. Con transferencias cae a 0,503.

El coeficiente de Gini marca una mayor desigualdad en el ingreso conforme se acerca a 1. Un coeficiente de 0 muestra una sociedad con una distribución completamente igualitaria del ingreso.

Por todo lo anterior, la investigación de Cháves y Miranda concluye que "las transferecncias tanto monetarias como en especie del gobierno cumplen con el objetivo de redistribución".