Porcicultores de Costa Rica siguen sin exportar por limitaciones impuestas por los mataderos

Empresarios se quejan de barreras para vender directamente sus productos en el exterior

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El productor de cerdo Diego Rojas viajó a China hace tres años en busca de clientes para comenzar a exportar carne a ese país.

Elaboró folletos con información en español e inglés.

Encontró compradores interesados en el producto y cuando regresó a Costa Rica a buscar un matadero que operara bajo los estándares que pide el país asiático, la respuesta que obtuvo fue negativa.

En el matadero le dijeron que les diera el cliente chino. Ellos le comprarían la carne y se encargarían de hacer la exportación y negociar en el extranjero.

Por supuesto que Rojas rechazó la propuesta y no ha podido exportar ni a China ni a ningún otro país.

La causa: los porcicultores dependen de que los mataderos desarrollen sus operaciones bajo los estándares que exige cada uno de los países en cuanto a matanza e inocuidad; y que estén certificados.

Cada país tiene que hacer su inspección para autorizar el matadero de donde provenga la carne que compran, de lo contrario no hay negocio.

Ante este panorama, los productores de cerdo nacionales están con las manos atadas y por más que quieran conquistar otros mercados directamente, aprovechando los tratados comerciales firmados por el país, no lo pueden hacer.

“Nosotros queremos exportar directamente y no contamos con el apoyo de los mataderos, si no es negocio para ellos, ellos no van a ayudar”, dijo Rojas.

Porcicultores que hablaron con EF coinciden en que esta situación causa preocupación porque se pierden oportunidades de crecimiento como sector y de competitividad en un mundo globalizado.

Además, no le sacan el jugo a las posibilidades que les brinda los beneficios de los tratados comerciales.

“Debe haber una alianza estratégica entre productores y mataderos. Los mataderos lo que quieren son los clientes y seguir pagando bajo el precio al productor”, dijo el presidente de la Cámara de Porcicultores, Renato Alvarado.

Los productores de cerdo podrían estar enviando su carne a distintos mercados del mundo, incluso a Japón, país que en enero pasado declaró a Costa Rica como libre de fiebre porcina.

Rómulo Chaves, también porcicultor, tuvo la posibilidad hace dos semanas de exportar a Rusia, sin embargo al depender de la certificación de una planta tuvo que dejar ir la oportunidad.

“A los mataderos no les interesa estar certificados porque no es negocio para ellos y les representa un costo, solo lo harán si ellos son los que hacen el negocio en el exterior. Nosotros dependemos de ellos”, dijo Chaves.

Los mataderos no están obligados a certificarse, es una decisión voluntaria de hacerlo e invertir para cumplir con los estándares en separar líneas de matanza e inocuidad.

Desde mayo pasado varias empresas como Montecillos, El Arreo, Gico y Visión comercial ya cuentan con los avales necesarios para exportar a Japón, un mercado que se reabrió para Costa Rica a finales del 2013.

EF intentó hablar con los representantes de mataderos como Coopemontecillos y El Arreo, se dejaron mensajes, pero no hubo respuesta.

Según los productores, han tratado de buscar alianzas con estas empresas negociando porcentajes de ganancia en las posibles exportaciones, pero no llegan a acuerdos.

Alvarado explicó que los mataderos les proponen que el productor les entregue la materia prima y que ellos exportan directamente.

“Esto haría que el dinero quede en manos de ellos. Debe haber más voluntad de los mataderos para hacer negocios conjuntos y que ganemos todos por parejo”, dijo Alvarado.

Buscan su propia planta

Para poder acabar con esta dependencia de los mataderos, los porcicultores se están organizando con la idea de construir sus propias plantas de matanza y deshuese y buscar las certificaciones requeridas para exportar.

Sin embargo, eso no solo depende de la voluntad y la necesidad, sino de dinero.

Un total de 32 productores de cerdo conforman el grupo Porcimás desde hace 7 años y tienen el plan de construir una planta cuyo costo es de ¢60 millones.

Porcimás analiza la opción de convertirse en una cooperativa.

En San Carlos, los porcicultores también se están organizando para tener su propio matadero a través de Carnicoop R.L.

Esta cooperativa compró un terrero en ¢700 millones de colones y están buscando financiamiento para construir un matadero con deshuesadero, lo que les cuesta $6 millones.

“Queremos tenerlo lo antes posible para exportar directamente nuestra carne, sin depender de nadie, sin intermediarios”, dijo Diego Rojas.

Los porcicultores también coinciden en que una opción es que el Estado tenga su propio matadero, pero saben que esta posibilidad está muy lejos de convertirse en realidad.

Mientras tanto, este sector deberá esperar a que concreten sus propias plantas para poder llegar con su producto al mundo.