PUSC fue clave para que PAC amarrara el Directorio Legislativo

Una larga jornada cargada de recesos y negociaciones de última hora enmarcó la elección del nuevo directorio legislativo

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La fracción del Partido Unidad Socialcristiana (PUSC) fue clave para que en una intensa jornada, la fracción del Partido Acción Ciudadana (PAC) lograra amarrar los votos requeridos para la elección del Directorio Legislativo y conseguir, sobre todo, la Presidencia del Congreso que se plantearon como objetivo.

Los socialcristianos no solo tuvieron que presionar a dos de sus diputados que quisieron salirse del canasto para que volvieran al redil y apoyaran al PAC, sino que el jefe de fracción rojiazul, Rafael Ortiz, debió fungir como mediador para volver a convencer al Frente Amplio (FA) de que el voto de sus 9 diputados era crucial para lograr el objetivo.

Ese papel de salvavidas del PUSC fue evidente en un escenario en donde el propio PAC, por querer asegurar al menos 32 votos (solo necesitaba 29) se metió en un zapato muy grande del que les costó salir.

La fracción del había negociado el apoyo con el PUSC y el FA para lograr los 30 votos, pero quisieron agregar los dos cristianos de Renovación Costarricense (RC), Gonzalo Ramírez y Abelino Esquivel, para prevenir la posibilidad de los dos votos del PUSC que no estaban seguros.

No obstante, los de RC decidieron retirarse cuando el PAC se negó a suscribir, en la víspera de la elección, un acuerdo para aplazar, por un año, la discusión de proyectos de ley sobre aborto y uniones civiles entre homosexuales.

El FA había amenazado también con dejar de lado su compromiso, si el PAC no los apoyaba para impulsar el proyecto de Sociedades de Convivencia.

Ante este panorama, la única forma de tener los 29 votos era contar efectivamente con los 13 del PAC, reconquistar a los 9 del Frente Amplio y tener al menos a 7 del PUSC, pero horas antes de la elección, los rojiazules solo les ofrecían 6 votos.

El excandidato presidencial y líder socialcristiano Rodolfo Piza tuvo que llegar al Congreso para interceder en la negociación durante los recesos y logró que los dos diputados que se rehusaban a acompañar a la fracción, Jorge Rodríguez y Humberto Vargas, terminaran enfilándose.

¿Cuál fue la ganancia del PUSC?

Hasta el momento, la ganancia del PUSC de haber tenido el papel salvador, solo se puede medir en puestos. Esta agrupación se quedó con dos de las seis sillas: la Primera Secretaría (Luis Alberto Vásquez), uno de los puestos claves del Directorio porque es la persona encargada de los nombramientos, reasignaciones y hasta permisos sin goce de salario y la Segunda Secretaría, que quedó en manos de Jorge Rodríguez, el mismo que intentó en un principio no apoyar el acuerdo de su fracción con el PAC.

El PUSC pudo quedar con el sello de que está co-gobernando, pero puede procurar cosechar algún beneficio de su alianza con el PAC una vez que comiencen las sesiones ordinarias el lunes 5 de mayo.

Por su parte, el PAC luce más en deuda con el PUSC, partido del que provienen los dos vicepresidentes Helio Fallas y Ana Helena Chacón, asi como otros integrantes del Gabinete de Luis Guillermo Solís, como el ministro de Trabajo Víctor Morales, Manuel González en la Cancillería y la presidenta ejecutiva de la CCSS, Rocío Sáenz.

Sin embargo, lograron salir con un acuerdo para tener el control del Directorio Legislativo, a pesar de los rompimientos y negociaciones de última hora logró lo que quería, a pesar de que evidenció su inexperiencia para negociar siendo fracción oficial, su dificultad para formar alianzas y desarrollar una estrategia política sólida.

El PAC sabe que para armar mayorías necesita al menos el apoyo de tres fracciones y de cuatro o más para obtener los 38 votos que requieren algunos proyectos de ley. Las 8 fracciones restantes que conforman el Congreso también lo saben y juegan con eso a su favor.

Este nuevo cuatrienio apenas empieza. Habrá que medir poco a poco qué tan hábil será el oficialismo para manejar los hilos legislativos, en un plenario variopinto, con congresistas muy experimentados y nuevos, donde hay once repitentes, incluso cuatro de ellos excandidatos presidenciales, los que conocen muy bien que en política nada está escrito hasta que esté escrito.