¿Realmente aumentó la desigualdad en la última década en Costa Rica?

Depende de la medida: el ingreso de los hogares se hizo más igualitario del 2004 al 2013, pero el de los trabajadores se hizo más desigual

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

En una década, el ingreso total de los hogares se hizo levemente más igualitario; el ingreso por persona no se distribuyó de manera más ni menos desigual (la desigualdad no varió); y el ingreso laboral (salarios y otros) sí se concentró más en menos trabajadores.

Por lo tanto, la respuesta a si Costa Rica es un país donde los ingresos se han distribuido de forma más o menos equitativa depende de la forma en que se mida ese ingreso, según los hallazgos del economista Andrés Fernández, publicados en el Simposio de la Encuesta de Ingresos y Gastos del 2013 (Enigh 2013), del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) celebrado la semana pasada.

Una de las razones por las que se incrementó la desigualdad en el ingreso derivado del trabajo responde en una buena parte por las diferencias salariales entre los sectores público y privado.

Y los motivos por los que la concentración de ingresos de los hogares disminuyó levemente podrían explicarse por el aumento del peso de las transferencias gubernamentales que reciben las familias de menores recursos con respecto a su ingreso total y el incremento en el número de perceptores de ingreso en las familias ubicadas en los quintiles bajos de ingreso.

En la última década se ha asumido que la desigualdad en los ingresos de la población costarricense incrementó drásticamente.

Sin embargo, tal premisa no es tan clara. El propio INEC informó en mayo del 2014 que la desigualdad en el ingreso bruto por persona no había mostrado cambios del 2004 al 2013.

En esta reciente investigación, por su parte, Fernández sostiene que el ingreso corriente bruto total del hogar se ha hecho más igualitario. El coeficiente de Gini bajó de 0,519 en el 2004 a 0,504 en el 2013.

Al utilizarse el índice de Theil la caída en la desigualdad de ese ingreso es de 0,517 a 0,477 en el mismo plazo.

Ambos indicadores se utilizan con mucha frecuencia para medir y comparar la concentración de ingresos en los países. Bajo su lógica, habría una menor desigualdad en el ingreso conforme el estimador de ambos indicadores se acerque a cero.

La caída en la desigualdad en el ingreso de los hogares también se confirma cuando se utiliza otro indicador llamado "varianza del logaritmo del ingreso".

Lo anterior no quiere decir que la desigualdad en ingresos de los hogares es baja. El 20% de los hogares más ricos del país se llevan más del 55% de los ingresos corrientes totales, según esta investigación.

Diversos reportes revlan que la desigualdad de ingresos en Costa Rica es mayor que en muchas naciones latinoamericanas como El Salvador o Bolivia, por ejemplo.

Al realizar estas mismas mediciones con base en el ingreso por persona, los resultados del estudio muestran que prácticamente no hubo diferencia entre la desigualdad registrada entre el 2004 y el 2013.

El coeficiente de Gini no mostró diferencias. Tampoco la varianza del logaritmo del ingreso. El indicador que sí mostró un cambio al comparar ambos años fue el índice de Theil, y fue a la baja, al pasar de 0,574 a 0,547.

La Enigh 2013, utilizada en este estudio, es la mejor estimación disponible de los ingresos y gastos de los costarricenses, pues utiliza una muestra compleja (corresponde a un diseño probabilístico de áreas, estratificado, bietápico y replicado) tomada en cada mes entre octubre de 2012 y septiembre de 2013.

En el ingreso laboral sí crece la desigualdad

Ahora, cuando se hace la medición del ingreso laboral (ingresos monetarios brutos de los trabajadores del país entre 15 y 65 años de edad), sí se registra un incremento en la desigualdad bajo los tres indicadores analizados por Fernández.

El coeficiente de Gini del ingreso derivado del trabajo pasó de 0,503 en el 2004 a 0,522 en el 2013. El de Theil de 0,479 a 0,515, y la varianza del logaritmo del ingreso también creció.

La mayor concentración del ingreso laboral es clara: el 20% de los trabajadores que reciben los ingresos monetarios más elevados pasaron de concentrar el 54,7% del ingreso en el 2004, al 56,3% en el 2013.

¿Por qué pasó esto?

El estudio demuestra que si bien el nivel educativo es la principal variable que explica la desigualdad en los ingresos laborales en un año particular (es decir, las diferencias por nivel educativo son las que más explican que un trabajador gane más que otro en un momento determinado), éste no pesó en la explicación del incremento de la desigualdad en el ingreso laboral que se produjo del año 2004 al 2013.

Según la investigación, fueron dos los factores que influyeron en mayor medida en el incremento en la desigualdad del ingreso laboral del año 2004 al 2013: el tipo de jornada laboral y el sector de trabajo.

El tipo de jornada laboral se refiere al número total de horas semanales que trabajan las personas, y que, según los resultados del estudio, tuvo un peso importante no por crecimientos en los salarios o por el tipo de jornada laboral, sino más bien porque aumentó la proporción de trabajadores que laboran jornadas completas y horas extra, lo que responde a cambios estructurales en el mercado laboral.

El segundo factor, el sector de trabajo, se relaciona con las diferencias salariales en los sectores público y privado de trabajo. Según la investigación, la influencia no se dio por el cambio en la composición del mercado laboral (en donde los trabajadores públicos pasan de representar el 15% del mercado laboral en el año 2004 al 18% en el 2013) sino por el "premio al sector público", que no es otra cosa que las diferencias salariales de los sectores.

La investigación sostiene que "(...)los salarios reales crecieron tanto en el sector privado como en el público, pero lo hicieron mucho más rápido en el caso del sector público (15% vs 27%). Esta situación es producto tanto de los aumentos salariales semestrales en el sector público costarricense, como de las anualidades y otros incentivos pagados en este sector y del que pueden disfrutar prácticamente todos los funcionarios públicos del país (como dedicación exclusiva y prohibición, que incrementan en un 20, 55 o 65% el salario base, y se pagan prácticamente a todo profesional del sector público) así como de la aplicación de la política del percentil 50 acordada en el año 2007 y que terminó de aplicarse en el año 2010 que consistió en aumentar los salarios del Gobierno Central con el percentil 50 de los salarios del sector público autónomo no financiero", cita el estudio.

Los aumentos al salario de los empleados públicos se asocian en gran medida con el aumento en la desigualdad en el ingreso laboral del año 2004 al 2013. "Es normal e incluso sano que en una economía, el mercado laboral premie el esfuerzo de un mayor nivel educativo y una mayor capacitación con un salario más alto, si se mantienen al menos las condiciones mínimas de salario para el resto de trabajadores que no tienen estudios universitarios y se respeten las garantías laborales, pero la existencia de un premio adicional creado artificialmente genera distorsiones que inciden en la desigualdad", concluye el investigador.