Recope se embarca en una reestructuración tibia

A finales de enero, el Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplan) autorizó el plan que permite eliminar departamentos y crear una Gerencia de Innovación. No se prevén despidos de empleados

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La Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) sabe que el uso de hidrocarburos tiene fecha de caducidad. Por eso, desde el martes 21 de enero cuenta con luz verde para iniciar una reestructuración interna con la que pretende avanzar, paulatinamente, hacia energías alternativas.

A finales de enero el Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplan) autorizó el plan que permite mover empleados, desarrollar un nuevo organigrama, eliminar departamentos e incluso crear una Gerencia de Innovación para darle un nuevo rostro a la empresa estatal.

Aquí es donde la institución se enlaza con el proyecto Ley de Transformación de Recope para la Contribución a la Transición Energética (N.° 21.343), iniciativa que presentó el Poder Ejecutivo ante la Asamblea Legislativa en abril del 2018.

La reestructuración obedece a una solicitud del presidente Carlos Alvarado, quien demanda avanzar hacia una economía descarbonizada.

Pese a que la empresa ya puede iniciar con la reingeniería, los cambios son tímidos y, en algunos casos, simbólicos. Esto porque la institución aún debe concentrarse en la importación y distribución de hidrocarburos, argumentó Alejandro Muñoz, presidente ejecutivo de Recope.

Si bien ya se muestran señales de cambio, todavía falta mucho camino por recorrer; el expediente 21.343 espera la convocatoria del Gobierno para poder avanzar en la corriente legislativa.

Este proyecto pretende transformar Recope en la Empresa Costarricense de Combustibles y Energías Alternativas (Ecoena) para que la entidad pueda investigar, producir, importar, exportar, industrializar, almacenar, comercializar y transportar energías químicas alternativas.

Movimientos a la vista

A grandes rasgos, la reestructuración de Recope consiste en la fusión de departamentos y cambios en las jefaturas: pasó de contar con 65 niveles –entre direcciones, gerencias y departamentos– a tener 60.

Con la reestructuración, el traslado de personal se podría dar de un departamento a otro, aunque no significa que existirán despidos o contratación de recurso humano nuevo.

La cantidad de tareas nuevas no es muy visible, esto según la consulta que EF le hizo a Jorge Ortega, jefe de la Unidad de Reforma Institucional de Mideplan y encargado de analizar la estructura operativa de Recope.

Así lo reconoció el mismo jerarca de la institución. “Casi todas las funciones permanecen en tanto Recope sea garante de la administración del monopolio de hidrocarburos. Hay que continuar con lo que estamos y lo nuevo es la innovación (Gerencia de Innovación)”, reconoció.

Algunos cambios son simbólicos. Por ejemplo, anteriormente los colaboradores de prensa y comunicación integraban la Unidad de Comunicación y Relaciones Públicas, que pertenecía a Presidencia. Ahora esa unidad se eliminó, y, mientras que un grupo de funcionarios continuará ligado a Presidencia, otro se trasladará al Departamento de Comunicación y Estrategia Digital –de la nueva Gerencia de Innovación–. Allí tendrá a cargo funciones de comunicación estratégica y las nuevas tecnologías de comunicación.

Es decir, las responsabilidades de comunicación serán asumidas desde la Presidencia, pero sin la representación estructural que tenía con el esquema anterior.

Por su parte, el Departamento de Transacciones Comerciales solo sufrió un cambio de nombre y mantiene las mismas funciones que en el esquema anterior: encargarse de los procesos de facturación.

La nueva Gerencia de Servicios Técnicos asume algunas de las funciones de la Gerencia de Desarrollo, la Gerencia Distribución y Ventas, y, además, absorbe la Dirección de Aseguramiento de la Calidad.

Una de las novedades es que las jefaturas de dicha gerencia deberán movilizarse por todo el país, así que se desplazarán por Limón, Barranca o la Terminal Hernán Garrón para hacer las coordinaciones necesarias.

Lo mismo aplica para el encargado de la Dirección de Mantenimiento, quien debe coordinar trabajos en las regiones Pacífico, Central y Caribe. Con el cambio aprobado por Mideplan esta dirección lo que hace es agrupar los departamentos en estas tres zonas.

Para implementar la nueva estructura, la refinadora cuenta con un plazo de seis meses; es decir, tiene tiempo hasta julio del 2020.

Proyecto de ley, vital para un cambio sustantivo

El cambio más sustantivo es la creación de la Gerencia de Innovación, que tendrá a cargo la Dirección de Mejora e Innovación y cuatro departamentos. Sobre sus hombros recae la responsabilidad de darle un nuevo rostro a la empresa, hacer investigaciones y crear proyectos con energías alternativas.

Para que esta gerencia tenga suficiente músculo, debe prosperar el proyecto Ley de Transformación de Recope para la Contribución a la Transición Energética (N.° 21.343). No obstante, el texto aún no ha sido convocado por el Poder Ejecutivo en el actual período de sesiones extraordinarias.

EF intentó conversar con Paola Vega, diputada del Partido Acción Ciudadana (PAC) y propulsora de la iniciativa de ley, para saber qué nivel de prioridad le da el Gobierno al expediente 21.343. Sin embargo, no obtuvo respuesta antes del cierre de edición.

Tanto el jefe de la Unidad de Reforma Institucional de Mideplan como el presidente ejecutivo de Recope insisten en que la Gerencia de Innovación puede funcionar con proyecto de ley o sin él.

La diferencia es que, de aprobarse la iniciativa, la institución podría superar las amarras de carácter legal que le han impedido continuar con la investigación y el desarrollo de energías alternativas.

Además, la institución estaría en capacidad de realizar alianzas con universidades o empresas privadas para implementar nuevos negocios y atraer inversionistas.

El objetivo de la iniciativa es que Recope, rebautizada como Ecoena, sea un agente de cambio en la matriz energética del país.

Si no se aprueba el nuevo marco legal, la refinadora tendrá un margen más limitado para actuar y solo podrá dedicarse a determinados proyectos, como impulsar el uso gas –que reduce las emisiones de efecto invernadero hasta 30%– o la mezclas de combustible con etanol.

La reestructuración de Recope ejerce presión sobre la Asamblea Legislativa; no obstante, el cambio podría pasar inadvertido para el primer poder de la República si el Gobierno no pone dentro de su lista de prioridades el expediente 21.343.