Recuperar la confianza en el Gobierno: principal reto del nuevo ministro de la Presidencia

Sergio Alfaro tiene que devolverle la credibilidad a una cartera devaluada durante la gestión de Melvin Jiménez.

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Luis Guillermo Solís decidió girar 180 grados en el estilo de conducción del Ministerio de la Presidencia, al solicitarle el cargo al desgastado Melvin Jiménez para depositarlo en manos de Sergio Alfaro Salas.

No es una casualidad. Por el contrario, revela una movida estratégica.

Después de la errática gestión de Jiménez, el Presidente necesita recuperar la confianza del país en las propuestas que lanzó en la campaña política y aquellas que ha procurado hacer caminar durante los primeros 11 meses de su Gobierno.

Para ayudarlo en esa tarea, escogió como relevo en su ministerio más importante a un político joven, conciliador, abierto y hasta simpático, dones de un interlocutor al que se le notan aspiraciones de escalar.

Sobre todo, se inclinó por un Sergio Alfaro curtido y preparado en las lides políticas, características que no se observaban a simple vista en Melvin Jiménez, y que serán vitales para su segundo año de mandato, el año de la consolidación de su propuesta.

Empresarios, ciudadanía, sindicatos y la prensa, quedaron tocados tras la gestión pobre en conciliación y rica en yerros del obispo luterano, calificado por los patronos del sector comercial como el peor ministro del Gobierno, y criticado en igual grado por la Unión de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep) y por los sindicatos a raíz de su escaso contacto con ambos sectores, estresados por la pérdida de competitividad y de empleos.

Sobre esos cimientos que le heredó Jiménez, Alfaro deberá empezar a levantar su éxito y, de paso, el del Gobierno.

Después de todo, el nuevo ministro viene acostumbrado a apagar incendios políticos.

Antecedentes

Alfaro inició su vida política tarde, pero con seguridad.

En el 2007 llegó como emergente a la fracción del Partido Acción Ciudadana (PAC) y, desde el principio, demostró que estaba listo para algo más que ser sustituto. Estaba preparado para ser protagonista.

De inmediato llegó al Parlamento, asumió un rol protagónico en la planificación de la estrategia de su bancada relacionada con la lucha contra la agenda de implementación del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos (Cafta, por sus siglas en inglés), la máxima experiencia política que le ha correspondido vivir hasta ahora al PAC como fuerza de oposición.

“Recuerdo participaciones memorables de Sergio en el plenario”, dijo Elizabeth Fonseca, actual ministra de Cultura, quien ocupó la jefatura de la fracción del PAC durante el periodo constitucional 2006-2010.

“En una ocasión, Sergio utilizó sus 20 minutos en el uso de la palabra en el debate de uno de los proyectos del TLC, repitiendo únicamente la frase constitucional ‘Costa Rica es una República soberana, libre e independiente’. Es una persona muy firme; el Presidente gana a un estratega”, agregó Fonseca.

Alfaro también fue uno de los principales constructores de la reforma integral al Código Electoral que entró en vigencia en setiembre del 2009 y que consumió horas de negociación entre el PAC y los partidos Liberación Nacional (PLN) y Unidad Social Cristiana (PUSC), que bregaban por mantener en el Código el esqueleto que sostuvo en pie al bipartidismo durante cinco décadas.

En ese contexto de crispación política y social, Alfaro también se caracterizó por sus duros enfrentamientos con el presidente Óscar Arias (2006-2010), a quien incluso denunció por beligerancia política ante el Tribunal Supremo de Elección (TSE).

A pesar de esos signos de político duro, Alfaro también logró cosechar la admiración del oficialismo por su apertura al diálogo y sus aportes técnicos en las materias jurídica y política.

Hace un año exactamente, Luis Guillermo Solís anunciaba a aquel exdiputado de baja estatura corporal y cabello rizado, proveniente de las bases alajuelenses del PAC, como el presidente ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros (INS), una de las empresas más grandes de Centroamérica.

Congreso es campo minado

Con tal bagaje Alfaro continúa con su actuación en la cosa pública, pero ahora en uno de los papeles más visibles del teatro político costarricense.

Con poco tiempo a su haber, el ministro designado enfrenta el duro reto de empezar a construir esa confianza clave para el Gobierno con un sector complicado: la oposición legislativa.

Para el Gobierno sería nefasto que la presidencia de la Asamblea Legislativa se le escape de las manos a la fracción del PAC.

Sin embargo, el actual presidente legislativo, Henry Mora, ha hecho todo para volver al Parlamento en su contra.

Mora ha sido reprendido por la oposición, por los empleados del Parlamento y hasta por la Sala Constitucional, por sus métodos de mando, los mismos que han puesto cuesta arriba la obtención de votos para quedarse en el cargo durante la legislatura 2015-2016.

Pese al panorama, Mora es el candidato de Casa Presidencial.

Al ministro, entonces, le tocará recuperar la credibilidad en el Gobierno de los socios opositores que pusieron los votos el 1.° de mayo pasado: Frente Amplio y la Unidad Social Cristiana (PUSC).

Ese será el primer paso para cimentar la estrategia con la que el Poder Ejecutivo procurará conducir por buen camino los proyectos de reforma tributaria, quizás el objetivo más ambicioso en materia legislativa de la administración Solís para este 2015.

Faltan varias semanas para que Hacienda remita las reformas a los impuestos sobre la renta y sobre las ventas a la Asamblea, pero las bancadas desde ya advierten que no aprobarán ningún nuevo impuesto hasta que el Ejecutivo dé señales de tener bajo control el gasto público, materia en la que aún no logra convencer.

Lo grave es que organismos financieros internacionales y las calificadoras de riesgo piden como una señal positiva el aval a esos proyectos para no degradar más la calificación de riesgo del país.

“El nuevo ministro de la Presidencia va a requerir mucho tacto. Don Sergio tiene kilometraje político y podría ayudar a anular la percepción de inexperiencia que ha marcado hasta ahora al gobierno”, abonó a favor del nuevo ministro el politólogo José Carlos Chinchilla.

Comunicación, una deuda

Melvin Jiménez no dejó construidos puentes de diálogo ni con los diputados, ni con el sector privado ni con los gremios de trabajadores. Al menos así se concluye de las quejas lanzadas por esos sectores a su gestión.

Las constantes contradicciones en las que incurrió el Gabinete de Luis Guillermo Solís durante el periodo de Jiménez también denotan poca comunicación interna del gobierno.

A Sergio Alfaro le corresponderá revertir los efectos de la escasa coordinación que ha saltado a la vista durante el mandato.

“Quien sustituyera a don Melvin prácticamente debía venir aprendido. Luego de un primer año con tantas equivocaciones no habrá margen para más errores. Don Sergio es un hombre preparado para el puesto”, adelantó el politólogo Daniel Calvo.

Su colega José Carlos Chinchilla cree que Alfaro también tiene los atestados necesarios para amalgamar a un gabinete variopinto en términos ideológicos.

Ambos analistas observan en él las condiciones para convertirse en el pararrayos del Presidente y restarle exposición innecesaria en situaciones de crisis, algo en lo que Jiménez falló.

PAC cercano a la Presidencia

Si bien el PAC llevó a Luis Guillermo Solís a la Presidencia de la República, el partido ha estado lejano de su gestión.

La llegada de Alfaro al Ministerio de la Presidencia podría reencauzar las relaciones del Presidente con la divisa, al ser el nuevo ministro una figura fundacional de esta.

El acercamiento con el partido fortalecería la gestión de Solís, un presidente que ha lucido con un reducido círculo de confianza, aún más cerrado desde el despido de Melvin Jiménez, su consejero.

“La llegada de don Sergio debe tranquilizar a los partidarios del PAC. Él ayudará al presidente a encontrar su rumbo según nuestra visión de Gobierno y recordará los códigos de ética del partido en la función pública”, celebró el fundador del PAC, Ottón Solís.

El actual diputado rojiamarillo afirmó que Alfaro es una señal de que al gobierno y al país les vienen tiempos mejores en materia política.

Emergente otra vez, Alfaro llega obligado a desempañar los vidrios de la “casa de cristal” que Luis Guillermo Solís prometió al asumir la Presidencia.

Las circunstancias también obligan al nuevo ministro de la Presidencia a demostrar rápido que es el líder, gerente, comunicador y diplomático que Melvin Jiménez nunca fue.

Perfil de Alfaro

Nombre: Sergio Alfaro Salas

Profesión: Abogado y politólogo

Edad: 44 años

Cargos: Presidente del INS (2014-2015), abogado y notario, Bufete Arias & Muñoz (2010-2014), diputado del PAC (2007-2010), abogado y notario (2001-2007), asistente legal en la Procuraduría General de la República (1997).

Experiencia académica: Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Costa Rica, profesor de Derecho en la Escuela Libre de Derecho.