La pregunta de si se debe permitir el acceso a redes sociales a los empleados la escucho con mucha frecuencia, y la respuesta no es siempre tan sencilla. El tema no es complejo, pero sí amerita una breve explicación que no siempre encuentra oídos receptivos.
Cada día, es más frecuente que las compañías restrinjan el acceso a las “ socnet” . Los argumentos son casi siempre fundamentados en que estas son una pérdida tiempo, y hasta una suerte de abandono (virtual) del trabajo que podría colocar al empleado en la antesala de un despido.
En la actualidad, es muy frecuente que las empresas cedan ante BYOD (Bring Your Own Device, traiga su propio dispositivo) y la pregunta que surge es por qué no aprovechar todo el potencial de las redes sociales para mejorar la comunicación corporativa.
Además, el tema de lo que cada uno pueda hacer con su equipo personal queda en un limbo cuando los trabajadores no permanecen en la sede de la empresa.
Estudios de la Universidad de Warwick en el Reino Unido dicen que las redes sociales no afectan a la concentración del empleado, sino más bien lo vuelven más productivo al permitirle tener más vías de comunicación.
Por su parte, un estudio de WDStorage dice que el uso de “socnet” internas de las empresas fomenta la cultura corporativa hasta en un 45% e incentiva la colaboración hasta en 37%.
Uno de mis maestros, el doctor Felipe Carrasco, experto en Derecho Informático Laboral, dice que este uso de las redes sociales podría compararse con lo que antes era el derecho de fumar. Estas distienden al empleado y lo sacan un momento de la vorágine corporativa para que regrese con mejor actitud a sus labores.
Entonces, ante la pregunta de si se debe de permitir el acceso a redes sociales a los empleados, recuerde que, aunque tengan la misma cantidad de letras, tiene más peso el sí que el no.