Silvia Lara: "Comer es un derecho, no un beneficio que entrega el Estado"

Un nuevo subsidio estatal para los más pobres y sacar la producción de la Gran Área Metropolitana son algunas de las propuestas que tiene el PLN para combatir la pobreza y desigualdad. EF conversó con Silvia Lara, candidata a vicepresidenta.

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Silvia Lara, candidata a vicepresidenta por el Partido Liberación Nacional, se emociona cuando cuenta que en 2007 dejó una propuesta lista en el IMAS para construir un sistema de información que permitiera identificar a toda la población en condición de pobreza, contabilizar ese universo de personas a las que la ayuda Estatal no había logrado alcanzar. Aunque la propuesta no se ejecutó, su plan es que su partido gane el 6 de abril y dicha idea se ponga en marcha.

Esa es una de las propuestas en política social que tiene el PLN. A esta se le suma un bono alimentario para población en pobreza extrema y polos de desarrollo en la periferia para dinamizar las economías locales.

EF conversó con Lara sobre los mecanismos que plantea su partido para alcanzar el compromiso de reducir las brechas sociales.

-¿Para usted qué es lo que genera la desigualdad en el ingreso?

-En Costa Rica hay un sector productivo muy dinámico, con altos niveles de productividad, de desarrollo tecnológico, conectado con el mercado externo, pero completamente desconectado de la economía local. Ese sistema productivo dual se refleja en un mercado de trabajo partido en dos. Aquí se explica el coeficiente de Gini que tiene el país. El Gini no hay que irlo a buscar a ningún otro lugar que no sea aquí (señala las diapositivas con datos del mercado laboral). 53,7% de la población está en el mercado laboral formal. El ingreso promedio de estas personas es de ¢469.000. La otra mitad, el 46%, son el sector informal y agropecuario tradicional. Su ingreso promedio es de ¢ 212.000. Los del agropecuario reciben ¢ 216.000 en promedio. Aquí está el Gini, no está en ningún otro lado. Como el modelo no generó suficiente empleos, la gente tuvo que autoemplearse, y eso se refleja en esa desigualdad.

-O quizás no se generaron empleos a los que esas personas pudieran tener acceso…

-Veamos, hay empleos formales y calificados, e informales y no calificados…Solamente el 40% de la fuerza laboral es calificada. Calificada quiere decir que terminó la secundaria. El 60% no es calificada. El ingreso promedio de una persona calificada es de ¢ 436.000; el de una no calificada es de ¢ 188.000. Este es el Gini. Entonces las palancas está en empleo formal y educación.

-¿Entonces cómo se puede bajar la desigualdad en el ingreso?

-Generación de empleo con base en la calificación de la fuerza laboral.

-¿Y cómo?

-La producción está concentrada en diez cantones. En las demás zonas hay poca producción, y eso coincide con las zonas de poco logro educativo. No hay oportunidades de producción afuera. Si no le entramos a eso, no le estamos entrando al tema.

-¿Y cómo le entra uno a eso?

-Esto no es un asunto de corto plazo. Tenemos que sacar la producción del área metropolitana, queremos pasar de pensar del centro hacia fuera a una visión de afuera hacia el centro. Eso significa armar cuatro polos de desarrollo. Un polo de desarrollo es una región donde se hacen coverger una serie de intervenciones para crear las condiciones que generaren crecimiento económico. Y la infraestructura es no solo carreteras sino puertos, electricidad, agua. Hay que crear mercado locales, no puede ser que en las zonas francas del Pacífico Norte vengan a comprar productos agrícolas a la Gran Área Metropolitana, ellos tienen comprar en su zona.

-Usted coincide con el Estado de la Nación en que hay que cambiar el modelo de desarrollo de los últimos 20 años, en una forma simple ¿qué significa cambiarlo y cómo?

-Cuando decimos cambiar el modelo de desarrollo no quiere decir deshacernos de lo que ya está hecho, por ejemplo sí a las zonas francas. En estas vamos a hacer una gran apuesta a que haya mucho mayor encadenamiento de la zona franca con la economía local. En los polos de desarrollo hay que traerlas en condiciones que contribuyan con la economía nacional y la economía local. El ajuste significa volcar los ojos para adentro y apostarle a la economía tradicional, el sector agropecuario y crearle las condiciones para que sea rentable y crear condiciones de mercado.

-¿Daría más relevancia al sector agro aunque es un sector que se ha hecho menos relevante?

-El plan de polos de desarrollo pretende crear centros de valor agregado, que son espacios físicos donde el productor y la productora agropecuaria tradicional puede encontrar asesoría, asistencia técnica para agregar valor a la producción. Tiene que haber un aparato institucional para hacer frente a eso y por eso se propone la creación de la Agencia Nacional de Productividad e Innovación.

"Un error es suponer que porque es agropecuario tradicional entonces no sirve, qué montón de gente en este país está viviendo de su finquita y el problema que hemos tenido es decir, es que eso no es rentable.

"En este momento hay mucha gente que está produciendo para la sobrevivencia, eso tiene una rentabilidad social y hay que llevarla a procesos de mayor valor agregado, pero mientras tanto hay que tenderle la mano a estas personas. Es una apuesta de mediano plazo".

-Usted menciona que el empleo es la principal palanca para sacar a la gente de la pobreza, sin embargo a pesar de que Costa Rica ha crecido económicamente no ha logrado generar esos empleos necesarios. ¿Cuál es el cambio que plantean para lograr una creación de empleo que tenga efecto en la reducción de la pobreza?

-Mediante los polos de desarrollo y ampliando la base productiva, hay que crear formas de economía que son distributivas, por ejemplo las cooperativas. Hay que apostarle a la pequeña y mediana empresa y a la pequeña producción agropecuaria y agroindustrial.

-La propuesta de programa social que tienen ustedes es el bono alimentario, ¿por qué es necesario crear este programa si ya existen otros?

-En Costa Rica hay 340.000 hogares que no tienen los ingresos para comprar la canasta básica, no comen, lo que estamos diciendo es que es ética y moralmente inaceptable que haya tanta gente que se va a acostar en la noche sin haber hecho tres comidas diarias, tienen que comer y esa es la garantía que les queremos dar.

-La pobreza no es algo estático, hay gente que está entrando y saliendo de la pobreza, ¿cómo podemos controlar eso en esta propuesta?

-Hay un mecanismo para identificar esas familias que es a través de los ATAPS (Asistentes Técnicos de Atención Primaria en Salud) que son los equipos de los Ebais que visitan casa por casa y tienen información de cada casa. Queremos identificar los hogares en extrema pobreza usando esa información. A eso queremos agregarle observatorios ciudadanos comunitarios, para que haya mucho control comunitario de a quién se le está entregando el bono alimentario y vamos a conformar esos comités que en definitiva hagan el filtro de si a las familias a las que se les está entregando verdaderamente lo necesitan, y si hay esa movilidad que nos informen. Estamos comprometidos a evitar el clientelismo.

-¿Qué tiene de novedoso un programa que saca de la pobreza a personas dándoles dinero sin ninguna condición (“Bolsa Família”, en Brasil, por ejemplo, sí condiciona las transferencias de dinero a que los niños sigan en la escuela y sean vacunados)?

-Lo vemos como un derecho, comer es un derecho, no es un beneficio que entrega el Estado, estamos haciendo efectivo el derecho de todas las personas a hacer tres comidas diarias y eso no admite condicionamientos.

-¿No cree que eso entorpece una política cuando la persona no tiene que hacer nada y la plata le llega?

-Los chiquitos tienen que ir a la escuela, hay que darles una beca para que vayan, eso no se logra con decirle a la señora 'ya yo le di la plata ahora vea a ver cómo manda a los chiquitos a la escuela', eso no funciona así. No porque yo le di de comer le tengo que decir vea a ver cómo hace para que estén vacunados y vayan a la escuela. Por eso está Avacemos, se les da la beca y si no van se les quita. Lo que no queremos de ninguna manera es condicionar comer, comer es un derecho. Por su puesto que les vamos a pegar a esas familias otras intervenciones para romper el círculo.

-¿Cómo se implementaría este programa? Usted ha mencionado que se otorgaría una tarjeta con la únicamente se puede comprar alimentos. ¿En qué establecimientos funcionaría? Hablamos de una población que, en muchos casos, ni siquiera está bancarizada.

-No vamos a tener solo un mecanismo. Si a la familia lo que le sirve es el efectivo va a tener el efectivo, en otros casos estamos estudiando un mecanismo que tiene Uruguay que es un tarjeta social que solo admite compras de alimentos. No siempre tienen a dónde comprar, como por ejemplo población indígena, ellos piden herramientas, mejoramiento de semilla y de animales, piden chanchos, gallinas, una vaca y semilla mejorada, ahí no les vamos a dar efectivo, les cuesta más caro salir a comprar comida, queremos ser absolutamente flexibles. Puede ser en efectivo, puede ser con tarjeta, puede ser retiro en el cajero y puede ser en especie.

-¿Qué acciones estatales a nivel institucional se requieren para implementar esto?

-El Imas se creó para esto, queremos darle un vuelco al modelo de gestión del Imas, de manera que sea una institución que se vuelque a trabajar hacia fuera identificando con el apoyo de información cuáles son las familias que lo necesitan.

-Con los superávits de 2013 de Fodesaf y el Imas es posible cubrir el programa del bono alimentario durante el primer año. Sin embargo, para el segundo año se requeriría un aumento de dichos recursos en un 62,2%. Para los años restantes se requería un presupuesto para el programa mayor al destinado en el 2014 a los Ministerios de Planificación, Economía y Vivienda. ¿Es esto viable, considerando la situación fiscal actual?

-Fodesaf se creó con este propósito, este año tiene ¢ 500.000 millones, el compromiso nuestro es devolverle a la gente el derecho que tiene de recibir ese dinero. Hemos previsto que esos recursos van a ir aumentando y si hay que sacar fondos del presupuesto nacional lo vamos a hacer. Muy probablemente sean recursos del propio Fodesaf, con una reasignación interna. Lo vamos a presupuestar el tercer y cuarto año lo tenemos bastante identificado. Nos estamos comprometiendo a que sea un programa sostenible.

-Queremos dar un paso más allá para no solo tener un registro de los beneficiarios sino construir la otra parte del sistema de información que es el sistema de población meta. Eso lo diseñamos en el 2007 y se llama Sistema de Información y Gestión de los Programas Sociales Selectivos (SIGIPSS), pero no se ejecutó.

-¿Por qué no se concluyó?

-La propuesta está lista, pero no se ejecutó.

-Para atacar la pobreza ustedes plantean “la creación de un ente rector bajo la forma de un Ministerio de Desarrollo Social legalmente constituido. ¿Qué cambios a nivel institucional implicaría la creación de este Ministerio? ¿Qué labores desempeñaría?

-No tendría funciones de ejecución, que queda en las instituciones, pero si requerimos un ente que tenga la capacidad de definir la política, establecer las orientaciones, establecer el sistema de información, mecanismos de evaluación y seguimiento, medición de impacto y que se ocupe de los procesos de capacitación, porque se requiere una actualización profesional del personal encargadas de la ejecución de los programas sociales selectivos.