¿Qué sentido tiene que exista Procuraduría de la Ética solo para regañar, sin ninguna sanción vinculante?
La existencia responde a un compromiso internacional asumido por Costa Rica, que al igual que otros países, se comprometió a crear este tipo de oficinas para velar por el incremento de la ética en el ejercicio de la función pública.
¿Pero solo para regañar?
Así fue concebida esta procuraduría cuando la crearon los diputados. Nuestras recomendaciones son la base para que el órgano competente determine si existe mérito de iniciar un proceso administrativo y disciplinario. Nosotros hacemos los señalamientos porque la ley hasta ahí nos permite.
Este gobierno los ha señalado de desconocer hechos y emitir conclusiones sin fundamento. ¿Qué dice usted?
No compartimos estos argumentos que se han dado para separarse de nuestros criterios. Nuestros señalamientos han estado acordes con las disposiciones éticas y han sido informes objetivos, emitidos con la mayor profesionalidad que caracteriza a la Procuraduría.No son todas las administraciones las que se separan de nuestros criterios. Un 65% de los casos son acogidos por la administración.
¿Qué debe hacer una entidad al recibir sus informes?
Lo mínimo es abrir un procedimiento administrativo disciplinario para determinar si lo que dice la Procuraduría amerita una sanción o no, pero no desacreditarlo. Tanto en el caso de las cartas de recomendación de Garnier y Liberman, como en el viaje a Perú se desacreditaron nuestros informes, pero en el primero se dispuso, en la misma resolución dictada por la Presidencia, que no se volvieran a emitir este tipo de cartas y en el segundo, hubo una directriz por parte de la Presidencia para prohibir el uso de este tipo de colaboraciones. Eso significa entonces que al final de cuentas nos da la razón en cuanto a lo dicho en nuestros informes.