Vicepresidentes se entregaron al diagnóstico durante primer año

Logros que enuncian contrastan con una producción fría, problemas fiscales y desempleo al alza

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Los vicepresidentes Helio Fallas y Ana Helena Chacón creen que sacaron la tarea al acabar el primer año del Gobierno.

Ambos reconocen que invirtieron buena parte del primer año de labores del gobierno del presidente Luis Guillermo Solís en diagnósticos sobre el estado de las instituciones bajo sus áreas de influencia, la económica y la social, respectivamente.

Fallas afirma que en el 2014 se consumió una primera fase de identificación de los grandes problemas que impiden una mejor recaudación de impuestos, con el reconocimiento de males como una plataforma tecnológica obsoleta y bases de datos inexistentes.

Chacón, por su parte, dice que identificó duplicidades en programas destinados a la asistencia social de grupos como las mujeres emprendedoras. Añade que trabajó en la articulación de las más de 20 instituciones que tiene el país para enfrentar la pobreza.

Esa etapa, coinciden los vicepresidentes de Luis Guillermo Solís, llevó a logros como una economía con variables controladas y sin grandes sobresaltos y un plan más estructurado y científico para hacerle frente a la reducción de la pobreza extrema.

En síntesis, dicen haber puesto la casa de cada uno en orden.

Contraste con la realidad

Sin embargo, la lista de tareas sin hacer que salta a la vista es importante en ambas parcelas.

Aún no se ven resultados tangibles del programa para la creación de 217.000 empleos, cuestionado por los empresarios y opacado por un 10% de desempleo a nivel nacional.

Tampoco hay anuncios todavía sobre resultados en reducción de la pobreza que, más bien, cerró el 2014 enquistada en el 22,4% de los hogares, la tasa más alta de los últimos cinco años.

En materia económica, el déficit fiscal marcó el primer año.

Con un faltante del 5,7% del Producto Interno Bruto (PIB), y sin reformas tributarias, la calificadora de riesgo Moody’s rebajó la calificación de los bonos ticos, quitándole al país su grado de inversión.

Dos planes para intentar elevar la recaudación en un 2% del PIB no gozan de buenos presagios, ni siquiera tras la ampliación de su periodo de consulta.

El Gobierno inicia su segundo año con el pendiente de convencer de que lleva al país por el camino correcto en el campo económico y en el social.