Una diferencia de cuatro millones en el voto popular a favor del ganador no oculta el aumento en la votación de Trump con relación al proceso electoral anterior. La marea azul demócrata no se materializó y tras la victoria se ocultaba un fuerte voto republicano que augura una permanencia del “trumpismo” en la política norteamericana.
La llegada de Biden a la Casa Blanca no significará el fin de la polarización, pero probablemente su atenuación. Las divisiones no desaparecerán fácilmente pues las causas son estructurales.
Impugnar elecciones podría abrir un periodo de hasta 78 días para conocer al próximo presidente de EE. UU.