Uno de los retos consiste en entrarle de lleno a una reforma del sector público de la que mucho se ha hablado pero poco se ha hecho.
La restricción del gasto y la inflación suponen caídas reales en las principales instituciones públicas que reciben dinero del Presupuesto Nacional. El Gobierno, por su cuenta, ve como única salida “gastar mejor” el dinero que queda.
El resultado fue mucho peor que lo esperado por los analistas, quienes habían estimado un leve aumento, y se produjo después de que la economía creciera un 6,9% en el último trimestre de 2021.