Muchos directivos omiten o subestiman el daño que las personas de alto desempeño podrían experimentar en los equipos, e involuntariamente pueden poner a estos empleados como objetivos para el sabotaje, la agresión y la exclusión. Como advierte el proverbio japonés, “el clavo que sobresale es martillado”.
El trabajo en equipo puede afectar a este tipo de empleados
Los equipos de alto rendimiento funcionan de manera casi autónoma y son más productivos en el cumplimiento de objetivos