Liberarse del pago local de unos $9.800 millones en intereses y amortización de capital este año también aligera sus compromisos para apuntalar mejor la negociación con los acreedores de los bonos emitidos bajo legislación extranjera, susceptibles de ir a arbitraje internacional.
El hecho de que la economía argentina se derrumbó en medio de un programa del FMI debería conducir a un análisis profundo. En retrospectiva, el Fondo claramente cometió un gran error al respaldar la liberalización masiva de los flujos de capital que la administración Macri adoptó en 2016 y 2017.