Se debe votar con el cerebro más que con el hígado, y con más neuronas que bilis. Ejercer el derecho al sufragio debería ser un acto donde pesen más la sensatez, cordura, inteligencia y prudencia que el enojo, la sed de venganza, la impulsividad.
Se debe votar con el cerebro más que con el hígado, y con más neuronas que bilis. Ejercer el derecho al sufragio debería ser un acto donde pesen más la sensatez, cordura, inteligencia y prudencia que el enojo, la sed de venganza, la impulsividad.