Alza abrupta en el precio del petróleo tiende a disiparse

Acumulación de inventario contiene una subida drástica y la expectativa se mantiene entre $50 y $60 por barril en este 2017

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La perspectiva de que los precios internacionales del petróleo tendrían una fuerte alza este año se disipa.

Aunque la previsión se mantiene en el rango de $50 a $60 por barril, un nivel intermedio entre ambas cifras o inclusive cercano al piso parece ser el escenario más probable.

A finales del 2016, el panorama parecía claro y el alza abrupta era casi inminente, ante el acuerdo de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de bajarle el ritmo a la producción, sin embargo, el resultado ha sido otro.

Los precios sí han subido, pero no de forma drástica.

En marzo, el Brent promedió los $52,5 por barril y en el mismo mes del año pasado era de $39,79. Aun así, estos precios están muy lejos de alcanzar los del 2014, cuando inclusive superaron los $100.

Cabe destacar que las tensiones en Oriente Medio tomaron fuerza el jueves anterior, tras el ataque de EE. UU. a una base en Siria y esto podría cambiar el rumbo previsto hasta el momento.

El viernes el precio del WTI aumentó medio dólar en Nueva York y cerró en $52,2.

Aun así, dentro de los frentes que justifican la previsión de estabilidad están, primero, la acumulación de inventarios en los últimos años y, segundo, la llegada de Donald Trump al poder de Estados Unidos –con la expresa intención de potenciar la industria petrolera, por encima de la agenda ambiental –.

Un tercer y cuarto punto serían la amenaza que representa la producción de petróleo de esquisto y el hecho de que el control de los precios ya no está solo en manos de unos cuantos productores, como en el pasado.

Para Costa Rica, lo que ocurra con este commoditie impacta las principales variables macroeconómicas.

En 2016, la economía costarricense y de la región se vio beneficiada con la reducción del costo de los bienes importados.

“Para la región CARD (Centroamérica y República Dominicana), el menor precio de los hidrocarburos implicó una reducción de 2,5% en las importaciones FOB acumuladas al tercer trimestre del año anterior”, explicó Jorge Madrigal, economista de la secretaría ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano.

Para Madrigal, ese efecto a favor se mantendría por la estabilidad prevista en el barril.

Por su lado, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) sí prevé una leve recuperación del crudo, que impactaría a la inflación y la balanza de pagos (pues el país requeriría más dólares para importar petróleo y eso elevaría el tipo de cambio).

El Central está anticipando estos efectos en la inflación e incrementó la Tasa de Política Monetaria (TPM) la semana anterior.

LEA: Banco Central sube la Tasa de Política Monetaria a 2,25% debido a recientes presiones inflacionarias

La decisión se debió a que en febrero, la inflación subyacente –tendencia inflacionaria de mediano plazo– superó a la variación interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC).

Eduardo Prado, gerente del BCCR, explicó que los precios a futuro se ven muy estables, incluido el del petróleo, y “ahorrarse” esa presión es bueno para la inflación. El Central proyecta que el IPC regresará a su rango objetivo en este 2017.

“Esto incidirá en la capacidad de compra de los costarricenses tanto para importar petróleo, como bienes complementarios y otros bienes no relacionados”, dijo Dannel Huang, gerente financiero de Banco Cathay.

Por otro lado, el Programa Macroeconómico 2017-2018 proyecta un alza interanual de 25% en la factura petrolera para 2017.

¿Qué evita un alza abrupta?

En noviembre del año pasado, la OPEP cambió su rumbo (por primera vez en ocho años) y redujo la producción de petróleo en 1,2 millones de barriles diarios por seis meses, a partir de enero 2017.

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Esa reducción se traduciría en una caída de 3,5% que llevaría la producción diaria a los 32,5 millones de barriles.

La decisión generó que el petróleo subiera casi 10% en un solo día. Sin embargo, luego, el alza no fue tan elevada como la esperada y el crudo tendió a mostrar cierta estabilidad.

LEA: El petróleo sube casi 10% tras decisión de Opep de rebajar su oferta

¿Por qué el aumento no ha sido tan abrupto?

El antecedente de la decisión de los países exportadores de petróleo –de reducir su producción– tiene cola que le pisen.

La industria venía de un periodo amplio de altos niveles de producción. En 2014, la OPEP optó por mantener los niveles producidos, a pesar de la acumulación de inventarios, lo que provocó una caída en los precios que perjudicó a los países exportadores de esta materia prima y benefició a los importadores (como Costa Rica).

Los inventarios arrastrados, contrarrestaron los efectos del acuerdo tomado por la OPEP, que también ha sido incumplido por algunos miembros, explica Jorge Guardia en su columna de opinión del 28 de marzo, en La Nación .

A pesar de que el acuerdo incluyó a países dentro y fuera de esta organización, los inventarios continúan subiendo, lo que lleva el precio a la baja. El 27 de marzo, por ejemplo, se ubicó en $47,73.

La pronta eficacia del acuerdo entra en duda.

Irak, Libia y Nigeria son países que han aumentado su producción desde octubre, mientras que algunos productores fuera de la OPEP hicieron recortes más pequeños y disponen de más tiempo para alcanzar sus metas de reducir la producción.

Rusia es un ejemplo y ya recortó 120.000 barriles diarios de los 300.000 que había prometido, dice el texto “La OPEP a la búsqueda de un nuevo equilibrio”, del blog Diálogo a fondo , del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Esto evidencia el poder que han adquirido países fuera de la OPEP, que antes controlaba los resultados del mercado.

Hoy, naciones como México, Noruega, Rusia y Omán también tienen voz y voto en la definición del precio del crudo. Atrás quedó el poderío absoluto de naciones como Arabia Saudita, que no quiere que el precio supere los $60 por barril, ya que esto puede estimular la producción.

A la Agencia Internacional de Energía (AIE) sí le preocupa que ante la reducción de producción, la oferta falte hacia el 2022.

LEA: AIE advierte por posible falta de oferta de petróleo

Estados Unidos, por su lado, toma protagonismo en este pulso.

La elección de Donald Trump también cambió el rumbo de ciertas previsiones, ya que el mandatario ha dado a conocer sus intenciones de reducir las regulaciones y la racionalización del proceso de perforación de permisos en tierras federales. También, dio su apoyo a la construcción de la tubería Keystone XL, algo a lo que se oponía Barack Obama.

La visión de Trump está dirigida hacia el tema energético, aunque esto implique pasar por encima de las preocupaciones medioambientales. Esto potenciaría el sector y posicionaría a Estados Unidos como un exportador neto de energía al 2019, dijo Ricardo Vega, gerente junior de análisis económico de Scotiabank.

El incentivo llegaría inclusive mediante técnicas de extracción como el fracking , que ha sido castigada por el ojo público internacional y que es una amenaza a las intenciones de la OPEP.

La producción de esquisto puede compensar rápidamente los recortes aplicados dentro y fuera de la Organización. Si aumenta la oferta del petróleo, es de esperar que el precio disminuya.

Para extraer petróleo de esquisto –que está contenido en depósitos de rocas– se requiere de técnicas de perforación de pozos horizontales y la posterior fracturación hidráulica ( fracking ) para liberar el hidrocarburo.

Su extracción, aunque es más cara, tiene la ventaja de que los pozos pueden ser reiniciados rápidamente, aunque el crudo requiere más refinación.

En el futuro, cuando los yacimientos se vuelvan más escasos, los costos de extracción de petróleo serán más altos y esto daría ventaja al petróleo de esquisto.

Así, la subida de precios del petróleo se vería limitada ante un fortalecimiento de la producción de EE. UU., un dólar más fuerte (ante la subida de tasas por parte de la Reserva Federal) y el alivio de tensiones entre Libia y Nigeria, reincorporándose como países exportadores.

Un factor adicional es que el crecimiento económico mundial no justificaría incrementos extraordinarios en la demanda del petróleo.